La Policía de Estados Unidos buscaba este jueves intensamente a un reservista del ejército que la noche de este miércoles mató a tiros a 22 personas e hirió a más de 50 al abrir fuego en un bowling y en un bar-restaurante del estado de Maine, en el noreste del país.

La matanza conmocionó a la ciudad de Lewiston, donde se instó a la población a permanecer en sus casas por el riesgo que supone este hombre «armado y peligroso» que se dio a la fuga tras los tiroteos.

La Policía identificó al atacante como Robert Card, de 40 años, y difundió su fotografía, aunque dijo que por el momento se desconocían sus motivaciones.

La cadena de noticias CNN, citando a fuentes policiales, dijo que Card es un instructor certificado y reservista del ejército.

«Tenemos confirmados 22 muertos y muchos, muchos más heridos», declaró Robert McCarthy, concejal de Lewiston, una ciudad de más de 36.000 habitantes, a CNN.

«Nuestros hospitales no están equipados para gestionar este tipo de tiroteo», precisó, tras lo cual añadió que había entre 50 y 60 heridos.

El responsable de la seguridad pública de Maine, Mike Sauschuck, dijo a la prensa que las calles estaban llenas de policías que buscan al sospechoso.

«Tenemos literalmente a cientos de policías que trabajan en todo el Estado de Maine para localizar a Card», afirmó.

Esta nueva matanza, una de las más mortíferas desde la de Las Vegas en 2017, se añade a la larga lista de tiroteos que enlutan regularmente Estados Unidos, donde las arman pululan y son fáciles de adquirir.

Tras haber sido informado de lo ocurrido, el presidente Joe Biden se ausentó de una cena de Estado en honor al primer ministro australiano para comunicarse con funcionarios locales y ofrecerles el apoyo federal, según la Casa Blanca.

Fotos divulgadas del sospechoso muestran a un hombre con barba, vestido con una chaqueta marrón, pantalones azules y zapatos marrones, con un rifle semiautomático.

Según Sauschuck, la Policía halló una camioneta blanca abandonada a una decena de kilómetros de Lewiston.

Los tiroteos ocurrieron al menos en dos lugares: un bowling y un bar-restaurante.

El FBI señaló que participa también en la búsqueda del sospechoso.

Varios medios mencionaron también un tiroteo en un centro de logística de un supermercado Wallmart, pero las autoridades no lo confirmaron por el momento.

«Es una situación abrumadora. Nunca habíamos vivido algo así», declaró a la televisión local una testigo del ataque, Cynthia Hunter, quien vive en Lewiston desde 2012.

En tanto, las escuelas públicas permanecerán cerradas este jueves en el distrito, según informó un funcionario local en X (anteriormente Twitter).

«Estoy horrorizado por lo que pasó en Lewiston esta noche», dijo un congresista por Maine de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, Jared Golden, en un comunicado.

Estados Unidos tiene más armas que habitantes: un adulto de cada tres posee al menos un arma y casi un adulto de cada dos vive en una casa donde hay un arma.

La consecuencia de esta proliferación es la altísima tasa de muertes por armas de fuego, incomparable con la de otros países desarrollados.

Excluyendo los suicidios, más de 15.000 personas han muerto a causa de la violencia armada desde principios de año en el país, y el ataque del miércoles es el más mortífero registrado durante el período, según la asociación Gun Violence Archive (GVA).

Los esfuerzos por endurecer el control de armas en ese país han chocado durante años con la oposición de miembros del Partido Republicano, defensores del derecho constitucional a portar armas.

La parálisis política se mantiene pese a la indignación generalizada por los recurrentes tiroteos.