La salud pública porteña es otra de las áreas sensibles que intensificó un proceso de vaciamiento en los últimos 15 años, y que, actualmente, sólo es comparable con el sector educativo que conduce Soledad Acuña. La situación comenzó su etapa de precarización durante los dos mandatos de Mauricio Macri como jefe de gobierno, y se profundizó en las últimas dos gestiones de Rodríguez Larreta. Los entendidos en la materia, consideran que ambos sectores padecen las mismas consecuencias: pasaron de ser un servicio público de calidad a un servicio de asistencialismo básico.  

En las últimas horas, una imagen difundida por las redes sociales tuvo un fuerte impacto en la sociedad. En la misma se ve una puerta de madera con vidrios templados cerrada, con un cartel escrito a mano donde se lee la frase “Guardia Cerrada. No hay médicos sábado y domingo”. Esa puerta corresponde al servicio de guardia médica pediátrica del Hospital Rivadavia, y el cierre de ese espacio fue confirmado a este medio por Rodolfo Arrechea, secretario general de ATE de ese nosocomio y Coordinador de la Mesa Nacional de ATE Salud. Quien difundió la imagen por las redes sociales fue el reconocido, Mario Fitz Maurice, médico cardiólogo, director del consejo de arritmias y responsable de prensa y comunicación de la Sociedad Argentina de Cardiología. “Esto sucede desde hace mucho tiempo pero actualmente viene empeorando y nadie estaba mirando para el lado correcto. Todo el mundo sabe que los médicos estamos mal pagos. El 90% de los médicos tiene como mínimo tres trabajos”, explica en diálogo con Tiempo el médico Fitz Maurice. El especialista y Jefe de Arritmias del Hospital Rivadavia, asegura que muchos profesionales ya no dan abasto y que necesitan muchas fuentes de ingreso para poder vivir dignamente.

“Tenemos una responsabilidad tremenda no solamente con los pacientes sino con los familiares y además debemos llevar adelante un trabajo administrativo con todas las prepagas y las obras sociales que cada vez nos exigen más”, suma el médico cardiólogo. En consecuencia, de no modificarse en lo inmediato las condiciones laborales de un profesional médico, esta situación se repetirá en el resto de los nosocomios porteños. El primer hospital de la Ciudad que atravesó los primeros indicios de un vaciamiento profundo, fue el Durand. El pasado 17 de octubre Tiempo publicó un informe donde detallaba la precaria situación por la que atraviesa ese centro hospitalario. En ese momento, el titular de la cartera sanitaria, Fernán Quirós, decidió cerrar el único servicio de recuperación cardiovascular de CABA. De acuerdo a lo denunciado por la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), el ministro de salud de CABA, cerró el servicio de recuperación cardiovascular que, según informaron, es el único en su tipo en toda la Ciudad. Los trabajadores y trabajadoras del Hospital Durand, advierten que este espacio es el único lugar donde se atendían pacientes que sufren patologías cardíacas severas. Al servicio asistían personas que necesitaban un ‘by pass’ coronario, cambios de válvulas aórticas, mitrales y tricuspídeas; como así también la colocación de marcapasos y otros cuidados de altísima complejidad. El cierre de este espacio, se suma a un profundo vaciamiento por el que atraviesa el hospital, situación que ocasionó que más del 1000 intervenciones quirúrgicas sean postergadas en los últimos meses.

“Está claro que lo que está sucediendo es que no hay personal que quiera ir a trabajar donde pagan mal, o en lugares conflictivos, o muy inseguros donde no tienen los medios necesarios, entonces algunas especialidades se están quedando sin especialistas”, explica Fitz Maurice, al mismo tiempo que sostiene que los casos más puntuales son los especialistas en terapia intensiva y quienes se dedican a la pediatría: “Son especialidades que requieren de muchos años de estudio, de mucho esfuerzo, de mucho riesgo y de mucha responsabilidad, y cada vez hay menos postulantes a esas residencias”, remata.

También falta personal no médico

El entramado intrahospitalario de la Ciudad de Buenos Aires debería funcionar como en cualquier jurisdicción: cuando un centro está colapsado, las y los pacientes deben derivarse rápidamente a otro lugar que contenga las mismas características de alta, media o baja complejidad. Las y los trabajadores de cada hospital porteño, aseguran que esto tampoco está funcionando, y un claro ejemplo de ello son las postergaciones de más de mil intervenciones quirúrgicas que ocurrieron en el Hospital Durand situación publicada en este medio el pasado 13 de septiembre. Pero en la Ciudad de Buenos Aires, no solo hay carencia de personal médico además hay una escasez en otros sectores de los profesionales de la salud, y uno de los más castigados es el de enfermería. La falta de profesionales en ese sector también es preocupante e igualmente está vinculada a los bajos salarios y, a la negativa del ejecutivo porteño, de incluir a esos trabajadores dentro de la carrera profesional.