Pasan los días y crecen las preguntas sobre el accionar cotidiano frente al Covid–19: al llegar después de alguna de las salidas permitidas en cuarentena ¿tengo que dejar las zapatillas en la entrada de casa? ¿Tengo que limpiar las llaves? Desde hace un mes corre tanta información como temores, y las consultas son similares en todo el mundo.

Por ejemplo, con la apertura de ciertas actividades, el Ministerio de Sanidad de España actualizó las recomendaciones de cuidado a la población. Aunque el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del país ibérico, Fernando Simón, aseguraba hace unas semanas que no era necesario extremar tanto las precauciones al llegar a casa, ahora la cartera sanitaria insta a quitarse el calzado y dejarlos cerca de la puerta, si bien aclaran que el riesgo de contagio de una partícula del virus desde el asfalto a la suela del zapato o zapatilla, y de ahí a nuestras mucosas, es bastante bajo. Para el caso del auto, también recomiendan lavarlo cada vez que se usa, sobre todo las zonas más utilizadas: volante, palanca de cambios, asientos y manijas. Y lo más fácil será hacerlo con agua y jabón, las soluciones basadas en un 70% de alcohol, o las toallitas con alcohol isopropílico, aunque no sean lo más recomendable desde el punto de vista económico.

«No hay ninguna evidencia que demuestre que los zapatos y la ropa son vehículos eficientes del virus. Si es buena práctica sacárselos, para evitar ensuciar el hogar con cosas de la calle, es correcto, pero no está demostrado que sea necesario», indica a Tiempo la especialista Leda Guzzi, de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). Y aconseja llevar la menor cantidad de objetos posibles al salir de casa: «Evitar pulseras, anillos, joyas, todos esos elementos pueden ser superficies donde se depositen las partículas o gotículas del virus. Cuanto menos tengamos encima, mejor». A la vuelta, ordenar los productos, tirar o guardar la bolsa, y ni bien terminamos de hacer eso: lavarse las manos.

Sobre la limpieza de celular, Guzzi sugirió primero seguir las recomendaciones del fabricante. «Pero como casi nunca están escritas, se puede utilizar pañito o el papel que usamos en la cocina, con alcohol al 70%. Y también evitar las fundas del celular, que junta mucho material orgánico. Las fundas y las llaves se pueden lavar con soluciones de lavandina: litro de agua y cuatro cucharadas soperas al ras de lavandina común que equivalen a 40 mililitros. Se debe preparar con agua fría, nunca tibia o caliente, porque genera vapores tóxicos o irritantes para la mucosa. Además de las llaves, se puede usar para limpiar superficies en la casa, sobre todo mesadas, picaportes o respaldos de sillas. Eso sí, esas soluciones son extemporáneas, duran solamente el primer día que se fabrican, si la dejás para el día siguiente ya no es efectiva», explicó.

«Otra recomendación es que los productos se usen acorde a las sugerencias del fabricante y que no se mezclen, porque eso puede hacer que se inactiven. Si usás alcohol, no mezclarlo con lavandina», ejemplifica la representante de la SADU y explica: «El virus tiene una cubierta lipídica, es decir, una cubierta de grasa, que es sensible al calor, a los detergentes, a la lavandina y al alcohol, y se desintegra fácilmente en la fricción con cualquiera de estos productos. Hay que saber que cuando hay suciedad visible sobre una mesada, lo primero que hay que hacer es limpiar esa superficie antes de desinfectar, porque si quedan productos orgánicos, el desinfectante no logra penetrarlo y hacer eficiente el proceso de desinfección».

Por su parte, el Ministerio de Sanidad de España también recomendó en los últimos días separar los objetos que no se necesitan en la casa, como llaves, carteras o mochilas, y dejarlos en una caja al lado de la puerta. No estará mal también desinfectarlos, aunque servirá de poco si después uno no se lava las manos con jabón, ya que el virus no circula en el ambiente, son las personas las que lo trasladan, al toser, hablar o estornudar. Si tocamos con las manos o con guantes una superficie expuesta al coronavirus y después nos llevamos esa mano o ese guante a la nariz, la boca o los ojos, habrá mayor riesgo de contagio que dejar una llave o las zapatillas al lado de la puerta.

Igualmente los especialistas coinciden en no pasar al otro extremo de caer en la obsesión por la desinfección, que termine produciendo un estado de ansiedad permanente. En definitiva, si hay que salir, no habrá mejor remedio para prevenir el contagio que la distancia social y un buen lavado de manos.