Cuando el Covid-19 irrumpió en nuestras vidas se hizo vital, para la salud de las personas y para cumplir con el aislamiento social, la puesta en marcha de medidas excepcionales. Entre ellas, las foto-recetas. Es decir, la posibilidad de que los médicos pudieran enviar una foto o escaneo de la receta manuscrita y firmada a sus pacientes para prescribir medicamentos.

Muchas son las dificultades y complejidades que esta implementación generó: pacientes que intentaban duplicar o triplicar la compra de medicamentos (en general, los psicofármacos), los criterios disímiles de cada farmacia, de cada profesional de la salud u obra social. Las medidas de seguridad se fueron implementando sobre la marcha. Por ejemplo, con uso de código de barra o QR en las recetas. Pero esa emergencia sanitaria dio lugar a una nueva etapa, la de las recetas digitales o electrónicas que no son simples fotos de recetas sino instrumentos válidos por sí mismos. Es así que en agosto del 2020 el Congreso de la Nación sancionó la ley 27.553. Y que fue reglamentada este martes por medio del decreto N° 98/2023, a más de dos años de la sanción de la norma.

Tiempo participó de una reunión convocada por la ministra de Salud, Carla Vizzotti y su gabinete de trabajo, en la que brindó precisiones conceptuales y contó el proceso que se inicia con la publicación de la normativa.

“La reglamentación fue un proceso que se estuvo trabajando durante bastante tiempo, no se reglamentó antes porque el acto de prescripción (de medicamentos) forma parte de un acto médico más grande que es la telemedicina o la telesalud y como había también en el Congreso proyectos de ley de telemedicina, la idea era esperar que saliera la reglamentación de todo el ejercicio virtual de la medicina para poder sacarla”, expresó Vizzotti. Y agregó que la reglamentación “tendrá que adecuarse luego, cuando salga la ley de telemedicina”.

La foto-receta no va más

Como ya se anunció, desde el martes en todo el país no podrán recibirse en las farmacias las foto-recetas, es decir, las imágenes de una receta manuscrita y firmada por un médico en lugar de la original, en papel. “Hubo muchísima repercusión por el tema de la receta en foto, era muy importante poder hablar de qué significa, qué diferencia hay y aclarar que la receta en foto no es una receta digital”, expresó Vizzotti.

El 22 de diciembre pasado, por Resolución 3622/2022, el Ministerio de Salud ya había derogado las normas que permitían enviar foto-recetas por vías electrónicas, email o WhatsApp a las farmacias. Una excepción fueron los pacientes con enfermedades crónicas, a quienes se les extendió por única vez la posibilidad, hasta ayer, tras un acuerdo con las obras sociales y prepagas. Según comentó la ministra, las foto-recetas ya habían dejado de implementarse en la mayoría de las provincias, quedando solo en algunos grupos de obras sociales, sobretodo en la zona del AMBA.

En la actualidad existen más de 50 plataformas web y aplicaciones de instituciones de salud (obras sociales, prepagas, ministerios provinciales, municipios) que permiten emitir una receta digital o electrónica. Es decir, una receta que no es una foto de la manuscrita sino que la emiten los médicos, por medio de su uso (con un usuario y contraseña) y que tienen diferentes tipos y niveles de validación de la identidad del médico, de su firma, del paciente y con diferentes medidas de seguridad de sus datos. Éstas son las recetas digitales que seguirán siendo válidas, que podrán seguir presentándose en las farmacias y cuyas instituciones responsables, a partir de la publicación del decreto, tendrán tiempo hasta el 31 de diciembre de este año para inscribirse y comenzar un proceso de nivelación.

Sonia Tarragona, jefa de gabinete de la cartera de Salud, remarcó que no se han derogado las recetas en papel. Además de las recetas digitales mencionadas, “siguen siendo válidas las recetas papel, con firma manuscrita porque hay una Ley de Farmacias que establece cuándo una receta es válida” y que las foto- recetas no se adecuan a esa ley.

¿Qué es lo que implementa a partir de ahora?

“La reglamentación es federal, se hará un trabajo conjunto con cada uno de los actores, es progresiva y busca que todas las plataforma que están en uso puedan seguir estando en uso. La reglamentación marca hacia dónde vamos, es un horizonte”, afirmó Claudio Ortiz, subsecretario de Calidad, Regulación y Fiscalización.

El funcionario explicó deberán anotarse en el formulario de inscripción que ya se habilitó para que las instituciones responsables. “Ahí se preguntan cuestiones técnicas para saber un diagnóstico de la situación y, paralelamente, comenzamos a trabajar en estándares mínimos”. Para ello, junto a la reglamentación se creará un equipo de trabajo que coordinará tareas con las áreas fiscalización de cada provincia. “Hay más de 50 plataformas en uso, con diferentes niveles de desarrollo, algunas son gratuitas. Lo que les estamos marcando es hacia dónde vamos para cumplir con la Ley de emisión de medicamentos, la Ley de prescripción de genéricos, la Ley de protección de datos personales, de derechos del paciente, las leyes de farmacia”, manifestó.

