El primer capítulo es un casting masivo y el jurado deberá elegir a los mejores 16 cocineros. Luego, los participantes ingresarán a la Cocina de Batalla, de donde surgirán dos ganadores que se desempeñarán como los chefs del primer restaurante.

Al estreno del programa, se suma el debut de Narda Lepes en la televisión abierta pero desempeñándose como jurado. «Con el resto de los chefs nos conocemos hace muchos años, trabajamos en el mismo ambiente y venimos de la televisión», cuenta entusiamada Lepes. 

La chef participó de la primera etapa de selección de quienes hoy integran el concurso. «Hubo primero una convocatoria de cocineros profesionales. En esa primera etapa la producción trabajó en seleccionar a los participantes y nosotros ayudamos», comenta. «Se buscaron cocineros profesionales no amateur, eso era clave para elegir a quienes van a estar mañana delante de la cámara», cuenta Lepes quien, además de su trabajo en el jurado de Dueños de la cocina, está terminando dos proyectos editoriales. 

En los últimos tres años, la tevé abierta puso al aire certámenes de cocina que tuvieron un gran éxito. «La televisión abierta tiene que estar muy segura de que un formato va a funcionar para hacer la inversión. Este programa, por ejemplo, es una tiene una producción enorme y hay que asegurarse de que la gente lo vea», explica el jurado.

–¿Por qué creés que interesan este tipo de programas?
–La gente tiene un vínculo con la comida que quiere recuperar, y ahí estamos nosotros con de los diferentes programas, este es uno más que habla de la cocina. Hay muchos proyectos y programas, sin embargo, nunca se comió tan mal. Si ves las casas de ventas de comida rápida que hay, te das cuenta por la cantidad de ofertas de comida procesada. 

–¿Qué te interesa del formato reality?
–Poder participar del proceso en el que sea crea. Esa parte la disfruto mucho. Ver a los cocineros, cómo se manejan ante la cocina es lo más divertido. En este programa, por ejemplo, no hay nada guionado y los despachos de cada edición a veces salen bien y otras salen mal. Ahí ves también la pasión de cada participante, cómo cada uno intenta que el plato sea perfecto y a otros les sale mal y se quieren matar. Ver que eso es tan genuino, en mi caso cambia un montón porque veo que es todo muy real».

Cada capítulo se compone de dos instancias. La primera es la prueba en el restaurant, donde los participantes deberán formar tríos y competir en grupo para obtener votos de los clientes y del jurado. La segunda es la prueba en la Cocina de Batalla: los participantes se someterán a un desafío individual bajo una consigna que deberán cumplir en un tiempo determinado y que será evaluado por el jurado. El ganador del certamen recibirá $ 300 mil y contará con la posibilidad de gerenciar un restaurant. Dueños de la cocina estrena esta noche y saldrá todos los domingos a las 22 hs. por Telefe.

La larga noche de Francisco Sanctis ganó como mejor película en el BAFICI: cine y polémicas

Por Majo García Moreno

Hoy llega a su fin la 18 edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independientes (BAFICI) que durante diez días ofreció cine en distintos puntos de la ciudad y consagró ayer a La larga noche de Francisco Sanctis, de los argentinos Andrea Testa y Francisco Márquez como ganadora de la Competencia Internacional.

Adaptación de la novela homónima de Humberto Costantini, la película narra el conflicto de un hombre (interpretado por Diego Velázquez, quien ganó el premio a mejor actor) que en 1977, sin estar involucrado en política, recibe la información de dos personas que los militares van a desaparecer.
La exhibición del film en el festival estuvo rodeada de polémica ya que, al finalizar las proyecciones, sus autores, en diálogo con el público, repudiaron los dichos del ministro de Cultura, Darío Lopérfido, quién había cuestionado la cifra de 30 mil desaparecidos. Presente en la sala, uno de los ex directores de BAFICI, Quintín, reaccionó con un insulto a los directores que anuló la posibilidad de dar un interesante debate que hubiera enriquecido la apreciación de quienes asistieron a la función. Esto motivó una respuesta escrita de parte de Testa y Márquez, quienes sostuvieron: «Lopérfido no es solamente un ciudadano, es también, como el mismo dijo, un representante del Estado. En ese sentido es que sus dichos nos parecen graves, ya que creíamos que el pedido de disculpas que se hizo desde el Estado, hace más de diez años, era una política de Estado que trascendía a qué gobierno esté al frente». Los cineastas manifestaron su amor por el Festival y, entre otras cuestiones, apuntaron: «No expresar lo que pensamos después de una película que habla de compromisos y silencios sería un gran acto de hipocresía de nuestra parte».

En el marco del BAFICI, Lopérfido fue increpado en la calle por asistentes que se acercaron a repudiar sus dichos y exigieron su renuncia. Él respondió tildándolos de «fascistas».

Más allá de estas cuestiones, el festival sirvió, una vez más, para encontrar al público con el cine independiente de distintas partes del mundo y participar de interesantes discusiones sobre la actualidad del quehacer cinematográfico.