“Más de 3300 casos en la Ciudad es un número muy alto: están los semáforos en rojo fuego. El índice de positividad, los casos y los hospitales colapsados, son los tres indicadores que marcan que el semáforo está en rojo”, advirtió Angélica Graciano, secretaria general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) para explicar por qué se convocó a un paro docente para este miércoles en el distrito, junto a Ademys y la Unión Argentina de Maestros y Profesores (Camyp), para reclamar a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta la suspensión temporal de la presencialidad.

“Llegamos al límite de que no se escucha ninguna de las propuestas que llevamos, en la última reunión de protocolo hemos presentado una nota a Rodríguez Larreta diciendo que había que modificar el sistema, no solo porque en las escuelas están permanentemente suspendiendo burbujas –tienen tres días de clase y 10 días no, es muy inestable-, sino porque la cantidad de gente que viaja e ingresa a la ciudad produce una cantidad de contagios inmanejable. Y lo que termina de llevar al límite todo es el colapso de hospitales y sanatorios. Además de contagiarte no tenés donde internarte. La obra social de los municipales tampoco tiene camas”, remarcó Graciano, en diálogo con Tiempo.

La medida había sido convocada en un primer momento por Ademys y luego adhirió también UTE. El pedido incluye el reclamo por dispositivos y conectividad para garantizar la educación en la virtualidad. “Queremos que el Gobierno de la Ciudad compre las tablets con chips para celulares y contenidos para poder hacer una combinatoria de presencialidad y virtualidad real, sin marketing, continua y que esté acompañada de otras políticas como las ayudas a las familias”, indicó la referente de UTE. “Es importante producir un corte en la circulación, eso bajaría las demandas en hospitales y reordenaría el trabajo. Se puede hacer un corte y retomar con otra organización luego”, propuso.

A nivel nacional, CTERA emitió el lunes un comunicado instando al Ministerio de Educación de la Nación y Ministerios Provinciales Educativos a la “suspensión temporal de la presencialidad en aquellas localidades, departamentos o distritos donde el aumento de casos ha sido exponencial en los últimos 14 días”. En la Provincia de Buenos Aires, ante el aumento de los contagios, Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA y secretario adjunto de CTERA también reclamó medidas restrictivas.

Pese a que el reclamo de los gremios se intensifica, el ministro Nicolás Trotta ratificó en las últimas horas la continuidad de la presencialidad, que en el distrito capitalino la ministra Soledad Acuña también busca sostener a toda costa. “Esperamos que Larreta reflexione, que la ministra reflexione”, planteó Graciano. Y describió una situación de “mucha angustia e incertidumbre” en las escuelas, donde las burbujas cambian de docentes por contagios y aislamientos, con escuelas que avisan la situación mediante carteles pegados en las puertas (en los que también advierten que la gran mayoría del personal escolar aún no está vacunado) y con escenas de “pánico”. “Hay familias diezmadas, que perdieron dos integrantes o más. Entre los chicos son permanentes las colectas para los entierros. Hay situaciones de un dolor que parte el corazón. No estamos hablando solo de contenidos. Para aprender hay que estar vivo y en cierto equilibrio. Se necesitan otro tipo de políticas que acompañen”, cerró.

Este mediodía, en tanto, la organización Jóvenes de Pie junto al Movimiento Universitario Sur, convocó a una jornada nacional de lucha por la educación pública exigiendo a los gobiernos provinciales y locales políticas de inclusión y permanencia escolar. Bajo las consignas “Que nadie se quede afuera” y “Sin educación no hay conectividad”, las juventudes del partido Libres del Sur proponen un plan de lucha que, en Capital Federal, comienza con una concentración en el Ministerio de Educación de la Nación y en el Ministerio de Educación de La Ciudad.