Pasaron ocho días desde que comenzaron las clases en la Ciudad, y la intensa ola de calor no dio tregua a estudiantes y docentes de escuelas porteñas. En la primera semana, varias chicas y chicos descompensados por la falta de circulación de aire y el mal funcionamiento de ventiladores; muchos con mareos y principios de deshidratación; algunas escuelas tuvieron que suspender el dictado de clases «porque se hacía imposible respirar»; y varias cooperadoras exigieron a la cartera que conduce Soledad Acuña, que garantice el envío de agua fría a los establecimientos, y que repare urgentemente los ventiladores. Tan solo en la primera semana de clases, advirtieron que hay más de 450 escuelas que tuvieron problemas de ventilación. A raíz de esta situación, la única solución que encontró la ministra de Educación Soledad Acuña para paliar las altas temperaturas en los edificios escolares, fue llevar 170 mil botellitas de agua mineral para una población estudiantil cercana a los 700 mil estudiantes.

El anuncio de la medida lo informó en sus redes sociales. Allí, Soledad Acuña, manifestó que realizará «un operativo de distribución de aguas frías» en establecimientos educativos de la Ciudad «para promover más intensamente la hidratación». Mientras tanto, la comunidad educativa pide que se solucionen problemas como la compra o arreglo de ventiladores y aires acondicionados.

En la Escuela N° 7 DE 6, asisten alrededor de 350 chicos y chicas, a ese establecimiento la ministra envió una botellita de medio litro para cada estudiante. «Claro que fue insuficiente» respondió una fuente de la escuela al ser consultada por Tiempo. «El pack de botellas llegó fresco, pero dista mucho de haber llegado fría. Los chicos las tomaron y pedían más», agrega.

En San Martín al 400, en el barrio de San Nicolás, se encuentra la Escuela primaria N° 13 DE 1. Un establecimiento educativo de jornada completa con alrededor de  500 estudiantes. Cada grado cuenta con mucha matrícula, en algunos casos cada aula tiene 34 chicos de primero a séptimo grado, separados en A y B. «Las botellitas que enviaron no alcanzaron para todos los estudiantes» cuenta una auxiliar de ese edificio escolar.

«Una vez más el Ministerio de Educación evidencia su nula preocupación por la salud de estudiantes y docentes. Con la ola de calor y los gravísimos problemas de infraestructura, falta de agua, luz, ventiladores rotos, Acuña y Larreta insisten en sostener la actividad escolar, cuando para toda la comunidad educativa es evidente que en estas condiciones no se puede enseñar ni aprender», analiza en diálogo con Tiempo, María Isabel Grau, Secretaria de Asuntos Pedagógicos de la asociación Ademys.

La docente y líder sindical confirmó que en la primera semana de clases en medio de la ola de calor, «hubo decenas de niños y niñas con mareos, dolores de cabeza, sangrado de nariz. En lugar de enviar botellitas de agua a unas pocas escuelas, deberían instalar aires acondicionados en todas las escuelas. ¿Por qué no se realiza esa inversión? ¿A dónde fue el presupuesto de infraestructura escolar que se subejecutó?», indaga Grau.

Las asociaciones cooperadoras comenzaron a realizar un relevamiento de la entrega de botellas de agua fría, para verificar si el anuncio de Soledad Acuña se concretó, o fue simplemente otra estrategia de marketing. “De acuerdo al relevamiento que estamos haciendo desde las cooperadoras, a la mayoría de las escuelas no enviaron agua, solo en algunas escuelas y muy pocas botellitas. Está claro que esto fue una tomada de pelo”, dijo a Tiempo Pablo Cesaroni, vicepresidente de la Cooperadora del Normal 7 y titular de la organización Cooperadores en Movimiento. El referente educativo recordó que, incluso, hay escuelas que en medio de la ola de calor, hace varios días que no tienen agua. “El caso del mariano Moreno tiene falta de agua y hoy a la tarde se cortó el suministro en el Comercial 8, que se encuentra en el edificio donde está el Normal 7 y el Comercial 25 a la noche”, suma y termina: “Soledad Acuña está amenazando a los directivos de las escuelas que no tienen agua, que no pueden suspender las clases”.

Una botellita para estudiantes de jornada completa

Otro ejemplo de escuela de jornada completa, como es el caso de la N° 14 DE 9, enviaron una sola botella por estudiante. «Acá los chicos están 8 horas, no alcanza con enviarles una botellita de medio litro que se la tomaron antes del mediodía ¿Y el resto del día que toman?», contó una fuente de esa escuela que pidió resguardar su identidad por temor a represalias. «Lo ideal sería que pongan dispensers con agua fría y que los chicos se hidraten en medio de este calor insoportable, cuando lo deseen», agrega.

A la Escuela Especial para jóvenes y adultos con Formación Integral N° 36 «Doctor Aurelio Martínez» DE 6, enviaron también botellitas de agua. “Desconocemos la cantidad porque llegaron y quedaron en dirección y no se las entregaron porque estaban naturales”, cuenta a Tiempo Alejandra Abbate, docente de ese establecimiento educativo. “Nosotros tenemos la suerte de tener heladera porque somos una escuela de formación laboral y hay un taller de cocina donde usamos la heladera y otros utensilios, pero eso no ocurre en todas las escuelas”, agrega.

Algunos establecimientos educativos del distrito 19, donde se encuentran los barrios de Villa Lugano, Soldati y Nueva Pompeya, denunciaron que llegaron botellas de un litro y medio de agua con seis vasitos descartables para un aula de hasta 30 chicos.