Una quincena de gobernadores se reunirá este viernes con el objetivo de empoderar la flamante liga que pretende funcionar como caja de resonancia de las demandas provinciales. Aunque se apueste a una composición plural, que incluya mandatarios de la oposición, hasta el momento sólo se han sumado los oficialistas. La mano de la vicepresidenta Cristina Fernández está detrás de esta composición, a través del bonaerense Axel Kicillof y el chaqueño Jorge Capitanich, que este vienes oficiará de anfitrión.

A las 13 de este viernes, en el Centro de convenciones gala de Resistencia, Chaco, Capitanich recibirá, de Catamarca, a Raúl Jalil, de Entre Ríos, a Gustavo Bordet, de Formosa, Gildo Infrán, de La Pampa, a Sergio Ziliotto, de La Rioja, a Ricardo Quintela, de Misiones, a Oscar Herrera Ahuad, Río Negro, a Arabela Carreras, de San Luis, a Alberto Rodríguez Saá, de Santa Cruz, a Alicia Kichner, de Santiago del Estero, a Gerardo Zamora, de Tucumán, a Osvaldo Jaldo, y de San Juan, a Sergio Uñac.

Es la primera vez que los gobernadores se reúnen por fuera del Consejo Federal de Inversiones (CFI). La intención es que haya una instancia más política que los aúne. Algunos integrantes del bloque oficialista de la Cámara Alta habían empezado a recorrer las provincias a pedido de Cristina con el objetivo de recoger las demandas provinciales de primera mano. “El Senado es la representación de las provincias”, argumentaron.

Fuentes oficiales confirmaron a Tiempo que, si bien el temario aún no está definido, sí se elaborará en función de defender los intereses de las provincias y no de los partidos políticos. Las fuentes cercanas a los asistentes confirmaron que uno de los ejes centrales del temario será la situación de la hidrovía. Otro de los puntos a tratar serán los fondos coparticipables que los gobernadores pelean con la Ciudad de Buenos Aires en la Corte Suprema.

La discusión sobre la gestión de los planes sociales también estará sobre la mesa. La propuesta de la vicepresidenta es que los mandatarios provinciales y los intendentes puedan gestionar la ayuda social estatal sin intermediación de las organizaciones sociales. “El objetivo es la universalización”, aseguraron cerca de CFK. Y aclararon también que el objetivo de las palabras de Cristina esta semana fue señalar prácticas clientelares que sufren los y las beneficiarias de base.

Desde el cristinismo hay un claro objetivo de bajarle los decibeles a la discusión, pero también de ajustar más el objetivo político de la crítica. En La Cámpora destacaron los vínculos con los dirigentes del Movimiento Evita, como la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, quien ahora también es vicepresidenta de Máximo Kirchner en el PJ bonaerense. Lo mismo marcaron respecto del diputado Leo Grosso, a quien acompañaron en San Martín en una actividad hace dos semanas. Recuerdan la personería gremial a la UTEP que firmó Carlos Tomada, cuando era ministro de CFK. “La intención es abrir la discusión para que esa política de ingreso sea universal y directo desde el Estado”, sintetizaron.