Enviado Especial. Desde Bali, Indonesia. La primera sesión plenaria de la cumbre de líderes del G20 comenzará este martes en Indonesia. Cuando haya concluido, el presidente Alberto Fernández concretará su primera bilateral en la ciudad balnearia de Bali, donde se desarrolla la cumbre. Será con su par chino Xi Jinping. Ambos mandatarios volverán a verse por segunda vez en el año, aunque esta vez Fernández explorará otras instancias en la relación del gigante asiático, junto al ministro de Economía, Sergio Massa. 

Así como China compra bonos emitidos en dólares por el Tesoro de los Estados Unidos, los dos participantes argentinos del encuentro le propondrán al mandatario oriental un gesto político y económico: que compre una emisión de bonos argentinos en yuanes, como una demostración de cooperación recíproca para equilibrar el déficit comercial de Argentina. 

Treinta minutos claves con Xi Jinping

China es el segundo socio comercial de Argentina. Las exportaciones a ese país crecieron en los últmos cuatro años de 4.325 millones de dólares a 6.156 millones de dólares, pero el déficit supera los 8.000 millones de dólares anuales. Revertir esos números llevará, según estiman en Economía, entre 5 y 10 años. Cerca de Massa confiaron que la oferta es para definir la naturaleza del vínculo. «Una solución de largo plazo para un déficit comercial es la suscripción de bonos soberanos argentinos en yuanes para financiar el déficit comercial con China», sostuvieron. 

Desde principios de año, el Banco Central explora posibilidades con el Banco Popular de China para ampliar el uso de canje de monedas con Argentina, conocido mundialmente como swap. El Presidente había anticipado el interés por ampliar el uso de ese swap cuando abrió la Asamblea Legislativa de este año. En Hacienda coinciden en su importancia pero sostienen que «así como está, el swap no se puede utilizar».

En Economía insisten el swap no sirve para comercio exterior. «El swap acordado durante la gestión del expresidente Mauricio Macri es malo, no se puede utilizar para comercio, sólo para compensar con las reservas internacionales», lamentó uno de los funcionarios que le propuso a Fernández que China demuestre «que es un socio de buena fe». Considera que si bien hay una déficit comercial de 8.000 millones de dólares anuales con China, al mismo tiempo ese país tiene en desarrollo 52 proyectos hidrocarburíferos y mineros en Argenitna. 

«Lograr que China suscriba un bono soberano argentino no sólo sería histórico, sino también una forma de confirmar que Argentina es una prioridad importante para Beijing, cosa que todavía no sabemos», advirtió una alta fuente de Hacienda que considera imperioso reclamarle a China que ofrezca demostraciones concretas del nivel de la relación con Argentina.  

Ahora la estrategia del Banco Central apuntará a mejorar esa instancia con la oferta del bono que este martes jugará como un termómetro en el encuentro que compartirán por la tarde. Solo se extenderá por media hora, con puntualidad prusiana. Si bien las fuentes consultadas estiman que es prematuro hablar de números, aseguran que será uno de los temas centrales de la cumbre bilateral con Jinping. 

La estela del encuentro de potencias

El encuentro de Fernández con Jinping sucederá 20 horas después de la reunión que este lunes tuvieron el mandatario chino con su par norteamericano Joe Biden. Ambos se encontraron en el Hotel Meliá, ubicado en la zona Nusa Dua de esta ciudad balnearia de Indonesia. Se empeñaron en romper el hielo del vínculo en el marco de la primera cumbre presencial que se realiza luego de la pandemia. 

«Como líderes de nuestras naciones, compartimos la responsabilidad, en mi opinión, de demostrar que China y Estados Unidos pueden manejar las diferencias, evitar que la competencia se convierta en conflicto y encontrar formas de trabajar juntos en asuntos globales urgentes que requieren nuestra cooperación mutua»,  sostuvo Biden en un gesto que si pasa a los hechos tendrá impactos en distintos países. 

En ese giro, Argentina es materia de disputa de las dos grandes potencias, porque Buenos Aires cada vez recibe más advertencias y críticas de la Casa Blanca sobre el incremento de la presencia oriental en América Latina. La atención está puesta en Argentina, porque hasta ahora ha recibido las inversiones directas más importantes de China en el continente, pero con un déficit comercial que desfavorece a la administración de Fernández. 

Cerca del presidente argentino enumeran que ya hubo una serie de gestos muy importantes para China. Uno de ellos fue que el país suscriba el acuerdo comercial de «La Ruta de la Seda», pero insisten que se trata de un vínculo muy desigual que Beijing «debería ayudar a revertir». Las críticas suceden cuando los representantes argentinos ya le han repetido el mismo mensaje a sus pares norteamericanos sobre el escaso impulso de inversiones que promueven en la región y los costosos créditos que ofrece Washington. Por esa razón hay una moderada expectativa sobre el resultado de la reunión que encabezará Biden con distintos presidentes asistentes al G20 para discutir el anuncio que hizo el G7 en junio, desde Alemania, para impulsar un plan de infraestructura de 650.000 millones de dólares destinados a países de ingresos bajos y medios. En ese encuentro, Fernández asistirá como el único latinoamericano, por su rol de titular temporario de la CELAC, y se concretará después de la bilateral que tendrá con Jinping. 

Alberto Fernández
Alberto Fernández en Beijing, en junio de 2022.
Foto: AFP

Asuntos energéticos

Tal como contó Tiempo en su edición dominical, otro de los objetivos del encuentro con el presidente chino apunta a obtener la devolución de los 288 millones de dólares que Argentina ya puso para financiar la construcción de la represa Néstor Cepernic en Santa Cruz. El mar de fondo es la expectativa de acelerar el crédito chino de 4.774 millones de dólares aprobado en 2014. Desde entonces China puso 1350 millones, pero todo quedó frenado durante la administración del entonces presidente Mauricio Macri, que estaba concentrado en sacar a la empresa Electroingeniería de la construcción de la obra. 

Desde entonces, para evitar que se caiga la operación, Argentina ya puso 288 millones de dólares. Fernández le planteará a Jinping que resuelva el reembolso y que transfiera otros 1.000 millones de dólares dentro del crédito aprobado. Hay 4.000 empleos en juego, pero el gobierno argentino evalúa suspender la obra si China no ofrece señales de destrabar ambos puntos.   

En la embajada argentina en Bejing, conducida por el diplomático Sabino Vaca Narvaja, no pierden de vista que «desde enero de 2020 se registran anuncios de inversión de mineras chinas por 2.618 millones de dólares». Este mes se sumaron otros 2.200 millones de la empresa Tibet Summit Resources para dos proyectos en Salta. También hay otros nueve planes de desarrollo con capitales chinos. De ese puñado de inversiones hay seis que están dedicadas a la extracción de litio, luego de un 2021 donde el 49% de ese metal exportado por Argentina fue a parar a China. 

En la agenda de la reunión, a la que accedió Tiempo, los dos presidentes repasarán la relación bilateral que este año cumplió 50 años. Por esa razón, Beijing declaró el 2022 como “Año de Amistad entre ambos países”. También revisarán los catorce acuerdos de cooperación que involucran los ministerios y áreas de Agricultura, Ciencia y Tecnología, Defensa, Producción, Cultura, Educación, Relaciones Exteriores, Energía Nuclear, Deportes.