Esta semana, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, presentó su habitual informe de gestión en la Cámara de Diputados y tuvo su «habitual» cruce con el exministro de economía Axel Kicillof. El altercado presentó distintos momentos. El que se destaca aquí es una parte de la respuesta de Peña: «Estamos trabajando para terminar con la pobreza y la desigualdad.» 

La derecha argentina –se sabe–suele disfrazar sus ideas, pero levantar la bandera de la «igualdad» es una novedad. La consigna de luchar contra la pobreza suele ser más habitual en los sectores conservadores, aquí y en el mundo. La receta que proponen para hacerlo siempre es el derrame,  cuyo núcleo es profundizar la desigualdad para estimular la inversión, concentrando más riqueza en los «inversores», es decir, el capital ya concentrado. 

La frase de Peña no fue un lapsus. Con todas las diferencias que recorren a la sociedad argentina, hay algunos valores enraizados que atraviesan ampliamente los límites de la «polarización» política y que tienen un hilo conductor: la igualdad. 

Es lo que confirman los indicadores de la última encuesta de la consultora Dicen, realizada en la provincia de Buenos Aires, a la que tuvo acceso Tiempo Argentino. La encuestadora tomó como base algunas de las propuestas que la expresidenta Cristina Fernández realizó en la entrevista que le hicieron hace más de una semana en el canal C5N. Lo central de los resultados es que la adhesión a las iniciativas supera largamente la intención de voto que puede tener cualquier dirigente. Muestra un «clima de época» poco favorable al neoliberalismo. 

Ante la pregunta de si los remedios para los jubilados deben ser garantizados por el Estado, el 94% contestó que estaba de acuerdo o muy de acuerdo y solo el 6 se manifestó en contra. Es una posición unánime. 

Alguien podría pensar que la respuesta es «obvia» y que no indica ningún rasgo cultural. Sin embargo, cualquiera que repase el debate en Estados Unidos sobre la universalización del sistema de salud, que Barack Obama nunca pudo completar, verá que no todas las sociedades piensan  mayoritariamente que el Estado tiene la obligación de garantizar ese derecho. 

Otra pregunta realizada por la consultora, que dirige Hilario Moreno, fue sobre la necesidad de que el Estado intervenga en la economía para garantizar un precio accesible de los alimentos. Otra vez, el libre mercado perdió por goleada. El 81% se manifestó de acuerdo con la idea; el 14 en contra y hubo un cinco que no respondió. Un resultado similar arrojó la pregunta acerca de si el gobierno debería limitar el precio de las tarifas respecto del nivel de los ingresos. El 76% se manifestó a favor de la idea. 

La amplitud de estos números indican que contienen a votantes de todos los sectores políticos, incluso de Macri. Son valores que la derecha ha intentado modificar en diversos momentos de la Historia. En los ’90, con el «éxito» que tuvo la Convertibildad en sus inicios, al bajar la inflación, Carlos Menem logró construir un clima de época anti Estado. Era el culpable de todos los males y la solución pasaba por achicarlo. Luego de la crisis terminal del 2001-2002, ese sentido común entró en crisis. El grueso de la sociedad, con sus diferencias a cuestas, volvió al esquema de valores que la hizo siempre distinta a la mayoría de los países de la región, por tener en su seno un mayor sentido de igualdad. 

La mejor prueba de lo fortalecido que estaba este sentido común a fines de 2015 fue que Macri tuvo que  correr su discurso hacia la «izquierda» para poder ampliar su base electoral. Una vez en el poder, apoyado por la mayoría de los medios de comunicación, comenzó el intento de introducir un nuevo cambio cultural que le abra las puertas a la aceptación social de la restauración neoliberal-conservadora. 

El presidente suele usar nuevas y viejas armas de la derecha. Siempre apelando a lugares comunes, a vivencias cotidianas. En un acto con un grupo de jubilados en la zona norte del  Conurbano bonaerense, vestido de sport, les decía a los abuelos que ellos, por su experiencia, sabían que «las cosas cuestan, que hay que esforzarse para lograrlas». Es lo que cualquier madre podría decirle  a un hijo al que ayuda a hacer la tarea para la escuela. El mecanismo cuenta con la eficacia de la sencillez. Construye un discurso tomando valores de la vida cotidiana y los traslada al modo de organizar el Estado. 

Sin embargo, los números de Dicen parecen indicar que, a pesar de esto, el macrismo no está logrando su cometido. Todavía no ganó la batalla cultural. «

Testeo electoral: hoy se votará en Corrientes, Chaco y La Rioja

Hoy habrá un testeo, muy parcial, de cómo evolucionaron las preferencias electorales desde octubre de 2015 hasta ahora. Hay elecciones locales en tres provincias: Corrientes, La Rioja y Chaco. Son comicios que podrían mostrar ciertas tendencias para las PASO nacionales que se realizarán el 13 de agosto. 

El plato fuerte será la elección a intendente de la capital de Corrientes. En comicios que se prevén parejos, el radical Eduardo Tassano intentará recuperar para su partido ese distrito, que hoy está en manos del peronista Fabián Ríos. Para el gobernador correntino, el también radical Ricardo Colombi, será un testeo fundamental, ya que por el calendario electoral que tiene la provincia litoraleña este año también se elige mandatario provincial. 

En la vecina Chaco, se votarán diputados provinciales. Los candidatos del PJ en el Frente Chaco Merece Mas, que responden al gobernador Domingo Peppo y al intendente de Resistencia, Jorge Capitanich, llevan ventaja en las encuestas. Cambiemos irá con la lista UCR pura, encabezada por Carim Peche y Leandro Zdero, tras la pelea del exgobernador Ángel Rozas con la Casa Rosada que dejó afuera al Pro y la CC-ARI. 

En el caso de La Rioja también se votarán legisladores provinciales. El gobernador peronista Sergio Casas y el jefe político del distrito, Luis Beder Herrera, apoyaron la lista del PJ, que encabeza Teresita Madera. Habrá respaldo externo: La vicepresidenta Gabriela Michetti, por su parte, estuvo el lunes pasado y pidió apoyo para Gustavo Galván, candidato de la confluencia UCR-Pro. «