La candidata a diputada nacional del Frente de Todos en la Ciudad de Buenos Aires Lorena Pokoik cerró ayer la campaña con un timbreo en la Comuna 5. Sin acto local, pero con la estrategia “15 comunas, 15 recorridas», referentes y referentas del FdT recorrieron distintos barrios y entregaron boletas para las elecciones del próximo domingo. La legisladora porteña estuvo en Plaza Almagro y habló con Tiempo Argentino a días de los comicios.

¿Cuáles son las principales demandas hacia el Gobierno nacional que percibieron en las charlas?

-Sin lugar a dudas el control de la inflación tiene un lugar protagónico en las demandas sociales. Con justa razón. Durante estos años de pandemia,  las empresas, sobre todo las alimenticias, incrementaron sus ganancias como nunca antes en los últimos años. Lo hicieron en detrimento de las y los argentinos. Es por eso que deberíamos apuntar hacia un Estado que controle mucho más fuerte los precios, como vemos que ahora lo está haciendo muy bien el compañero (Roberto) Feletti. Pero al mismo tiempo deberíamos poner en valor todo el poder del Estado y que no juegue solamente ese rol de contralor. Quiero decir, deberíamos tener un Estado que compita con las empresas alimenticias y que sea, en definitiva, el que marque la agenda de precios.

-¿Le preocupa el crecimiento de los partidos libertarios? ¿Desde el FDT hacen alguna lectura de ese crecimiento?

-Me preocupa siempre el avance de la derecha porque estos no son partidos libertarios. Son la extrema derecha manifiesta con discursos vacíos de contenido y con argumentos insostenibles en la práctica. Te pongo un ejemplo: alguien que es antisistema como dice ser, que quiere prender fuego el Banco Central, que odia al Estado, pero que al mismo tiempo quiere ser candidato a diputado, es una contradicción enorme. U odias al Estado o sos parte de él, ambas cosas no son compatibles. Pero juegan a eso, a confundir, a desprestigiar la política, a vaciarla de valores y a menospreciar la militancia.

¿Cómo evalúa el funcionamiento de la Legislatura y la insistencia en el tratamiento de proyectos inmobiliarios?

-Al oficialismo porteño dentro de la Legislatura le preocupan esencialmente dos aspectos. Reconocer a figuras destacadas de la cultura que casi siempre coinciden con su matriz ideológica y el levantamiento de torres de lujo por toda la ciudad. A los “convenios urbanísticos”, como les gusta decir a Larreta, hay que llamarlo por lo que son: pactos empresariales entre amigos. Porque no estoy diciendo nada nuevo si afirmo que la mayor cantidad de esos pactos se cierran con Eduardo Elsztain, amigo de varios funcionarios y referentes políticos del PRO, y presidente de la empresa IRSA. Por eso, una vez más, el 14 de noviembre tenemos la posibilidad de romper con la hegemonía PRO en la Legislatura y que el parlamento empiece a discutir temas importantes sobre tablas: más presupuestos para educación y salud. Exigir que el Instituto de la Vivienda tenga un rol fundamental en la construcción de casas para los sectores más postergados y que el oficialismo no se sienta dueño y señor de la Ciudad como si fuera una parcela más de sus tierras.

-¿Cuáles son los temas de la Ciudad que hay que llevar al Congreso nacional? ¿En cuáles hay que profundizar?

-Yo insisto siempre con un tema, la pandemia mostró las consecuencias de la ausencia del Estado porteño y de la política de ajuste que el PRO llevó adelante durante casi 15 años de gobierno. En todo este tiempo se diferenció de las políticas de emergencia sanitaria que el Gobierno Nacional decretó y siempre trató de hacer exactamente lo contrario. La última novedad fue que cuando nuestra ministra de Salud, Carla Vizzotti, dijo que ya se podía caminar sin barbijo al aire libre, ellos dijeron que no lo iban a implementar. Una actitud que responde simplemente a la campaña electoral. Por eso insisto con esto: la Ciudad no es un estado independiente de Argentina. No debe confundir autonomía con autarquía. Ante situaciones como las que atravesamos, la política no debe estar regida por un capricho político. Y en materia de salud menos aún. Como primera medida creo que la Ciudad debe reconocer a enfermeros y enfermeras como lo que son, profesionales de la salud para que eso se vea reflejado en sus salarios. En ese sentido hay que trabajar fuerte en el Congreso para concretar leyes nacionales. También hay que ponerle un freno a los negocios inmobiliarios que sólo sirven para edificar viviendas para los sectores más pudientes, mientras las clases medias y bajas no tienen posibilidad de acceder.