Con el triunfo de Bolsonaro en Brasil y tras el golpe contra Evo en Bolivia, el fenómeno del evangelismo que venía creciendo en las últimas décadas alcanzó relevancia en esta parte del hemisferio. Sin embargo, se trata de un fenómeno que cala hondo en EE UU al punto que las iglesias evangélicas son un sostén fundamental de la candidatura de Donald Trump. Autor de Poder evangélico, Ariel Goldstein, doctor en Cs.Sociales, Magíster en Ciencia Política y Sociólogo, explica las características de esos grupos religiosos: “El evangelismo hoy está hegemonizado por las expresiones pentecostales y neopentecostales”.

-¿De qué se trata?

-Es una renovación carismática que se da a mediados del siglo XX y que viene de EEUU. Esto de meterse en los medios de comunicación, de la prédica carismática, de hablar en lenguas, de la curación divina, de los demonios. Todo se renueva en los ’90 con la Teología de la Prosperidad, la idea de que el fiel tiene que entregar una parte de su salario a la iglesia, el diezmo, y eso va a redundar en su vida cotidiana. También está asociado al esfuerzo individual, el emprendedurismo. Y está un poco engarzado con el tema de la autoayuda.

-¿Qué influencia tienen en estas iglesias, grupos económicos o agencias de EEUU?

– Es probable que haya algo de eso. Lo que si está claro es que va de EEUU a América Central, donde tiene una influencia muy fuerte. Un fenómeno es cómo en EEUU predican los pastores latinoamericanos para Centroamérica. El caso del argentino Luis Palau, que vive en Miami y tiene muchos seguidores allí. El pastor Franklin Cerrato dijo que Dios le habló para que Nayib Bukele sea el próximo presidente de El Salvador. Hemos visto que el gobierno de Jeanine Añez en Bolivia decía que los indígenas tienen rituales satánicos y volvía la Biblia al Palacio.

-Jair Bolsonaro se hizo bautizar en el Jordán como Mesías, pero Lula llegó al gobierno tras acuerdos con iglesias evangélicas. 

-López Obrador también llega con apoyo de evangélicos del partido Encuentro Social. Arturo Farela, el presidente de Confraternice, que son iglesias evangélicas, que dice “nosotros somos un ejército al servicio de la revolución de AMLO”. Y no son los únicos.

-La influencia en el Partido Republicano de EEUU es fuerte, pero Trump no da la sensación de ser muy creyente.

-Cuando en los 60 se aprobó el acta de Derechos Civiles, con el voto de los negros, los blancos del sur se lanzaron al Partido Republicano, que se derechizó cada vez mas. A eso se le sumó el tema religioso con pastores televisivos como Pat Robertson, precandidato republicano en 1988. Trump usa a estos grupos, pero también ellos obtienen beneficios porque ven que cumple con su agenda. Les dio un lugar importante en la Casa Blanca donde una pastora, Paula White, es su consejera espiritual y rezan juntos. Está con él desde el show El Aprendiz y creó en la Casa Blanca la Oficina de la Fe. Después está el tema del aborto, muy importante para los pastores evangélicos alineados con el PR.

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-Por eso designó a la católica Amy Coney Barrett como jueza de la Corte, para garantizar un voto antiaborto.

-Es que ella pertenece a un grupo católico pentecostal. Hay que pensar en la pentecostalización del catolicismo. Grupos católicos que adoptan la renovación carismática: hablar en lengua, curación divina, el dinero y esta cosa conservadora de las costumbres Coney Barret perteneció al grupo People of Pride, católicos pentecostales. Hoy los pastores evangélicos más importantes están alineados con Trump. Los latinos están un poco mas divididos, pero los blancos están con Trump.