Le llevó seis meses a la oposición de derecha peruana dar el paso más concreto hacia su añorada destitución del presidente Pedro Castillo, en un escenario de desestabilización que se viene repitiendo en el país en la últimos años. El martes próximo, el Congreso sesionará para admitir o rechazar la moción de vacancia presentada por la legisladora de Avanza País, Patricia Chirinos, luego de que consiguiera los avales necesarios para ingresar el proyecto. Estos avales, la firma de 52 diputados, es igual al número necesario para aprobar el eventual juicio al presidente, por lo que se cree que será aprobada.

La avanzada de la derecha terminó de cuajar luego de una marcha encabezada por Chirinos, quien es la vicepresidenta tercera del Congreso, tras conocerse que el presidente había mantenido reuniones con empresarios y dirigentes en la casa particular donde suele pasar sus noches, sin protocolo ni registro oficial, lo que generó un debate candente en la opinión pública. Pero no es el único frente que se le abre a Castillo. Perú Libre, el partido con el que ganó las elecciones, realizaba por estas horas una asamblea extraordinaria para determinar si apoyaba la moción de Chirinos, y posiblemente también se discutiera su postura frente a una posible sentencia en caso de realizar el juicio político. La crisis interna ya había producido un sismo dentro del bloque legislativo entre los “puros” y quienes vienen del gremio docente al que pertenece Castillo, por algunos nombramientos y cambios en el Gabinete, y por el desplazamiento de figuras cercanas a Vladimir Cerrón, presidente de Perú Libre. El ala dura de PL acusa al gobierno de rodearse de lo que llaman la “izquierda caviar”, una forma de calificar a sectores con discurso progresista pero con apego a políticas liberales, alejadas de las transformaciones de fondo. La posición relativa de PL, que en lugar de cerrar filas dio lugar al debate, entusiasma a la derecha. Por su parte, los otros diputados aliados al gobierno con bloques minoritarios en la cámara anunciaron su rechazo a la iniciación del juicio y a la votación por la destitución.

Estos sectores serán parte de la marcha del martes en contra de la vacancia organizada por el Frente por la Democracia y la Gobernabilidad. Mary Coila, presidenta del convocante Partido Magisterial y Popular, una fuerza en formación con dirigentes muy ligados a Castillo, criticó a Chirinos y a su espacio político. “Desde el primer día, han estado con este tema del plan de la vacancia, de no dejar gobernar al profesor Castillo. Hay un Congreso obstruccionista, golpista: contra eso estamos”, dijo.

De aprobarse el inicio del juicio, Castillo sería obligado a presentarse ante el Legislativo para dar explicaciones, aunque algunos analistas creen que ese rol puede cubrirlo la jefa de Gabinete, Mirtha Vásquez. Tras esa presentación, vendría la votación definitiva, en la que se requerirían 87 votos para la destitución, un número que hasta ahora no parece posible reunir.

Más allá de lo que decida finalmente, las previsiones indican que Perú Libre, con 37 congresistas, votará en contra y que su postura responde a una presión para ganar posiciones internas. Con los cinco del aliado Juntos por el Perú suman 42, lo que deja 88 votos no necesariamente de la derecha y la ultraderecha. Con respecto a las reuniones, Castillo solo aclaró que no avala “ningún favorecimiento a ninguna empresa ni persona en particular. Exhorto a las autoridades a que, si hubiese pruebas de algún indicio de corrupción durante mi gestión, realicen su trabajo para esclarecer los hechos”.