«Pensar que se puede volver a clases después de las vacaciones de invierno es una alternativa posible, pero hay que ver cómo responde el sistema», aseguró esta semana el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, ante el mayor desafío que tiene por delante el área que comanda: que los chicos de todos los niveles comiencen a asistir a los establecimientos educativos. El funcionario aclaró que en algunas jurisdicciones, incluso, podrían comenzar antes.

Se prevé que el regreso a clases se realice de manera escalonada, priorizando aquellas provincias que nunca registraron casos de coronavirus o no los detectan desde hace 45 días o más. La decisión correrá por cuenta de los gobernadores y dependerá de los dispositivos que apliquen. Ante este escenario, cinco provincias están considerando el retorno: Río Negro, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, Chubut y Catamarca.

El Ministerio de Educación y Derechos Humanos de Río Negro, por caso, presentó un protocolo de organización y planificación de edificios escolares, que contempla la organización espacial y temporal de las prácticas educativas. El funcionamiento en las aulas rionegrinas fue consensuado con los equipos técnicos de arquitectura e ingeniería industrial y civil, y seguridad e higiene.

Desde la cartera educativa cordobesa estimaron que durante un tiempo las clases presenciales y las remotas convivirán. El titular del área, Walter Grahovac, adelantó que «a lo mejor en agosto podamos volver a las aulas», aunque aseguró que la medida estará condicionada por la situación epidemiológica del distrito.

En Entre Ríos, la ministra de Salud e integrante del Comité de Emergencia Sanitaria, Sonia Velázquez, remarcó que «las actividades educativas están en el área de competencia del gobierno nacional», pero que avanza el diálogo con la Nación para establecer un protocolo de dictado de clases presenciales.

Por su parte, la secretaria de Gestión Educativa de Jujuy, Silvina Camusso, reconoció que «ese tema no está definido, pero estamos trabajando en ello». La idea del gobernador Gerardo Morales es reabrir las escuelas a partir del 15 de junio, con un sistema escalonado al que los alumnos asistan una vez por semana, comenzando por la reapertura de las escuelas rurales. Por lo pronto, adelantará por decreto a este lunes las vacaciones de invierno.

La situación de Chubut es particular. Si bien no se reportaron nuevos casos de coronavirus, el principal problema es el atraso salarial de los docentes. Esta semana asumió la nueva ministra de Educación, Florencia Perata, y los gremios docentes, que se encuentran en plan de lucha, pidieron ser recibidos. «Aspiramos a reforzar la virtualidad, porque hay un 85% de docentes que no perdieron el vínculo a pesar de la medida de fuerza», explicó Perata.

Por fin, el Ministerio de Educación de Catamarca presentó un protocolo para el regreso a clases de las escuelas de período especial, es decir, las ubicadas en la Puna y Pre Puna, donde por cuestiones climáticas el ciclo lectivo inicia en agosto y finaliza en junio. Prevé la retención de los niños antes de ingresar a la escuela, la higiene del calzado, preguntas por parte del docente para percibir síntomas, lavado frecuente de las manos, uso de alcohol en gel y limpieza de los pupitres.


Acrílicos y hasta alas para marcar la distancia social

Son varios países que, ya fuera de la cuarentena, recomenzaron las clases. Francia ya reabrió el 80% de las escuelas primarias y el 90% de los secundarios de las denominadas “zonas verdes”, donde el virus circula en menor medida. La apertura se realiza en forma gradual y bajo un estricto control sanitario desde el 11 de mayo. Alrededor de 1.350.000 niños y unos 200 mil maestros volvieron a las aulas, lo que supone el 20% de los alumnos y el 55% del personal docente. El retorno es voluntario y de acuerdo a un protocolo que establece el lavado de manos regular, el respeto de la distancia social y el uso obligatorio de tapabocas para docentes de todos los niveles y, en el caso de los estudiantes, sólo los secundarios. También se readaptaron espacios y se redujeron las asistencias para que los grupos de alumnos sean de hasta 15 por aula. A la mínima sospecha de infección, los colegios son nuevamente cerrados por precaución.

La semana pasada fue el turno de Corea del Sur. Allí, quienes primero se reincorporaron a las clases fueron los del grado superior de bachillerato, mientras que el resto de los estudiantes se incorporará gradualmente a las clases hasta el 8 de junio. Todos los pupitres en escuelas secundarias están separados por pantallas o placas de acrílico, y no hay contacto entre los estudiantes, todos con barbijo y separados por más de un metro y medio de distancia. Ni siquiera tendrán trato a la hora del almuerzo o del desayuno. Se les tomará la temperatura, utilizarán alcohol en gel en todo momento y en cada recreo se desinfectarán las aulas.

En la provincia de Shanxi, al norte de China, decidieron ponerle alas de cartón a cada alumno de primaria (cada uno las pintó o diseñó a su manera) para mantener el distanciamiento.

Y en las escuelas de Tirana (Albania), las autoridades marcaron en los pisos los recorridos que pueden hacer los chicos para cumplir con los dos metros de distancia.