La orden de detención domiciliaria contra Xu Jiayin, el fundador del gigante inmobiliario chino Evergrande, no hizo más que elevar la preocupación ante los temores de un nuevo cisne negro como el que se esparció en la economía internacional con la caída del Lehman Brothers, hace justo 15 años. El magnate, de 64 años, había desaparecido hace semanas de los lugares que solía frecuentar -básicamente la sede de la firma en la provincia de Guangdong- y las autoridades de Beijing decidieron terminar con esa suerte de fuga para no quedar pegadas a la debacle del que fuera el promotor inmobiliario más grande del planeta, que a esta altura tiene más de 300 mil millones de dólares de deuda y, por lo que se está viendo, pocas posibilidades de conseguir fondos para no terminar de desmoronarse.

En un comunicado de este viernes, la empresa -que el mes pasado se había acogido al Capítulo 15 de la ley de quiebras en la bolsa de Nueva York y suspendió su cotización en la Bolsa de Hong Kong tras el anuncio y ante el derrumbe de sus acciones- dijo que Hui Ka Yan (como también se lo conoce, en chino cantonés) es sospechoso de actividades ilegales y que se encuentra en un régimen de “vigilancia residencial”.

Evergrande venía tecleando al menos desde hace tres años y el gobierno ensayó diversas estrategias para que la situación no pasara a mayores. Es así que en octubre de 2021 conminaron a Hui (o Xu) a que use su riqueza personal –llego a ser el hombre más rico de China, con una fortuna valuada en unos 11.500 millones de dólares- para aliviar la deuda que tenía la firma. No es el único caso de empresas inmobiliarias en crisis en China, pero si el de más impacto por el tamaño.

Hui-Xu nació en una población campesina de la provincia de Henan y en un discurso, refleja un artículo de la BBC, dijo que se crió en la pobreza más absoluta. Su crecimiento económico coincide con el despegue de China a partir de las políticas de Deng Xiaoping de los años ’80. Comenzó su carrera al éxito en una acería al sur del país de la que llegaría a ser gerente de planta. En 1996 fundó Shenzhen Evergrande, empresa dedicada a la construcción de viviendas.

Según Mario Quinteros, excónsul argentino en Guangzhou y residente en esa ciudad de la provincia de Guangdong en la que Evergrande sentó su base, el explosivo crecimiento del grupo se explica porque la construcción “era una de los pilares de la economía de esos años. Pero alrededor de los 2000 esa etapa terminó”. El ejemplo que pone el actual copropietario de Yi Consulting LTD es el de lo que ocurrió en estas pampas con industrias como la marroquinería o la confección, que dejaron de estar en el candelero, con las consecuencias para la economía y la sociedad que eso acarrea.

Pero en una economía planificada la cosa es diferente. Quinteros afirma que la caída de Evergrande y de otras empresas de desarrollo inmobiliario (ver aparte) se relaciona con un profundo cambio que en el país asiático se venía registrando desde antes y que las medidas “antichinas” del gobierno de Donald Trump desde 2017 no hicieron más que acelerar. “Pasaron de un modelo de producción de baja tecnología centrado en mano de obra barata a uno centrado en más tecnología y salarios más altos”. El ejemplo no podía ser más claro: “De fabricar paragüitas y remeras a máquinas herramienta, autos eléctricos y microprocesadores de última generación”. Las trabas al comercio de productos chinos hacia EE UU obligaron a apurar este otro “salto hacia adelante”.

La economía “ochentista” tenía el otro pilar en el desarrollo de obra pública y la infraestructura, un sector en el que China estaba muy rezagada. “China entra en una etapa de decadencia a partir de 1820 y cuando se produce la revolución de 1911 (que terminó con la monarquía) es un país muy atrasado. Incluso en el año 49 (con la revolución comunista) el índice de analfabetismo era del 90%. Eso cambia a partir de 1980 y fueron muy exitosos en eso”, añade Quinteros. La pregunta del millón es qué puede ocurrir de aquí en más habida cuenta de que ese modelo está dejando. ¿Hay otro Lehman Brothers a la vuelta de la esquina?

“Cuando la crisis del LB les estalló en la cara (a las autoridades estadounidenses) dijeron ¿y ahora qué hacemos? En China es diferente –detalla Quinteros- el gobierno de Xi Jinping venía dando mensajes muy indirectos y se debe tener en cuenta que el estado chino tiene herramientas de control y la voluntad política de utilizarlas”.

Evergrande había vuelto a las bolsas el mes pasado luego de casi un año y medio de suspensión, pero según consigna la agencia AFP, el domingo pasado se anunció que no estaba en condiciones de emitir nueva deuda para saldar cuentas previas con la filial Hengda Real Estate Group, está bajo investigación. En la semana, además, incumplió el pago de otra tanda de bonos y las autoridades le terminaron de bajar el pulgar para que la mancha de aceite no se extienda al resto de la economía china.

Los daños colaterales

La agencia oficial de noticias Xinhua destaca que gobiernos provinciales y grupos financieros chinos “están ayudando a los promotores inmobiliarios con soluciones para activar la liquidez”. Una forma de evitar la onda expansiva de la caída de Evergrande que ya se viene poniendo en marcha desde hace por lo menos dos años.
“En Zhengzhou, capital de Henan, se lanzó un fondo de ayuda con un tamaño de capital fijado en 10.000 millones de yuanes (alrededor de 1410 millones de dólares), dirigido solo a proyectos inmobiliarios existentes cuya inversión pueda cubrirse con los ingresos futuros de las ventas”, destaca Xinhua.
Otro fondo, de unos 30.000 millones de yuanes del Banco de Construcción de China se destinará a viviendas públicas de alquiler en la provincia de Hubei. En Nanning, en la región autónoma de Guangxi, se instaló un fondo estabilizador con un capital inicial de 3.000 millones de yuanes.
Hay casos como el de la empresa China Huarong Asset Management, que llegó a un acuerdo de rescate y reestructuración con Sunglow Group, mientras que Jiangsu Asset Management se asoció con Zhongnan Holding Group para reestructurar préstamos y actualizar proyectos existentes.
China Great Wall Asset Management, está analizando proyectos con 12 promotores inmobiliarios. China Evergrande Group, dice la agencia, firmó contratos para vender algunos de sus proyectos inmobiliarios a cambio de una inyección de capital, según un informe publicado por la institución de investigación inmobiliaria CRIC.