Según lo expresado por los funcionarios del Ministerio, el proceso de implementación de las recetas digitales y la adecuación de todas las plataformas a los estándares mínimos es progresivo y puede tardar entre 5 y 10 años, si se considera la experiencia en otros países. No puede perderse de vista la complejidad del escenario: si bien la reglamentación y la ley son nacionales, las provincias y municipios conservan facultades no delegadas a la Nación. Es decir, cierta autonomía en materia de Salud que requiere un trabajo conjunto con los diferentes actores involucrados y que implica, necesariamente, un reconocimiento del trabajo que cada uno ha realizado en la materia.

“La primera etapa es que se inscriban y la segunda etapa será evaluarlas con el conjunto de datos mínimos de seguridad y de calidad que tienen que tener para que puedan seguir avanzando en la próxima etapa. Las que se inscriban van a poder avanzar en los desarrollos que por ahí faltan, por ejemplo, que sean interoperables. La idea es que la oferta sea la mayor posible, que cada efector que esté en una obra social avance con los requisitos, que sea lo más accesible y sencillo posible, cumpliendo con todas las leyes vigentes. El avance es relevante en función de la integración del sistema de salud, por eso hicimos un trabajo con todos los subsectores”, aseguró la ministra.

La unificación de estándares mínimos, según explicó Vizzotti, sería un proceso similar al del sistema de historia sanitaria integrada, donde algunas provincias ya tenían un desarrollo informático y otras no. Como proceso final, se crearon módulos web de código libre que fueron utilizados por el gobierno de Axel Kicillof para implementar las recetas digitales hace unas semanas.

“La reglamentación ofrece la posibilidad de desarrollo propio de cada módulo de reserva porque hay leyes de ejercicio profesional en cada provincia, no hay una única ley para todo el país, entonces cada provincia tiene la competencia y la incumbencia de desarrollar su propio modelo”, resaltó la ministra.

La clave es la interoperabilidad

“Lo más importante es la interoperabilidad de las plataformas, que los sistemas puedan dialogar en cosas importantes como la identidad de los pacientes, el nombre del medicamento y su forma farmacéutica, los miligramos”, aseguró el subsecretario Ortiz.

La interoperabilidad implica que la plataforma pueda valerse de los datos de otra para validar cierta información. De esta manera, a partir del Red Federal de Registros de Profesionales de la Salud, se podría validar la identidad y vigencia de la matrícula profesional de los médicos. La Red es una base de datos federal que se actualiza de manera permanente con información que suministran los colegios profesionales. “Los profesionales tienen matrículas en cada jurisdicción pero ahora van a tener, además, un solo número que los identifica como profesionales de la salud que es la Licencia Sanitaria Federal, una clave única de identificación que se genera en el sistema, nadie va a tener que hacer ningún trámite”, aclaró Ortiz.

El avance en la interoperabilidad permitiría avanzar hacia la integración del sistema de salud y obtener datos estadísticos, por ejemplo, respecto al uso de determinados tipos de medicamentos. Siempre considerando las leyes vigentes en materia de protección de derechos del paciente y uso de datos personales.

El control y monitoreo de las matrículas profesionales continuará, como hasta ahora, bajo la jurisdicción de cada provincia, lo único que permitirá el sistema será validar esos datos actualizados por medio de la Red. “La receta digital es un salto de calidad en función de todas las cosas que venimos hablando pero no es la idea que se impacte en la relación médico- paciente, que sea por whatsapp”, aseguró Vizzotti. Es decir, la receta puede ser digital o en papel pero lo mismo hay que ir a la consulta médica.

Plazos que trascienden las elecciones electorales

La reglamentación dispone que las instituciones responsables de las plataformas tienen plazo hasta el 31 de diciembre de este año para inscribirse y comenzar el proceso de adecuación de las condiciones a los estándares mínimos. A partir de marzo de 2024, comenzará el proceso de aprobación de las que cumplieron con la inscripción previa y adaptaron el desarrollo informático.

“Estamos generando esta reglamentación sin ninguna especulación electoral y trabajando para avanzar hasta el último día para dejar toda la normativa y poder avanzar. Por eso los plazos quedan así, independientemente, de quién esté en la gestión el 31 de diciembre y se podrá implementar en marzo 2024. Entendemos claramente que esta gestión y el cronograma de nuestras actividades tienen que trascender un cronograma electoral. Nosotros no tenemos un programa electoral, para eso hay otros ministerios, otras áreas y otros perfiles. Lo que queremos es que se ponga en marcha, independientemente de quién esté sentado en cada sillón”, concluyó la ministra.