Unos 40 jefes de Estado y de Gobierno participaban este viernes del segundo y último día de trabajo de la cumbre climática de París, en la que se buscan establecer mecanismos financieros más modernos para afrontar los desastres climáticos. Desde el jueves, representantes de un centenar de países participan de esta cumbre con el desafío de liberar millones de dólares de dinero público y privado destinados a la transición energética y la adaptación de los países más vulnerables.

Entre los 40 jefes de Gobierno y Estado se destaca la presencia del líder de Brasil, Lula da Silva; Colombia, Gustavo Petro, y Cuba, Miguel Díaz-Canel. Además, participan representantes de la sociedad civil y dirigentes de bancos regionales de desarrollo.

La agenda climática

El desafío pasa por modernizar el rol de instituciones multilaterales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que según el clamor de los países del Sur deben orientarse de pleno a sus necesidades en cuanto a lucha contra el cambio climático, el combate contra la pobreza, el desarrollo humano y la protección de la biodiversidad. Sin embargo, la confianza es escasa entre los países más vulnerables, agrupados en el llamado grupo V20 (compuesto de 58 países), tras una serie de promesas incumplidas por parte de las naciones más desarrolladas.

El presidente de Kenia, William Ruto, dijo que viajó a París «no para pedir ayuda» a los países ricos, sino para pedir una reforma de la arquitectura financiera mundial que permita a los países en desarrollo «participar en la solución», informó la agencia de noticias AFP. Entre esos planes figuran el alivio de la deuda, la ampliación de la capacidad de préstamo de parte de los organismos financieros multilaterales, la movilización del sector privado y una nueva fiscalización de los movimientos financieros.

Del lado de la deuda hubo gestos este jueves. Los países acreedores de Zambia aceptaron reestructurar 6.300 millones de dólares de deuda de este país africano que en 2020 se declaró en moratoria de pagos. Y el Banco Mundial dijo que adoptará nuevas «herramientas», como «ofrecer una pausa en el pago de la deuda» en caso de catástrofes.

climática

El FMI anunció asimismo haber alcanzado el objetivo de redistribuir 100.000 millones de dólares de derechos especiales de giro prometidos a los países pobres para el desarrollo y la transición climática. «La crisis climática implica un gran plan Marshall global de inversiones», basado en gravar las transacciones financieras y en «cambiar deuda por acción climática», lanzó ayer el presidente colombiano, Gustavo Petro.

La tasa sobre las transacciones financieras se anuncia muy difícil de acordar en esta cumbre, aunque la presidencia francesa sí ve margen de maniobra para promover una tasa a las emisiones de carbono del transporte marítimo. En ese sentido, el presidente francés, Emmanuel Macron, llamó hoy a una «movilización» para poner en marcha tasas internacionales a las transacciones financieras, a los billetes de avión y al transporte marítimo, para financiar la lucha contra la pobreza y el cambio climático.

Francia ha manifestado su esperanza de que este año se cumpla al fin la promesa de los países ricos de aportar 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para ayudarlos en la lucha contra el cambio climático. Una cifra prometida en 2009, que llegaría con tres años de retraso respecto del plazo previsto de 2020 y que deberá ser certificada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Accesoriamente, la cita de París se presta para una lluvia de reuniones bilaterales. 

Tras finalizar los trabajos de la cumbre pasado el mediodía, Lula almorzará con Macron en el Elíseo para hablar de la pendiente ratificación del acuerdo entre la UE y el Mercosur. Una reunión a la que Macron llega bajo presión de los agricultores franceses, que le exigen dar un «no firme y definitivo» al acuerdo en su forma actual por razones de normativa ambiental y sanitaria, y en la que Lula prometió defender los intereses del agro brasileño.