El Ministerio de Seguridad desafectó preventivamente a los dos policías que debían custodiar la casa de Morón donde la gobernadora María Eugenia Vidal vivía hasta poco después de su asunción, en cuyo garage fue hallado este martes un cartucho de escopeta. Los uniformados fueron separados por decisión del área de Asuntos Internos de la cartera que conduce Cristian Ritondo, luego de que la justicia allanara sus respectivos domicilios. El funcionario también aseguró que ya identificaron a las personas que en los últimos días hicieron llamadas amenazantes contra el gobierno bonaerense.

Los procedimientos en las casas de los policías suspendidos -de quienes no trascendieron las identidades- se hicieron en La Plata y en Berisso, y estuvieron a cargo de efectivos de la Gendarmería, que secuestraron teléfonos, documentación y teléfonos celulares.

La investigación del hallazgo del cartucho de escopeta en el garage de la casa de Castelar está en manos del fiscal de Morón Claudio Oviedo. Esa vivienda habitó Vidal hasta su divorcio con el intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, y su mudanza al predio de la Base Aérea. Precisamente, cuando anunció cuál sería su nuevo domicilio, la gobernadora alegó razones de seguridad.

El episodio se produjo en el contexto en que fueron recibidos al 911 tres llamados amenazantes contra el gobierno provincial, por lo que fue interpretado como un mensaje mafioso. Al respecto, Ritondo afirmó que «se detectaron de qué números provinieron». En declaraciones al canal bonaerense QM Noticias, dijo que «una ya es de público conocimiento que ha sido de una Unidad Penitenciaria. En otras dos tenemos identificadas a las personas y en algún caso ya se ha hecho algún tipo de allanamiento.»

Para el ministro las amenazas son la reacción al gobierno que empezó a «meterse en reformas serias, a cortar negocios y privilegios». Y aprovechó para sacar pecho: «No nos van a parar», dijo. La estrategia ya la había esgrimido el martes el ministro de justicia bonaerense, Gustavo Ferrari, quien había afirmado que se trata de «reacciones» y «señales intimidatorias» por la decisión política de la gobernadora de «luchar contra la corrupción y el narcotráfico en todos los sectores».

Los hechos se suman a otros tres episodios que ocurrieron en junio y julio que, también fueron interpretados por el gobierno en el mismo sentido. En los ocho meses de gestión de Cambiemos en la provincia, los cambios en las fuerzas de seguridad fueron de formas, como la reducción de las cúpulas o la obligación de presentación de declaraciones juradas, pero no hubo modificaciones de fondo en la estructura de la Bonaerense o el Servicio Penitenciario.

Los policías separados reconocieron no haber estado frente a la casa donde fue hallado el cartucho porque alegaron que debieron concurrir a la seccional de Castelar Norte para retirar un vale de combustible para el patrullero. El episodio ocurrió el mismo día en que se realizaron tres llamados amenazantes, «uno alrededor de las 21, el otro a las 22 y el último a las 23», explicó Ferrari. La primera de las comunicaciones decía «hoy le exploto la gobernación a María Eugenia Vidal», y fue realizada desde la Unidad Penitenciaria N° 9 de La Plata.