El expresidente José María Figueres Olsen y el exministro de Hacienda Rodrigo Chaves competirán por la presidencia de Costa Rica en la segunda vuelta electoral, convocada para el 3 de abril.

Con el 87% de los votos escrutados por Tribunal Supremo de Elecciones, Figueres, de 67 años, del Partido Liberación Nacional (PLN), lidera el escrutinio, con 27%, mientras que el economista Rodrigo Cháves, de 60 años, del Progreso Social Democrático, consiguió acceder el balotaje con el 16,7%.

Cháves fue ministro de Haciendo del gobierno saliente durante un año y medio.

Quien venza, asumirá un país estable democráticamente, pero aquejado por una severa crisis financiera y social, informó la agencia AFP.

Líder en el ranking global de felicidad 2018-2020 en América Latina y en activismo ambiental, la pandemia de coronavirus aumentó el desempleo (14,4% en 2021), la pobreza (23% en 2021) y una deuda pública equivalente al 70% del PIB, situación que encendió alarmas de organismos multilaterales.

La pandemia también afectó duramente al turismo, uno de sus principales motores económicos.

«Tengo la convicción de que nos vamos a levantar de esta crisis y marcharemos juntos hacia nuestro futuro», dijo Figueres, tras conocer los resultados, en la celebración con sus simpatizantes.

Figueres Olsen, gobernó entre 1994-1998, impulsó las medidas neoliberales del Consenso de Washington y es hijo del emblemático exmandatario José Figueres Ferrer, quien abolió el Ejército en 1948.

«Vamos a una segunda ronda y pido dejar atrás el conflicto y la confrontación estéril (…) Don José María [Figueres], le ruego una campaña de altura, propositiva y de ideas», aguijoneó Chaves durante su propia celebración.

Figueres Olsen fue involucrado en un escándalo de corrupción conocido como caso ICE-Alcatel entre los años 2000 y 2003, por una presunta coima de casi un millón de dólares. Vivió en Suiza durante casi ocho años y regresó a Costa Rica en 2011 luego de que la Fiscalía archivase el caso.

Chaves trabajó en el Banco Mundial por casi 30 años y fue denunciado por dos trabajadoras que le atribuyeron «insinuaciones sexuales» y un «patrón de comportamiento inapropiado no deseado» entre los años 2008 y 2013.

Ambas figuras se han mostrado abiertas a alianzas con los que perdieron.

En esta contienda también se eligieron los 57 diputados del Congreso. Los cálculos hacen prever un Parlamento altamente fragmentado.

«Quien asuma el gobierno va a tener conflictividad social porque hay que emprender cambios que implican grandes negociaciones con la Asamblea Legislativa», consideró la politóloga Gina Sibaja.

Más de 3,5 millones de votantes, de una población total de 5 millones, estaban habilitados para escoger al sucesor del presidente Carlos Alvarado y a los 57 diputados de la Asamblea. Pero hubo un 40% de abstención. Tanto Figueres como Chaves tienen varias manchas en su historial y el resto de los candidatos tampoco resultaba atractivo, al punto que el congreso mostrará una dispersión inédita en la historia de ese país.