Un grupo de ocho menores de edad se convirtió hoy en el primero en abandonar las filas de las FARC como parte de los compromisos de paz que esa guerrilla adquirió con el gobierno colombiano. Este es el primer paso para que todos los menores abandonen las filas de la guerrilla tal y como se comprometieron a hacer el pasado 15 de mayo.

Entonces, los equipos negociadores del gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lograron un pacto para sacar a todos los menores de las filas del grupo armado y facilitar su reintegración a la vida civil. Sin embargo, el acuerdo tardó en entrar en vigencia y solo hoy se inició un proceso en el que colaboraron el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef).

Con una enorme discreción, el CICR recibió al grupo de menores a primera hora de la mañana en una misión en que la que también había dos delegados de las organizaciones sociales que integran la mesa técnica que revisa el cumplimiento del acuerdo. La entrega de los menores se hizo con la mayor discreción «para garantizar la reserva de la identidad». Por ello, no se hizo público el lugar en el que fueron recibidos ni tampoco la unidad de las FARC de la que formaban parte.

En este sentido, el CICR destacó que «la discreción es clave para el éxito de este tipo de misiones con fines humanitarios», por lo que la mantendrán en las siguientes entregas de los menores. Posteriormente, los niños fueron llevados ante autoridades de Unicef, que celebraron la entrega e informó en un escueto comunicado que fueron trasladados por personal de esa organización a los lugares transitorios en los que permanecerán. Antes verificaron que todos ellos estaban en un «buen estado de salud» y los llevaron a «estructuras adecuadas para que el proceso de restablecimiento de derechos que está comenzando, se desarrolle en las mejores condiciones posibles». Al igual que el CICR, Unicef apreció la buena disposición «de todos los sectores de la sociedad» y agradeció a los medios de comunicación mantuvieran «la reserva y confidencialidad» sobre los datos y detalles de la entrega de los menores.

Según el acuerdo alcanzado entre el gobierno y las FARC, el CICR se ocupará de realizar una revisación preliminar del estado de salud física y mental de los menores de edad, verificará sus identidades y su información personal básica, antes de ser entregados a un equipo de recepción conformado por representantes de Unicef. Esa entidad operará los lugares transitorios de acogida, donde los menores serán sometidos a una segunda valoración médica y psicológica. Superada esa fase, los menores recibirán actividades preparatorias para su reincorporación, reparación integral e inclusión social. Según el acuerdo alcanzado por ambas partes, a todos los menores que salgan de la guerrilla se les considerará víctimas.

Hasta el momento no existe una estimación oficial de cuántos niños tienen las FARC como guerrilleros, pero en mayo pasado el jefe negociador de esa guerrilla, Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, cifró en 21 los menores de 15 años que en ese momento estaban en sus campamentos. Sin embargo, el gobierno colombiano elevó a 170 el número de menores contabilizados en las filas de esa guerrilla.