Un conmovedor y exaltador documental sobre la figura y la filosofía de Papa Francisco fue exhibido fuera de concurso en el 71º Festival de Cannes. ”Papa Francisco: Un hombre de palabra”, que lleva la firma prestigiosa del cineasta alemán Wim Wenders, es una larga entrevista en la que Jorge Mario Bergoglio expone esa filosofía de vida y de religión que lo han convertido en un nuevo Juan XXIII y que le ha permitido hacer recobrar la fe en la Iglesia que muchos católicos habían perdido.

El hombre, el sacerdote, el papa que ha sido capaz de decir que el trabajo acerca al hombre a Dios porque le permite crear de la nada algo que antes no existía, el mismo que píde a todos los seres humanos, independientemente de su religión y de sus creencias o falta de ellas , despertarse con una sonrisa y abrirse al prójimo, es el mismo que pide a los grandes del mundo preocuparse por la suerte de nuestra madre Tierra, la principal víctima del afán desenfrenado de riqueza que aqueja a nuestra civilización.

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Wenders, de quien no puede decirse que sea un absoluto creyente, cae rendido como muchos al enorme carisma de este pontífice que habla con palabras claras de la necesidad de eliminar las desigualdades y facilitar la inclusión, crear puentes y no levantar muros.

“No me interesaba trazar una biografía de Bergoglio ni tampoco hacer un documental sobre su persona – declara el ganador aquí en Cannes de la Palma de Oro (en 1984 por “Paris, Texas”), al mejor director (por “Las alas del deseo” en 1987) y el gran premio especial del jurado (por “Tan cerca, tan lejos” en 1993) – sino hacer un film sobre su esperanza y deseo de cambiar a la Iglesia y al mundo, dejando que hablase delante de la cámara directamente al espectador”.

Wenders cuenta que se entrevistó con Papa Francisco por cuatro tardes seguidas en los jardines vaticanos (se ve en el fondo la cúpula de San Pedro) y antes había leído todo sobre él y todo lo que había escrito.

“Yo tenía la sensación de conocerlo totalmente pero igual fue una sorpresa para mí – confiesa – verlo llegar solo, sin guardaespaldas, adonde estaba la cámara, y totalmente dispuesto a responder a nuestras preguntas. No tenía celular y saludó a todos y cada uno de nosotros, tratándonos a todos por igual”.

Wenders asegura que Papa Francisco no soslayó ninguna de las preguntas comprometedoras que le hizo, empezando por el escándalo de la pedofilia en el seno de la Iglesia Católica.

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“Podría haberle hecho hablar durante diez horas pero es difícil mantener la atención del espectador por más de la hora y media que dura el film pero el Vaticano no (rpt no) intervino para nada en el montaje y todos los cortes del discurso de Bergoglio son de mi propia iniciativa”, concluye el director.