Tropas israelíes mataron este martes a un décimo palestino en la incursión militar más violenta en casi 20 años en los territorios que Israel ocupa a Palestina en la región de Cisjordania, que continuaba un día y medio después de su inicio y que también dejó decenas de heridos.

Cientos de tropas israelíes, drones, vehículos blindados, aplanadoras y retroexcavadoras fueron desplegados por el Ejército para el operativo en el campamento de refugiados palestinos ubicado dentro de la ciudad de Jenín, en el norte de Cisjordania.

La incursión comenzó el domingo poco después de la medianoche, e Israel dijo que tiene como blanco a milicianos de un grupo armado local poco conocido llamado Brigadas Jenín.

El Ministerio de Salud palestino dijo en un nuevo balance que 10 palestinos murieron y 100 resultaron heridos, 20 de ellos de gravedad, en la operación en Jenín.

«Nuestras fuerzas entraron en el nido de terroristas en Jenín (…), están destruyendo centros de mando y capturando una cantidad considerables de armas», declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El Gobierno autónomo palestino del presidente Mahmud Abbas, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, denunció «una guerra abierta contra la población en Jenín».

Las calles de la localidad estaban hoy desiertas, llenas de escombros, piedras y barricadas improvisadas, informó la agencia de noticias AFP.

La incursión recordó los grandes operativos que Israel lanzaba a principios de la década de 2000 durante el segundo levantamiento general palestino, o «Intifada», y extendió el periodo más violento en años en la región, con más de 200 muertos en lo que va de 2023.

La violencia ya se había desbocado en 2022, pero se agravó con la llegada al poder, en diciembre, del nuevo Ejecutivo de Netanyahu, una alianza de partidos nacionalistas y religiosos que es el Gobierno más derechista de los 75 años de historia de Israel.

La mayoría de los muertos de este año eran palestinos, pero Netanyahu estaba bajo presión interna tras múltiples ataques contra habitantes de las colonias que Israel tiene en Cisjordania desde hace décadas, incluyendo uno que dejó cuatro israelíes muertos el mes pasado.

El campamento de refugiados de Jenín es una especie de gran barrio densamente poblado donde viven unas 14.000 personas.

Los refugiados son aquellos palestinos y sus descendientes que decidieron quedarse en sus casas dentro de lo que hoy es Israel cuando se fundó el Estado judío, en 1948, y no hacerse israelíes. Sus propiedades fueron confiscadas y ellos, expulsados.

Unos 3.000 palestinos abandonaron el campamento de refugiados tras la operación israelí, dijeron las autoridades locales, que añadieron que se tomaron medidas para recibirlos en escuelas y otros lugares de la ciudad.

Los movimientos islamistas palestinos Hamas y Yihad Islámica, que tiene brazos armados mucho más poderosos que la poco conocida Brigada Jenín, amenazaron con represalias si la operación se extendía.

Israel dijo que la incursión seguirá hasta lograr sus objetivos, que no precisó.

En el plano diplomático, la Liga Árabe, que reúne a los países donde se habla árabe, convocó una reunión de urgencia para hoy.

Jordania, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, países que mantienen relaciones diplomáticas con Israel, denunciaron la incursión.

Estados Unidos dijo por su parte que hay que apoyar «la seguridad de Israel y su derecho a defender a su población».

En lo que va de año, la violencia entre israelíes y palestinos ya provocó la muerte de al menos 187 palestinos.

Israel ocupó Cisjordania y Jerusalén este en una guerra contra Jordania, Egipto y otros países árabes en 1967. Con el tiempo, levantó allí decenas de colonias donde hoy viven unos 400.000 israelíes, entre unos 2 millones de palestinos.

Los palestinos reclaman todos esos territorios para fundar un Estado independiente, pero Israel de niega a descolonizarlos.