Las plagas de ratas en escuelas porteñas no cesan ni en época de temperaturas bajas. Referentes de la comunidad educativa aseguran que la desidia y el abandono del Estado porteño hizo estragos en las instituciones educativas y que este tema llegó a un punto sin retorno. Si bien la situación sanitaria dentro de los edificios escolares provocada por la incesante aparición de roedores detuvo su escalada ascendente en las últimas semanas, en algunas instituciones educativas persiste la presencia de ratas, ante la inacción de las autoridades porteñas, que ignoran el reclamo sostenido de familias y docentes para que solucionen el tema.

Este viernes volvieron a aparecer ratas en la Escuela Primaria Nº 11 «Antonio Bucich» del DE 4 y en el Jardín JII 4 DE 4 del barrio de La Boca. Fue en el comedor, mientras cientos de chicos y chicas estaban desayunando. Corridas, gritos y el temor de los menores a ser tocados por los roedores. Estas instituciones integran la lista de 115 edificios escolares que denunciaron la aparición de roedores.

Al igual que muchos establecimientos educativos, desde hace varios meses las familias de la escuela Bucich vienen manifestándose de diferentes maneras para visibilizar la presencia de ratas en todo el edificio. En las últimas semanas ,realizaron semaforazos y cortes de calles, pero las autoridades porteñas desoyeron sus reclamos. Pedían que suspendan las clases para que realicen una desratización profunda, pero eso nunca sucedió. Las clases continuaron mientras los roedores siguen deambulando por aulas, salones y comedores, donde asisten más de 400 niños a primaria y otros cientos al jardín JII4 DE 4 de jornada completa.

“Durante el desayuno, con 150 o 200 estudiantes en el comedor, apareció una rata viva caminando entre los chicos y las chicas, la gente corriendo la rata, los chicos gritando. Una situación espantosa, pero las clases siguen sin suspenderse y nosotros seguimos hablando con todas las familias porque es insostenible que no haya desratización como corresponde”, señala a Tiempo Kaia Pérez Coello, docente de sexto grado de la Escuela primaria. La maestra delegada de UTE-Ctera, asegura que en el edificio donde asisten alrededor de 400 estudiantes de primaria y otros cientos en el nivel inicial, “hay cosas arrumbadas, en la zona hay falta de control en los espacios públicos, hay terrenos baldíos y hay empresas de panificados, cerca de la escuela, que tampoco deben tener los controles que corresponden. Las familias esta tarde pidieron a la supervisión, la suspensión de clases y nuevamente nos dijeron que no se van a suspender”.

Desde la Unión de Trabajadores de la Educación, continúan exigiendo “junto a la comunidad que el Ministerio implemente de forma urgente los mecanismos para eliminar de forma definitiva a los roedores y garantice condiciones dignas y seguras de enseñanza y aprendizaje en los establecimientos educativos”.

Olor putrefacto en toda la escuela

El 1 de junio, estudiantes y docentes de la escuela Bucich, sentían un olor putrefacto en el último piso del edificio, donde se encuentra el sobretecho. “Esto es porque los roedores están muertos y la escuela estaba infectada con ese olor. El día 2 de junio se elevan las alertas y pedimos una desratización. Luego de esa desratización, como no suspendieron las clases, el olor a veneno era terrible. Sube una comisión de familias para inspeccionar y encuentran caca de ratas y cuatro ratas vivas”, cuenta la docente Pérez Coello.

El día 5 de junio las familias se organizan, escriben una carta al ministerio, van a supervisión y las autoridades realizan otra desratización el 6 de junio. Al no suspender las clases volvió a ocurrir lo mismo: “Hay cebos en el piso que vamos encontrando y que aparecen entre los chicos. Imaginate que acá funciona una escuela primaria y un jardín de infantes. Los chicos y las chicas están en el piso, se sientan en él, tocan todos los objetos de la escuela”, agrega la docente.

En el comedor donde apareció el roedor este viernes, se encuentran todos los días excrementos entre los packs de leche. “Ya pasamos por esta situación más de siete meses y el ministerio de Educación no da la cara”, termina la maestra.