A cinco días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los dos principales candidatos decidieron hoy concentrarse en dos estados, Florida y Carolina del Norte, que podrían definir los comicios del próximo martes y en donde las minorías, principalmente los latinos y los negros, serán determinantes.

Por pocos kilómetros, los candidatos Hillary Clinton y Donald Trump, y el presidente Barack Obama no se cruzaron hoy, mientras encabezaban la seguidilla de actos que dominó la jornada en estos dos estados.

Obama comenzó en la sede en Miami de la Florida International University bien temprano a la mañana.

«Hillary nos llevará hacia adelante si le damos la oportunidad (…) Tenemos trabajo que hacer para finalizar lo que empezamos hace ocho años», arengó un Obama seductor y bromista frente a una multitud de jóvenes, el segmento demográfico que hizo la diferencia en 2008, cuando el entonces desconocido candidato sorprendió al país y se convirtió en presidente.

Poco después, el mandatario se trasladó a la ciudad de Jacksonville, en el mismo estado sureño, para otro acto. Al mismo tiempo, a menos de 50 kilómetros de allí, el candidato presidencial republicano encabezaba su propio mitin.

Mientras Obama daba un nuevo discurso inspirado en la necesidad de frenar la llegada de Trump a la Casa Blanca y romper el inmovilismo que domina al Congreso de mayoría republicana, el magnate se concentraba en reavivar la polémica entre el FBI y la campaña presidencial demócrata.

El viernes pasado, a menos 11 días de las elecciones, el director del FBI, James Comey, sorprendió al oficialismo y la oposición al informar al Congreso y al público en general que el FBI reabrió la investigación sobre el uso del servidor de correo privado de Clinton cuando era secretaria de Estado de Obama.

El anuncio del director del FBI coincidió con el inicio de un repunte en las encuestas de Trump, y dio renovados argumentos al magnate para atacar a la ex secretaria de Estado durante sus actos de campaña.

Por eso, desde entonces la cúpula demócrata y la propia Clinton no paran de cuestionar públicamente la decisión del FBI.
Hoy Trump acusó al gobierno de Obama de intentar bloquear la investigación del FBI. «El Departamento de Justicia busca protegerla e interferir con la investigación del FBI», sentenció durante su acto, según la agencia de noticias EFE.

Además acusó llamó al presidente a «volver a trabajar». «Está haciendo campaña todos los días. Ella (por Clinton) está bajo investigación criminal. Creo que tiene un conflicto (de intereses)», denunció el magnate.

Horas después, el candidato republicano se trasladó al otro estado clave de esta elección, Carolina del Norte. Mientras se preparaba para un acto en la ciudad de Concord, no muy lejos de allí Clinton comenzaba a hablar en una universidad en la ciudad de Winterville.

Además de querer conquistar a los votantes más jóvenes -un segmento demográfico que en las primarias se volcaron masivamente a favor de su rival, el veterano senador socialista Bernie Sanders-, Clinton buscó hoy sumar el apoyo de la comunidad afroestadounidense.

Para ello, hizo hincapié en el respaldo que expresaron grupos supremacistas blancos a Trump en los últimos meses. El último fue a través de la tapa de una revista nacional vinculada al grupo violento y racista, Ku Klux Klan.

Según Clinton, la campaña de Trump «se ofreció como un vocero para sus más virulentos simpatizantes», reprodujo la cadena de noticias CNN.

La candidata demócrata decidió hacer sus dos actos diarios en el mismo estado, lo que demuestra que el distrito, al igual que Florida, serán determinantes en la elección del próximo martes.

Carolina del Norte apoyó a Obama en 2008, pero en 2012 se inclinó por su rival republicano, Mitt Romney. Florida, en cambio, apoyó a Obama tanto en 2008 y 2012, pero antes de eso había votado por George W. Bush dos veces seguidas.

Los demócratas están especialmente preocupados por Florida no sólo porque todas las encuestas pronostican un resultado muy cerrado, sino porque en la última elección presidencial el oficialismo ganó por apenas una ventaja del 0,9%.

Este escenario incierto se traduce a su vez a las encuestas nacionales, en las que la ventaja clara a favor de Clinton de las últimas semanas parece haberse esfumado.

Los últimos sondeos oscilan entre una diferencia de tres y dos puntos porcentuales a favor de Clinton, a una de tres puntos a favor del magnate, hasta un empate, según la página web especializada Real Clear Politics.