La lucha contra el crimen narco generó nuevos momentos de tensión entre el gobierno de México y los Estados Unidos, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador acusara de “injerencista” una propuesta de legisladores republicanos que pidieron la intervención del Ejército de ese país en territorio mexicano por tráfico de fentanilo y por el secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses, dos de ellos asesinados, por una supuesta banda narco que los habría confundido con otras personas.

El viernes, en su conferencia matutina, López Obrador endureció su respuesta a los congresistas Lindsey Graham y John Neely Kennedy que insisten en la intervención del Ejército de EE UU para el combate al tráfico de fentanilo. «Ese no es el camino, el de la amenaza, el del sometimiento, el de la invasión, ¿qué se creen estos mequetrefes, intervencionistas, prepotentes? A México se le respeta», dijo AMLO.

El presidente respondió por segundo día consecutivo a las propuestas de congresistas de ese partido de utilizar a militares estadounidenses para combatir a los cárteles. López Obrador ya había calificado esa iniciativa de «prepotente» y de ser una falta de respeto a la soberanía de México. Uno de los proyectos de ley busca designar como «terroristas» a los grupos que trafican fentanilo, un opiáceo sintético 50 veces más potente que la heroína. Una de estas iniciativas fue presentada por los senadores Roger Marshall y Rick Scott en reacción a la muerte de dos estadounidenses secuestrados en la ciudad fronteriza de Matamoros la semana pasada, y apunta específicamente a los cárteles mexicanos del Golfo, Jalisco Nueva Generación, Sinaloa y del Noreste.

López Obrador ya había calificado esa iniciativa de «prepotente» y de ser una falta de respeto a la soberanía de México. Dijo además que en lo que va de su gobierno se han incautado seis toneladas de fentanilo, y detalló que cada kilogramo de esa droga equivale a un millón de dosis.

«Pero esto en realidad no les importa a algunos legisladores republicanos, sino lo que quieren es sacar raja política electoral», denunció. Agregó que su gobierno pedirá a los mexicanos que viven en Estados Unidos que «no voten por ellos».

También anunció que el canciller Marcelo Ebrard se reunirá mañana en Washington con los cónsules de México en Estados Unidos para difundir ese trabajo y para «que se les responda a estos legisladores republicanos de manera directa». El canciller había dicho que México y Estados Unidos lanzarán una campaña para prevenir el consumo de fentanilo, tras una audiencia con López Obrador y la asesora presidencial de Seguridad Interior estadounidense, Elizabeth Sherwood-Randall. La DEA ya había exhortado a México a «hacer más» contra los cárteles que controlan el tráfico de fentanilo, a menudo mezclado con drogas legales sin que el consumidor lo sepa.

Por otro lado, los cuatro estadounidenses secuestrados habían llegado a Matamoros en la mañana del viernes pasado, en una furgoneta que unas dos horas después fue atacada por pistoleros, según información oficial. Se trata de personas que iban a recibir tratamiento dental, debido a que en esa ciudad los costos resultan notablemente inferiores con respecto a lo que se paga en Estados Unidos.

Las autoridades mexicanas creen que los secuestradores pertenecen al Cártel del Golfo y habrían confundido a los estadounidenses con enemigos.

«Se va fortaleciendo la línea (investigativa) de que fue una confusión, no fue una agresión directa. Esa es la línea que tenemos ahora como la más viable y seguramente es la más correcta», aseguró el fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, en la misma conferencia.

Según estimaciones, el turismo médico produce un flujo de 1,2 millones de personas hacia México cada año. Un estudio de 2020 que encuestó a más de 400 personas que cruzaron la frontera entre Estados Unidos y México arrojó que el 92% citó los costos como el factor clave para elegir el turismo médico.  «