Tiempo Argentino es un diario joven. Esta semana cumplió seis años. El 16 de mayo de 2010, días previos al Bicentenario, los lectores tuvieron en sus manos el primer ejemplar.
Hoy con la edición número 2065 celebramos también el primer mes de la nueva etapa, un camino que comenzamos a desandar quienes hacemos el diario junto a los lectores: la cooperativa de trabajo Por más Tiempo, que se va consolidando como una experiencia inédita en el país para un medio de comunicación masivo.
La alternativa de la autogestión surgió como respuesta a un proceso de vaciamiento y estafa de los dueños de Balkbrug S.A., sociedad que editaba el diario, que desde su irresponsabilidad empresarial no sólo perjudicaron la estabilidad laboral de más de 200 trabajadores sino que, como consecuencia de su falta de escrúpulos, estuvieron a punto de silenciar una voz necesaria. La determinanción de continuar con Tiempo desde la autogestión impidió otro abuso: que se vulnerara el derecho a estar informados de miles de personas que encuentran en las páginas del diario una expresión independiente en la era del discurso único, de un blindaje mediático que apaña al poder como pocas veces se vivió en la Argentina democrática.
Que Tiempo se agote en pocas horas cada mañana de domingo es un abrazo de afecto que renueva las fuezas del colectivo de trabajadores,  a la vez que confirma la avidez que hay en un amplio sector de la sociedad por nutrirse de información que no recibe desde otros medios.
Tiempo es un diario joven que renace cada semana. Y que en los próximo días ampliará su oferta desde una página web. La vitalidad que ha demostrado una redacción joven al sobreponerse a la estafa empresarial que sufrió -agravada por la indiferencia de parte del actual gobierno y de funcionarios de la gestión que dejó el poder en diciembre último- es una bofetada contra la impunidad, una demanda que tendrá su condena no sólo social.
Cada edición de Tiempo significa una victoria contra la complicidad; es aire puro en el ejercicio de libertad que no sería posible sin el respaldo de los lectores, socios en este proyecto.
Una de las preguntas más recurrentes en las últimas semanas es ¿quién los banca? 
El interrogante, en ciertos casos, esconde algo más que una suspicacia: pretende embarrar el camino. Tiempo es lo que se ve. El financiamiento que hace y hará posible la permanencia y el crecimiento del proyecto cooperativo es claro:
* la venta del diario mediante el acompañamiento de canillitas y distribuidores.
* el ingreso de publicidad que se refleja en las páginas del diario.
* el desarrollo de una moderna página web que está a punto de salir a la luz, realizada por sus propios trabajadores.
* el acuerdo estratégico con otros medios autogestivos.
* por último lo más importante: el compromiso de suscriptores y socios que con su aporte garantizarán la independencia y la sustentabilidad de la cooperativa. Un vínculo con los socios que será de ida y vuelta. Lo iremos potenciando con beneficios específicos para ellos que daremos a conocer semana a semana.
Si bien el desafío que tenemos por delante es estimulante, sabemos que no es ni será una tarea sencilla porque existen condicionamientos y zancadillas constantes. Tres ejemplos de ello: por la irresponsabilidad de los antiguos dueños Sergio Szpolski y Matías Garfunkel desapareció de la web el trabajo de estos años, se esfumó el archivo digital del diario. No es ni necesario aclarar lo fundamental que resulta para un medio contar con su propio archivo. Otro escollo que superaremos.   
Días atrás también llegó a la redacción una orden de desalojo del edificio, como se informa en la página 18.
Y hasta debimos enfrentar el infantilismo de la creación de una dirección de twitter trucha por parte de un personaje, Mariano Martínez Rojas, que hace meses se presentó como nuevo dueño del diario con veleidades de «mediático» y que lo único que hizo fue mentir desde el primer día.
Regularmente informaremos a nuestros lectores/socios cómo seguimos. Ese diálogo inédito nos fortalece en la independencia.
Aprendemos cada día que una cooperativa es mucho más que la suma de sus individualidades; es una síntesis de miradas y experiencias en pos de un objetivo común. En este caso, el círculo se cierra más allá del límite de nuestras propias capacidades, se completa en manos de los lectores que ya no son sólo simples consumidores del producto que realizamos, son parte del diario. De este hermoso sueño. Somos Tiempo.