El martes a la madrugada, Fabián Exequiel Enrique, de 17 años, apareció muerto en la entrada de la villa Los eucaliptos, en Quilmes Oeste, de tres balazos, dos en la espalda y uno en una pierna.

Aparentemente, Enrique y otro joven intentaron robarle el celular a un agente del Grupo Halcón de la Policía Bonaerense que se encontraba en su auto esperando el cambio de semáforo. Según testimonios, el uniformado se bajó del auto y les disparó cinco tiros, tres habrían impactado en el joven que escapaba del lugar.

El padre de Fabián Exequiel denunció: “Lo que pasó con mi hijo fue que un policía lo mató por la espalda, sin piedad. Lo mató como a un perro”. De hecho, hasta el día siguiente, el policía no informó, al menos oficialmente, a sus superiores del hecho.

Recién a las 24 horas de haber disparado, se acercó a la comisaría 3 de Quilmes con un superior para dar su versión de lo ocurrido. Según testimonió los jóvenes intentaron robarle el celular, entonces abrió la puerta del auto, un Volkswagen Polo azul, y disparó al menos cinco tiros, aunque aseveró no haber herido a ninguno de los dos asaltantes, por lo que volvió a su auto y simplemente se fue.

A pesar del tardío relato del policía bonaerense, las vainas de la pistola 9 milímetros con que disparó por la espalda al joven desarmado aparecieron en un montículo de basura en la calle. Este dato hace que los investigadores crean que el agente no disparó desde el auto sino que persiguió a los jóvenes. Esto concuerda con las versiones de los testigos, y es algo que las filmaciones de las cámaras de seguridad deben corroborar.

La fiscal Karina Gallo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Quilmes, a cargo de la investigación, ordenó el secuestro del arma reglamentaria y caratuló la causa como “homicidio”.

El padre del adolescente dijo al diario Clarin: «El policía se bajó del auto y lo acribilló. Mi hijo no le robó nada y, aunque lo hubiese hecho, tampoco podía pegarle tiros por la espalda. Mi hijo estaba enfermo pero en ese momento no estaba drogado».

Luego del respaldo presidencial al policía Luis Chocobar, que también mató por la espalda a un joven que escapaba de la escena del crimen, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich afirmó que desde el Estado están promoviendo una nueva “doctrina de seguridad”, que según los especialistas sólo legaliza el gatillo fácil.