El ministro de Economía Sergio Massa volverá este domingo a Buenos Aires luego de cinco días de visita oficial en China. El panperonismo que quiere representar como candidato único en las presidenciales lo espera con una serie de pronunciamientos en contra de sus deseos y a favor de definir la boleta del Frente de Todos en las PASO del 13 de agosto. Mientras promediaba la gira por Shangai y Beijing, junto al presidente del PJ bonaerense Máximo Kirchner, se cristalizó un operativo para realizar internas. Lo inició la ministra Victoria Tolosa Paz, que lanzó su precandidatura a gobernadora bonaerense detrás de la candidatura presidencial de Daniel Scioli, lo continuó el mandatario provincial, Axel Kicillof que se mostró dispuesto a competirle. El tema estuvo muy presente en China y fue uno de los puntos que Massa habló con Kirchner. Dicen que el diputado también está cada vez más inclinado a favor de las PASO, pero su madre, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quiere evitarlas.

La diferencia existe y no hubo síntesis por ahora, pero los viajeros consultados por Tiempo aseguran que la relación entre ambos quedó fortalecida luego de este viaje. «Fue una semana de gestos y fotos. Todos estuvieron más cerca que nunca, pero hay muy pocas definiciones», confiaron cerca de una de las integrantes de la comitiva. No habrá una decisión concreta hasta el próximo sábado, cuando Massa encabece el congreso del Frente Renovador. Será cuatro días antes de que el Indec publique el índice de inflación de mayo y el tigrense deba afrontar otro número posiblemente sombrío que vuelva a dañar sus aspiraciones electorales. El próximo 10 de junio el tigrense conducirá la convocatoria que lanzó hace dos semanas. Dijo que tenían que reunirse para decidir candidaturas, pero también resolver si seguían dentro del FdT.

Hasta que partieron para China los dos principales protagonistas mantenían posiciones divergentes sobre el 13 de agosto. «Hay una clara definición del kirchnerismo de ir a internas y hasta que salió el vuelo, Sergio estaba totalmente en desacuerdo», confió un testigo del diálogo que continuó en Asia. Su continuación en Shangai, Beijing y a bordo del flamante avión presidencial ARG 01 sigue siendo un enigma. Cerca del jefe del Palacio de Hacienda, aún en viaje, articularon dos señales ante las consultas de este diario. Reivindicaron que «sobrecumplió las expectivativas»: porque pudo duplicar el swap con el Banco Popular de China de 10.000 a 19.000 millones de dólares para los próximos tres años, con la ansiada ampliación de la libre disponibilidad. También destacan que pudo reunirse con la exmandataria brasileña Dilma Rousseff, que preside el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS y, con el respaldo de China, invitó a la Argentina a formar parte. Queda un largo camino por delante y un debate sobre los bonos que utilizará el país para poner su cuota parte, pero Massa regresa del gigante asiático abrazado a la gestión y al frente de una gira en la que fue tratado como un jefe de Estado. La imagen que describen a bordo del ARG-01 busca «contestar a la irresponsabilidad política de los que están jugando a las PASO y la restan competitividad a la coalición».

La frase encierra la bronca que respiran en el massismo por el lanzamiento de Tolosa Paz. También hablan de un sabor amargo por el naufragio de las chances para que Malena Galmarini de Massa, actual titular de AySA, sea la compañera de fórmula de Kicillof. El gobernador dijo que jugaría con su vice Verónica Magario y obturó una alternativa que se habría caído este viernes. «JxC esta cayendo nueve puntos por la interna descontrolada. Nosotros deberíamos estar mucho más ordenados», se lamentó un massista en pleno viaje mientras repite que una PASO podría exhibir una pelea entre candidatos que no superen el 10 o el 15% cuando unidos podrían capitalizar el tercio del FdT.

Durante la gira en China también apareció otro hito para esta semana en Buenos Aires. Se espera una reunión de todos los gobernadores peronistas. De ese encuentro podría salir un pronunciamiento para evitar las PASO, mientras Massa sigue manteniendo la expectativa que posiblemente develará el sábado que viene cuando registre otro momento de su campaña permanente. Aun así, por debajo de los buenos modales, las fuentes consultadas leyeron los gestos a favor de las PASO como un operativo compartido entre el albertismo, el kicillofismo y Wado para marcarle la cancha a Massa. En Buenos Aires otros habitantes del panperonismo aludido recuerdan que Massa deslizó hace un mes que si había PASO competían en todas las categorías y que ahora cosechaba una respuesta acorde.

El tigrense aceleró la agenda en China con todos sus secretarios, pero también hizo campaña para seguir manteniéndose expectante. Esta semana continuará los contactos con el staff del Fondo Monetario Internacional para luego viajar a Washington. Podría hacerlo luego del congreso del FR del sábado próximo. Le espera un camino complejo. La Casa Blanca reafirmó su apoyo para que el FMI adelante 10.000 millones de dólares de los desembolsos pactados, pero reclamó que haya un acuerdo con el staff del organismo. Los chinos también remarcaron, según insisten en el Gobierno, que el swap ampliado y las demás operaciones en marcha dependen de que continúe en pie la negociación con el Fondo.

Alberto, Lula y los gestos hacia Venezuela

El gobierno deberá transitar un delicado equilibrio en los próximos dos meses. Los tiempos electorales se acercan a la primera foto de las PASO nacionales del 13 de agosto y la agenda exterior no ha tenido freno. Mientras Massa estaba en China, el presidente Alberto Fernández viajó este martes a Brasilia para participar de un encuentro encabezado por su par brasileño, Lula Da Silva para relanzar la UNASUR. Estuvieron casi todos los presidentes suramericanos y se dieron 120 días de trabajo por delante. Sin embargo el dato más importante se registró el lunes, cuando Lula recibió a su par venezolano Nicolas Maduro con todos los honores. Al día siguiente fue objeto de duras críticas, pero la señal de Lula despierta otras interpretaciones en Buenos Aires y apuntan al Mercosur. Fernández le entregará la presidencia temporaria a Lula dentro de un mes y los gestos que sellaron esta semana en Brasilia alimentan la posibilidad de que la suspensión de Venezuela como estado parte del Mercosur quede sin efecto. Los movimientos podrían concretarse en un momento donde le adjudican otra determinación al Presidente: acelerar la implementación de los acuerdos pendientes con China durante los próximos tres meses.