El mundo está viviendo en 2023 los meses de junio y julio más calurosos de su historia a nivel global, al menos desde que se tienen registro. La combinación abarca desde las temperaturas superiores a 50 grados en el verano del Hemisferio Norte (Estados Unidos, Europa y China, por caso) hasta los 27° C que tuvo el Área Metropolitana de Buenos Aires en nuestro país este sábado.

El cambio climático es una realidad y una de las formas de expresarse es en la repitencia de fenómenos extremos cada vez más frecuentes. Las olas de calor y las sequías son dos de ellos. “La relación con el cambio climático es directa, y lo que trae es mayor frecuencia de estos episodios cálidos. No solo la temperatura media global anual que sube lentamente y que no queremos que llegue a un grado y medio, porque las consecuencias en algunos aspectos pueden ser muy bravas, sino que aumenta la frecuencia de estos eventos extremos. Más frecuencia de olas de calor más intensas en todo el globo. Lo que vive el Hemisferio Norte claramente es esa manifestación”, remarca la meteoróloga, docente e investigadora del Conicet, Matilde Rusticucci.

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La especialista hace referencia al umbral que se propusieron los países representados en las Naciones Unidas en el Acuerdo de París, cuando dispusieron que el planeta no superara un aumento de 1,5 grado de promedio global en comparación a 1900. Las consecuencias de sobrepasarlo van desde olas de calor cada vez más duraderas hasta el derretimiento de los polos. ¿Qué lejos estamos de llegar a 1,5° C? Responde Rusticucci: “Hoy estamos en 1,2…”.

“Durante las últimas cuatro décadas ha habido un aumento de las temperaturas, cada década. Este pasado junio fue el junio más cálido del que hay registros y anticipamos que julio será más caluroso”, apuntó el director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, Gavin Schmidt.

Invierno

Más allá del fenómeno de El Niño, es crucial la incidencia de la emisión de gases del efecto invernadero, que está lejos de descender.

Desde el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) anticiparon que estas olas de calor del norte probablemente se repitan en nuestro verano 2024, con diferentes efectos y magnitudes teniendo en cuenta la geografía de cada región. La Argentina no estaría exenta, sobre todo el Gran Chaco. En el Cambio Climático la otra cara de las consecuencias ambientales la componen las fragilidades tanto sociales como urbanas. Rusticucci se lamenta que “es muy difícil llegar hasta los tomadores de decisión, que son los que tienen que finalmente hacer las cosas como corresponde”.

Especialistas advierten que el escenario actual demanda políticas anticipadas de prevención y mitigación, algunas macro como regular la energía y uso de servicios esenciales como el agua (en Europa ya sucede en varios países que limitan su uso), cambiar matrices productivas, destinar más fondos a infraestructura y energía renovable, fomentar mayor home office en horas pico e impulsar campañas de concientización y cobertura de productos que hidraten y protejan del sol; hasta acciones individuales de cada persona, como cambios de consumos, dietas y hábitos diarios.

Respecto al julio con temperaturas cálidas que vivió el país en estos días, Rusticucci sostiene que «siempre hay algún episodio de temperaturas muy elevadas en invierno, en particular este invierno ya se preveía, nosotros hicimos la predicción para los 3 meses de julio-agosto-septiembre, que daba temperaturas máximas extremas, muy por encima de lo normal en casi todo el país, y las mínimas también altas».

Cindy Fernández, comunicadora meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional, coincide: “estamos un poco por encima del promedio invernal pero es completamente normal tener algunos días con estos valores +20 o +30 en el centro y norte de Argentina. En el Hemisferio Norte no es normal. En Europa, las olas de calor aumentaron 6 veces comparado con la década de los ’80, producto del cambio climático. Y la barrera de 45° C se está superando con mayor facilidad. Se espera que la situación sea cada vez más grave a medida que el cambio climático se incremente”.

Agrega que en el ¿Norte “es más extremo porque ese Hemisferio tiene más tierra y menos océano, que son los que ayudan a que los cambios se hagan más lentos”. el aumento de la temperatura global ocurre también en la superficie del mar (TSM)que alcanzó esta semana, los 20,9° C: un récord que significa 0,6° C respecto a la media de 1991-2020.Las aguas del Atlántico, frente a las costas de Florida, llegaron a 32° C, una temperatura sin precedentes.