El pasado 21 de agosto, Tiempo puso en tapa un nuevo conflicto iniciado por el Ejecutivo porteño: sin consulta ni inversión, la Ciudad pasa a jornada completa a más de 30 escuelas. Algunos de esos establecimientos educativos iban a arrancar en septiembre, pero la lucha de las familias obligó a la ministra Soledad Acuña a correr el inicio de esta modalidad para el próximo año.

Esta medida afecta a la organización de miles de familias que eligieron la jornada simple porque sus hijos realizan otras actividades, muchas de las cuales son: médicas, terapéuticas, otras actividades culturales, deportivas y recreativas. De concretarse en 2023, esas familias deberán reubicar a sus hijas o hijos en otro establecimiento educativo. Por esta razón, las familias de la Escuela N° 12 DE N°9 presentaron una acción de amparo colectivo, con el patrocinio del Observatorio del Derecho a la Ciudad y la APDH Capital, a fin de que se ordene al GCBA a mantener el sistema de jornada simple y que se interrumpa la implementación de la jornada completa en esta escuela.

En la presentación cautelar, se peticionó, además, que se ordene al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a ofertar, en el sistema informático de inscripciones a escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, a la Escuela N° 12 del Distrito Escolar N° 9 como escuela de modalidad de jornada simple. La causa quedó caratulada “VEINBERG, JUDIT Y OTROS CONTRA GCBA SOBRE AMPARO – EDUCACION-OTROS”, Expte. 342096-2022/0. Tramita actualmente en el Juzgado en lo CAyT N° 9.

Las familias eligen una escuela de jornada simple por diversos motivos: organización, jornada laboral, o para complementarla con otras actividades a contraturno, desde tratamientos médicos hasta clases deportivas o culturales que ya no podrían sostener por el horario. Remarcan que una cosa es agregar una hora más de estudio por día, y otra es imponerles cuatro horas más de clases por jornada a cientos de miles de chicos que ya tienen armada su agenda diaria.

Tras las protestas de familias y docentes, muchas de las escuelas que iban a comenzar en la primera semana de septiembre con la doble jornada, lograron que el cambio se postergue, en algunos casos hasta octubre y en otros hasta el 2023. Las familias fueron notificadas de este cambio abrupto en diferentes reuniones con el equipo de conducción de las escuelas.

La comunidad de la Escuela N° 12 DE N°9, Ramón Castilla, cuenta con una comunidad estudiantil con muchos niños y niñas integrados en el turno mañana y turno tarde y la infraestructura carece de espacio para jornada completa «porque tendríamos que desdoblar grados, no tenemos espacio físico», explica a Tiempo una fuente del establecimiento educativo. La escuela tiene alrededor de 200 alumnos y en su interior posee un pequeño comedor con capacidad para menos del 15% de la totalidad de estudiantes. No entrarían todos los chicos y chicas en ese espacio ni siquiera dividiéndolos en dos grupos. Al lugar asiste un 20% de chicos con algún tipo de discapacidad que realizan integración. «Esto quiere decir que al número total de estudiantes tenemos que sumarle cinco acompañantes APND (Acompañantes Personales No Docentes) por aula. El espacio no alcanza ni poniendo la mejor de las voluntades», explican desde la escuela.

Con esta imposición, el gobierno porteño logró que miles de familias de diferentes escuelas, que hasta hace pocas semanas no se conocían, se organicen y comiencen a realizar reuniones y asambleas conjuntas. Ayer se reunieron en el ombú del Parque Rivadavia con abogados de Derechos Humanos para definir un plan de acción. Entre las propuestas surgieron varias actividades y una presentación judicial que busque frenar la iniciativa. Para aunar fuerzas, invitaron a otras familias que estén en contra de la doble jornada a sumarse mediante el correo [email protected]