Los suizos dieron aprobaron este domingo a través de un referendo que prohíbe a las mujeres musulmanas transitar por lugares públicos con el rostro cubierto por el nicab, prenda que solo deja descubiertos los ojos de la persona que lo usa. La iniciativa, que fue aprobada por un margen muy pequeño, es considerada como un triunfo contra el islam radical por parte de sus impulsores, mientras que sus detractores la definieron como xenófoba y sexista. Sin embargo la misma obtuvo el apoyo transversal de representantes de las distintas fuerzas que integran el arco político de ese país. Suiza sigue así los pasos de Francia, Austria, Bulgaria, Bélgica y Dinamarca, donde prohibiciones similares ya se encuentran vigentes.

De hecho, el texto que inicialmente fue propuesto por el partido de derecha UDC, también terminó recibiendo el apoyo de sectores identificados con el feminismo y una parte de los electores de la izquierda laica. Según los resultados oficiales, publicados por el Gobierno federal y reproducidos por la agencia de noticias AFP, el referendo obtuvo 51,21% de los votos, rompiendo por muy poco la virtual paridad. Con este resultado, la prohibición ahora debe incorporarse a la Constitución y se aplicará en restaurantes, tiendas y en espacios públicos.

Desde la UDC (partido que además quiere prohibir el uso del burka, o velo integral, y otras formas no religiosas de ocultar el rostro),  habían argumentan que esta prohibición contribuirá a impedir atentados terroristas y otras formas de violencia, facilitando al mismo tiempo la promoción de la igualdad de género y liberando a las mujeres que están «controladas, oprimidas y cautivas».

Este último argumento fue el que le valió el apoyo de grupos feministas, aunque muchas de sus representantes también juzgaban que esta prohibición era “racista y sexista”. También el Gobierno y el Parlamento suizos estaban contra esta prohibición por considerar que se trata de un fenómeno marginal en Suiza, que podría tener efectos negativos en el turismo y, finalmente, no ayudaría realmente a las mujeres afectadas.

En ese mismo sentido se expresó Cyrielle Huguenot, responsable de los derechos de las mujeres en Amnistía Internacional Suiza, quien consideró que este tipo de prohibiciones no son medidas encaminadas “a la liberación de las mujeres”, sino que, por el contrario, se trata “de una peligrosa política simbólica que viola la libertad de expresión y de religión”.