Tegucigalpa

Al menos 18 pandilleros supuestamente responsables de participar este martes en el asesinato a tiros del periodista hondureño Igor Padilla, en San Pedro Sula, fueron capturados por fuerzas de seguridad del Estado, lo que generó el inmediato beneplácito del presidente Juan Orlando Hernández, quien había reclamado enfáticamente el rápido esclarecimiento del hecho.

A los detenidos, entre los que figuran dos que habrían confesado haber asesinado a Padilla, les fueron incautadas armas, municiones, chip de empresas de telecomunicaciones, chalecos antibalas e indumentaria policial y militar, indicó la Fuerza de Seguridad Institucional Nacional (Fusina) en un comunicado.

Hernández, quien el martes instruyó a las autoridades a que no descansaran en la búsqueda de los autores de la muerte violenta del periodista, los felicitó por la «rápida respuesta contra los responsables del asesinato de Igor Padilla», que causó un fuerte impacto nacional e internacional. En mensajes a través de la red social Twitter, Hernández subrayó que «es necesario endurecer las penas para hacer desistir y castigar con todo el rigor de ley a criminales y evitar que sigan enlutando al pueblo».

La Fusina señaló que entre los capturados figura el «peligroso pandillero Cristian Ariel Calix Hernández, alias Litte Sam», originario de Tegucigalpa, quien en 2013 fue detenido por el delito de extorsión y en diciembre de 2015 por portación ilegal de armas y posesión de drogas. El comunicado añade que por ser menor de edad los tribunales de justicia le aplicaron en 2013 una pena de dos años y fue tratado en el Juzgado de la Niñez como tal, refirió EFE. Después, por la captura en 2015, quedó en libertad porque los delitos por los que se le acusó son conciliables. Entre los detenidos también figura una mujer que habría sido la que llamó por teléfono al periodista cuando este estaba en el interior de un establecimiento mientras trabajaba en un anuncio comercial que grababa con un camarógrafo en San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras. Según el director de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), Ricardo Castro, el caso de Padilla está «investigado en un 90 por ciento», pero no se dieron detalles del móvil. Las autoridades aseguran que «todos los detenidos son considerados de alta peligrosidad», entre ellos cabecillas de la pandilla o «Mara 18» que opera en la zona norte. A los presuntos responsables de la muerte de Padilla les fueron incautados una ametralladora UZI, un fusil Galil, tres AK-47, nueve AR-15, cuatro pistolas, cargadores y chalecos antibalas, entre otros pertrechos. Padilla, de 37 años, estaba casado, tenía dos hijos y trabajaba como corresponsal en San Pedro Sula de HCH, que transmite desde Tegucigalpa. Su muerte fue repudiada por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, diplomáticos, el gremio de los periodistas hondureños y otros sectores sociales. Según el estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras, desde 2001 al 2017 en el país han sido asesinados 69 comunicadores, entre periodistas, presentadores de televisión y locutores, entre otros, y el 95 por ciento de los casos están impunes.