«Es un honor ser el primero en ejercicio que visita América Latina. En los 70 años del Estado de Israel ningún primer ministro vino a Argentina. Debería haber sucedido antes, la próxima vez necesitaremos otros 70 años», dijo Benjamín Netanyahu en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Había pasado el mediodía de este martes, y la visita oficial del líder conservador israelí promediaba su segundo día. A su lado, el presidente Mauricio Macri celebró al visitante, y prometió un viaje de la vicepresidenta Gabriela Michetti en enero del año próximo, y otro propio después.

El premier israelí llegó junto a su esposa y acompañados por 30 empresarios. El viaje continuará por Colombia y México, para completar cinco días del protocolo y las mieles de una gira oficial: la misma experiencia que vive su colega argentino cuando recorre el exterior, pero que se disipa de regreso con la realidad cotidiana. En su tierra Netanyahu es investigado por la oficina anticorrupción sospechado en dos casos por sobornos, fraude y abuso de poder, con otro en puerta que lo vincula con beneficios ilícitos provenientes de negocios de armamento.

Lejos de esa tormenta local, el primer ministro israelí llegó a Buenos Aires este lunes, en el aniversario número 16 del atentado contra las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York. En esta oportunidad la conmemoración tuvo un segundo plano en el discurso de Netanyahu, que concentró su atención en el atentado cometido contra la embajada de Israel, el 17 de marzo de 1992, que dejó 29 muertos y 300 heridos y el que demolió la sede de la AMIA el 18 de julio de 1994, con 85 víctimas. La primera jornada estuvo dedicada a homenajes en los dos lugares.

Este martes, ambos ataques fueron parte del eje político de la visita: «Argentina atravesó dos experiencias traumáticas, por los atentados en Buenos Aires» de los que «sabemos sin dudas que Irán y Hezbollah respaldaron e iniciaron, y no se han detenido desde entonces», porque «abarca a todo el mundo, incluso América Latina», disparó el primer ministro, desde el corazón de la Casa Rosada. Fue la tercera vez que mencionó a Irán, aunque en cada uno de sus cuatro discursos apuntó contra ese país, en un discurso especialmente dirigido a la administración del presidente norteamericano Donald Trump, que analiza si suspender o continuar el acuerdo de desarme nuclear que firmó su antecesor Barack Obama.

“En el caso de Irán, hubo historias sobre la supuesta posición de Israel del acuerdo nuclear con Irán. Este es un mal acuerdo. Hay que arreglarlo o cancelarlo. Esta es la posición de Israel”, sentenció el visitante con Macri al lado. Poco después dedicó unas palabras de apoyo a la política económica de CambiemosSor: “Es difícil, pero esto funciona y el proceso económico requiere de la liberalización de la economía. Mauricio es uno de los líderes del mundo que reconoce que las tecnologías y las reformas aseguran un futuro».

Antes de los discursos, el canciller Jorge Faurie firmó una serie de acuerdos de cooperación con el embajador israelí en Buenos Aires Ilan Sztulman, aunque el eje central de los textos suscriptos estuvo en el “Acuerdo entre el Estado de Israel y la República Argentina sobre Cooperación en Asuntos de Seguridad Pública e Interior”, que incluyó convenios sobre «seguridad pública en eventos masivos, prevención criminal delictiva, ciencia y tecnología en seguridad pública, detección de explosivos, trabajo sobre análisis de inteligencia criminal y forense», en su mayoría orientados a las fuerzas de seguridad federales.

Todos esos puntos fueron firmados por Bullrich y luego enumerados por la ministra a la prensa acreditada cuando habló sobre la desaparición del joven Santiago Maldonado. «Todos los ADN han dado negativo en todos los transportes de la Gendarmería», celebró la funcionaria para vaticinar que con esa presunta conclusión no hay elementos que prueben vínculos de la fuerza con la desaparición forzada que investiga la justicia federal de Esquel.

Relación privilegiada

La hoja de ruta que confirmó Netanyahu junto a Macri, también fue sembrada por Bullrich, que mantiene desde hace más de una década una relación con la diplomacia israelí tan estrecha como la que cultiva con los Estados Unidos. Durante sus 20 meses como ministra, uno de los pocos viajes que realizó al exterior, se concretó entre el 13 y el 17 de noviembre pasado a Israel, invitada por la cartera de Defensa de ese país, donde mantuvo reuniones con miembros del aparato militar para avanzar en la compra de radares, drones, cámaras de seguridad y armamento, que cuentan con el activo lobby del empresario Mario Montoto, dedicado a la venta de armamento y tecnología para la defensa, que ahora preside la Cámara de Comercio Argentino Israelí (CCAI).

Entre los planes en marcha dentro de la cartera de Seguridad, la ministra dijo hace diez meses atrás en Tel Aviv que busca aplicar tecnología israelí en las fronteras y aeropuertos, en el marco de un plan de cooperación que también firmó con los Estados Unidos.

Luego de ese viaje el gobierno argentino compró a empresas israelíes un helicóptero para Gendarmería, sistemas de vigilancia fronteriza y lanchas patrulleras, en una operación cercana a los 100 millones de dólares. En esta oportunidad, ante las preguntas de la prensa, la mujer relativizó que la firma de los convenios de cooperación agilice la compra de nuevo armamento. «Después veremos donde compramos», eludió la funcionaria, aunque distintas fuentes vinculan a los convenios sobre seguridad pública y control del espacio público a la adquisición de equipos antimotines y sistemas de videovigilancia.

Tan estrecha es la vinculación en materia de seguridad con Israel, que la cartera de Bullrich ya recibe cooperación para la organización de la próxima cumbre del G-20 que se realizará en Buenos Aires el año que viene.

La primera vez que Macri se reunió con Netanyahu fue en enero de 2016, en Davos, Suiza, para el foro internacional de ese año, donde acordaron explícitamente reactivar la cooperación «en materia de seguridad e inteligencia» y el relanzamiento de una agenda bilateral que signada por el interés de la administración de Cambiemos por anular el memorándum de entendimiento que había firmado la ex presidente Cristina Fernandez de Kirchner con Irán para obtener los testimonios de los funcionarios de ese país señalados por la justicia argentina en la investigación por el atentado contra la AMIA.

La semana pasada el fiscal Gerardo Pollicita hizo un pedido de indagatoria para CFK y el excanciller Héctor Timerman, por firmar el memorandum y considerarlos sospechosos en la investigación por encubrimiento de Irán en ese atentado, que continúa con la denuncia que hizo el fiscal Alberto Nisman antes de su muerte en enero de 2015.

Antes de continuar la gira hacia Bogotá, Netanyahu se reunió en el Hotel Alvear, donde se alojó, con el mandatario paraguayo Horacio Cartés. En ese mismo lugar, este martes por la tarde encabezó un encuentro con empresarios, donde reivindicó la presencia en el gabinete de Macri del ministro de Ambiente Sergio Bergman y el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj.

En el último discurso que ofreció en Buenos Aires, Netanyahu buscó exhibir la cercanía de la «nueva etapa» de la relación bilateral con Argentina: «Les voy a decir un secreto. Mi padre, que en paz descanse, era un gran conocedor del español y una vez me dijo: ‘Trata, antes de dejar este mundo, de aprender castellano, para que puedas leer a (Miguel) Cervantes en su versión original. Y hasta hoy no pude. Entonces, yo no puedo hablar con ustedes y con mi amigo Mauricio en castellano. Pero hablamos el mismo idioma económico. Hablamos el mismo lenguaje en muchas cosas. Y estoy esperando empezar esta reunión, impaciente, para estrechar las relaciones entre ambos países”.