El lunes, hace sólo seis días, y apenas con horas de preaviso, tal como si se tratara de una urgencia de esas de las que puede no haber retorno, Mauricio Macri viajó a Paraguay para verse con Horacio Cartes, quien fuera su par en años de gloria. De gloria o de poder omnímodo. Hablaron, dijo el ex presidente argentino a los medios paraguayos, de aspectos centrales para esta náufraga América Latina. Escueto, como siempre, y con la riqueza lingüística propia de los tiempos de las cavernas, Macri repitió en unas breves frases que había viajado a Asunción para compartir algunas inquietudes “con mi amigo”. Antes había dicho que viajaba en su carácter de emisario del fútbol global. ¿Para qué? Nunca se supo. Un prodigio: en cuatro frases repitió cinco veces la palabra “amigo” para aludir a Cartes. Desde siempre se insiste, y debe de ser cierto, que no se elige ni a los padres ni a los enemigos, sólo se elige a los amigos, en mérito a sus valores y virtudes.

La figura de Cartes parece irrompible. Todo el mundo, y esto no es sólo una forma de decir, lo da como el mayor contrabandista de cigarrillos (a través de Tebesa, Tabacalera del Este, la propietaria del avión en el que fue y volvió Macri) y gran lavador de dinero de las más diversas actividades mafiosas (a través de su Banco Amambay). Lo investigan la DEA y el FBI, según los documentos secretos divulgados por WikiLeaks. En 2019 la Justicia de Brasil dictó contra él una orden de captura por liderar una red transnacional de actividades ilegales. La Special Police TaskForce (SPT) de Holanda, junto con los servicios de inteligencia de Colombia, le pisan los talones en las ex colonias neerlandesas de Aruba y Curaçao y en la zona franca de Maicao, en el departamento colombiano de La Guajira.

Cartes lidera un holding de casi 30 empresas ligado a las finanzas, la industria tabacalera, la ganadería, la producción de bebidas alcohólicas y el deporte. A través de Paraguay Soccer SA es el dueño del club de fútbol Libertad –dirigido por el argentino Ramón Díaz– y domina el negocio de la transferencia internacional de jugadores. En 2015, cuando ocupaba la Presidencia y soñaba con una reelección constitucionalmente imposible, empezó a acumular medios de prensa y el entretenimiento: los diarios Crónica, La Nación, Popular, ADN y Hoy Digital; las radios Uno y Laser Stream; Hei Network, titular de tres canales musicales, y Unicanal. Al frente del holding con cabecera en el Banco Amambay puso a su hermana Sarah.

Ya en 1985 tuvo problemas con la Justicia paraguaya y fue condenado por estafar al Banco Central. Sin embargo, el ex presidente Nicanor Duarte Frutos (2003-2008) situó en 2010 su inicio en el mundo de la corrupción. “Fue en noviembre de 2010 que en nuestro partido (el Colorado) comenzó la era de la pornografía política, cuando a pura plata Cartes compró a los dirigentes para que cambiaran los estatutos y lo habilitaran, sin la antigüedad necesaria, para postularse a la Presidencia”. Duarte se olvidó, porque las culpas también le tocan a él, de que la “pornografía política” había comenzado en 1954, cuando Alfredo Stroessner se apropió del gobierno y, desde entonces, los colorados le dieron ropaje civil a sus 35 años de sangriento dictador.

La Policía Fiscal y Aduanera de Colombia lo tiene fichado desde principios de la década pasada, pero fue en 2018 cuando probó que, en una sola partida, había contrabandeado cigarrillos Ibiza y Mariner –marcas insignia de Tabesa– por más de 100 millones de dólares. Según SPT, los contenedores salen de la Triple Frontera y pasan por Brasil o atraviesan territorio argentino para llegar a la zona franca uruguaya de Nueva Palmira. Desde allí nunca fueron reexportados, pero aparecieron misteriosamente en Maicao. Los agentes de la SPT dicen tener documentada una reunión secreta realizada en Aruba entre los blanqueadores del contrabando y un emisario de Cartes, el mismo que realiza viajes relámpago en un avión del mismo tipo del usado por Tebesa para transportar a Macri.

Humo

Paraguay produjo en 2018 unos 70.000 millones de unidades/año de cigarrillos, algo así como 3,5 millones de atados. De ese total, los paraguayos consumen alrededor del 2%. El resto sale de contrabando. “Hay colillas de cigarrillos paraguayos en cinco continentes”, señaló Gazeta do Povo, el más antiguo medio de Curitiba: Brasil, Argentina y Colombia, en ese orden, son los principales destinos. El tabaco que entra a Brasil por los 1300 kilómetros de frontera con Paraguay equivale en valor al 36% de la cocaína y la marihuana que ingresan por los 16.000 kilómetros de frontera con sus diez vecinos sudamericanos. Ninguno de los gobiernos que se sucedieron desde la dictadura de Stroessner (1954–1989) ignora que el contrabando está inducido por la baja carga impositiva aplicada al tabaco (10%), comparada con la de los demás países de la región (del orden del 70%). De ahí la paradoja de que con más de 210 millones de habitantes, Brasil sólo tenga once plantas tabacaleras, mientras que con unos 7 millones Paraguay albergue unas 30.