El monopolio en la producción de algún elemento de prevención y la avaricia empresaria pueden generar escenarios extremos en momentos de epidemia o brote, como el que se está viviendo en estos momentos en el país por el mosquito aedes aegypti que transmite el dengue. Se sabe que, a falta de vacunas, las formas de prevenirlo es descacharrando, evitando la acumulación de agua y usando repelentes. El problema es que mientras los contagios se duplican por semana, el clásico Off se consigue en pocos lugares, y llega a las farmacias con subas de costo de hasta el 30%. Desde el Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar) reclaman la intervención del Estado.

Actualmente, el programa Precios Justos incluye repelentes tanto en aerosol como en crema, que pueden encontrarse en las cadenas de supermercados adheridas a la iniciativa. Pero tanto usuarios como organizaciones reclamaron que en los últimos días empezaron a faltar.

La mayoría del público sigue acudiendo a las farmacias en busca de este elemento clave en la prevención. Sin embargo, los precios se vuelven una barrera, en un tema que ya deja la arista comercial para volverse de importancia sanitaria para la comunidad.

dengue repelente
El aedes aegypti, mosquito que transmite el dengue. Denuncian falta de repelentes en el mercado.

Según apunta Rubén Sajem, titular de Ceprofar, «los repelentes aumentaron mucho, las droguerías subieron mucho el valor, por el traslado del precio de las empresas». Cuenta que hay una sola productora grande que puede abastecer el mercado (que es SC Johnson), «que aumentó entre un 20 y un 30% en marzo el precio de costo a la farmacia».

El aerosol color naranja de envase pequeño, el más común, de 177 ml., está entre 700 y 800 pesos de costo para la farmacia. El aerosol larga duración tradicional envase verde está 1000 pesos de costo a la farmacia. Y el gel de 100 gramos, generalmente para niños, usado por más seguridad, está valiendo 1200 pesos solo de costo.

«Se está consiguiendo solo estas tres presentaciones, y en algunas droguerías y en muy pocas cantidades. Si no lo vendemos casi al costo el precio es imposible para que la gente lo pueda comprar», remarca Sajem. 

«Hay stock crítico, es decir que reponemos y por la gran demanda que hay podemos quedarnos sin stock temporariamente«, acotó la presidenta de la Confederación Farmacéutica Argentina (Cofa), Isabel Reinoso.

Sajem menciona que el Estado podría tomar muchas medidas: “la producción publica y distribución gratuita o a bajo precio, la elaboración en las farmacias brindando asistencia y materia prima. De las 13.000 farmacias del país, muchas tienen laboratorio”.

Y agrega que el Estado “también podría decidir que las empresas tengan productos a precio económico. Acá lamentablemente terminamos en lo mismo: una sola empresa que tiene prácticamente todo el abastecimiento del producto en Brasil y Argentina. Y cuando se necesita el producto es escaso y caro. Es algo que nunca se ha podido solucionar”.