En un día de declaraciones cruzadas entre el kirchnerismo y funcionarios muy cercanos al presidente, Alberto Fernández, el mandatario se mostró en una foto que buscó comunicar unidad entre las tres patas más importantes del Frente de Todos. En Morón, durante un acto en que se anunció que el 100% de la localidad ya cuenta con servicio cloacal, el presidente estuvo junto al gobernador Axel Kicillof, la titular de AySA Malena Galmarini, el ministro de Obra Pública, Gabriel Katopodis, y el intendente local, Lucas Ghi. El ministro de Economía, Sergio Massa, estuvo en primera fila, cerca de la senadora cristinista y vecina de Morón Juliana Di Tullio.

En ese contexto, el presidente dijo: “No importa quién va a presidir a partir de diciembre, sí que sea uno de los nuestros». En un primer momento el mensaje se interpretó como una intención de bajar la espuma dentro de la interna oficialista. Fuentes del entorno del mandatario que hablaron con Tiempo señalaron que el objetivo es tratar de mantener la unidad del sello electoral creado en 2019.

En el albertismo siguen sosteniendo que su apuesta es cosechar voluntades políticas dentro del peronismo no kirchnerista, que incluiría a algunos gobernadores y a sectores de la CGT. Especulan con que, una vez pasadas las elecciones provinciales, en las que los gobernadores hayan peleado por la suya el territorio, pueden refugiarse bajo la candidatura nacional de Alberto.

El FdT, siempre según las encuestas que manejan en el oficialismo, tiene buenos números en la Provincia de Buenos Aires. La candidatura de Kicillof a la reelección pica en punta. El presidente se mostró este martes con funcionarios nacionales de origen bonaerense. En caso de que la interna devenga finalmente en una PASO, Kicillof respaldaría la postulación kirchenrista, sea de un gobernador como Jorge Capitanich o de la propia Cristina Fernández. En ese caso, Alberto no tendría un candidato a gobernador en Provincia. Por eso echaron a rodar el rumor de la postulación de la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz en estos días.

La estrategia del presidente será confrontar con el pasado gobierno de Mauricio Macri y no soltar el paraguas del FdT. En el entorno del mandatario hay quienes sueñan con que el cristinismo se refugie en un sello electoral similar al de Unidad Ciudadana, cosa que fue descartada de plano.

“Llevamos tres años muy difíciles. Lo que Macri nos dejó, que no hay que olvidarlo, porque nos dejó 54 puntos de inflación, un endeudamiento como nunca, obligaciones imposibles de cumplir. Al día 99 de gestión vino una pandemia que se llevó 10 millones de vidas en el mundo. Cuando estaba por superarse, se desató una guerra. Planteo este escenario para que sepamos cómo podemos hacer obras como ésta en semejante contexto. La respuesta es simple, hay decisión política”, señaló Alberto esta tarde en Morón.

Lo precedieron en el micrófono el intendente Ghi, de Nuevo Encuentro, quien destacó el accionar de su antecesor, Martín Sabbatella, quien se enfrentó al entonces intendente Carlos Rousselot que había firmado un contrato con la empresa de Mauricio Macri para hacer las cloacas del municipio y terminó en un escándalo de coimas y estafas a los vecinos. La cara de un Macri joven apareció en el video de la presentación de la obra.

A su turno, el gobernador Kicillof sentenció: “No es: ‘Ah, pero Macri’ sino ‘¡Ay, pero Macri!. Duele lo que hizo Macri en la Provincia ya desde los años 80. En esa década se anunció esta obra y se firmaron los contratos. Pero era una estafa desde el principio: el Estado ponía una parte y el resto un empresario que le transfería el costo a los vecinos”.

“Hay que tener memoria-agregó Kicillof-. Lo que estamos haciendo hoy es histórico. Es un día en que se repara una injustica y se muestra cuáles son las prioridades de un gobierno, mientras otros venden espejitos de colores mientras hacen tremendos negociados”.