Organizaciones sociales y de derechos humanos marcharon este lunes por el centro de la ciudad de La Plata para reclamar justicia en el caso del albañil Jorge Julio López, sobreviviente de la última dictadura militar que fue nuevamente desaparecido hace 17 años, poco después de testificar contra el genocida multicondenado Miguel Etchecolatz.

Los manifestantes concentraron en Plaza Moreno, frente al Palacio Municipal donde en el 2006 se realizó el juicio a Etchecolatz, el primer juicio que se realizaba tras la derogación de las Leyes de Obediencia Debida y Punto final, y era el lugar a donde iba a concurrir López la mañana del 18 de septiembre para oír los alegatos, pero nunca llegó y hasta el momento sigue desaparecido.

Entidades de la Multisectorial de La Plata, Berisso y Ensenada, junto a agrupaciones de izquierda y organizaciones de derechos humanos se concentraron este lunes por la tarde en la Plaza Moreno, frente al Palacio Municipal donde en 2006 se realizó el juicio a Etchecolatz, en el marco del cual desapareció López para luego marchar hasta los tribunales federales y finalizar en la Plaza San Martín, frente a la Gobernación.

«Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida, el Estado es responsable», coreaban los sobrevivientes y familiares de víctimas de la dictadura al marchar junto a militantes políticos y sociales por el centro de La Plata.

Carlos Zaidman, de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y querellante en juicios de lesa humanidad, encabezó la marcha y dijo a Télam que «López desapareció por haber declarado en un juicio. López desapareció precisamente por pelear por Memoria y por Verdad. Lamentablemente el Estado no lo buscó como debía o lo buscó pero no investigó a quienes eran muy probablemente responsables, y nosotros lo señalamos desde el principio, que era Etchecolatz y su entorno».

«Estos 17 años se dan en un marco político muy difícil, muy complejo donde todo lo peleado durante estas cuatro décadas, desde el fin de la dictadura para acá, corre serio peligro, lamentablemente; donde tenemos que soportar que actos de negacionistas se hagan en lugares donde evidentemente son lugares de la democracia y no de adalides del genocidio», sostuvo.

Remarcó que ante ese contexto «seguimos con el ejemplo de López porque vamos a seguir en las calles, vamos a seguir tejiendo Memoria y vamos a seguir peleando por cárcel común (para los genocidas) como peleó Jorge Julio López, como él mismo lo dijo al declarar: ´Por cárcel a todos los genocidas y justicia por todos los y las compañeros y compañeras´».

Marta Ungaro, hermana de Horacio Ungaro, uno de los estudiantes desaparecidos en «La Noche de los Lápices», dijo que «la impunidad sigue, todavía estamos buscando la aparición de Jorge Julio López y no lo henos encontrado y siempre digo que sin López no hay Nunca Más».

«Es muy doloroso en democracia tener que buscar a nuestro querido compañero Jorge Julio López, Pero marchamos como hace 17 años, salimos al otro día que López no se presentó a la audiencia de alegatos, lo hicimos bajo una lluvia torrencial y lo hacemos una vez más para pedir la aparición con vida de Jorge Julio López y castigo a los responsables que lo desaparecieron para poner terror en los juicios y que no se hicieran los juicios de lesa humanidad», afirmó Úngaro.

La sobreviviente de la última dictadura militar, quien padeció cautiverio en el Centro Clandestino La Cacha, militante feminista y de los derechos humanos en el colectivo Las Azucenas, explicó que «septiembre es una fecha muy triste y de lucha para nosotros, septiembre es la noche de los lápices el 16 y hoy 18 nos duele muchísimo no tener a Julio con nosotros. Era un compañero sobreviviente que se unió a la lucha de los derechos humanos, para que empezaran a hacerse los juicios. Ambos ya habíamos declarado antes y por eso apostamos a dar testimonio siempre para que se sepa la verdad y se pueda hacer justicia por los 30 mil compañeros y compañeras desaparecidos y para que nunca más haya un genocidio y las aberraciones cometidas».

Recordó que «ese 18 de septiembre de 2006 cuando lo secuestran a Julio, eran días que el estábamos seguros que iban a venir, eran los alegatos, el ya había declarado de una forma impresionante, señalando a Etchecolatz como verdugo de Patricia (Dell Orto) y torturador de él y tantos otros, no había dudas que Julio iba a estar presente».

«Cuando vimos que no llegaba, las abogadas Miryam Bregman, Guadalupe Godoy, Adriana Calvo y Nilda Eloy salieron a decir inmediatamente que si no llegaba era porque estaba chupado como decíamos los sobrevivientes», recordó.

Consideró que «ningún gobierno investigó como debería haber investigado. (El exministro de Seguridad bonaerense León) Arslanian nos decía que continuaban en la fuerza 9 mil policías bonaerenses que habían trabajado en la dictadura y eran manejados por Etchecolatz. Los que investigaban la desaparición de Julio era esa misma bonaerense».

«Hasta el día de hoy no tenemos ningún imputado, ningún tipo de justicia por eso seguimos en la calle exigiendo justicia por Jorge Julio López y los 30 mil. El negacionismo, las bolsas mortuorias, la reivindicación del genocidio, hace que no tengamos más que repudiar y luchar para que el fascismo no vuelva nunca más y se abran los archivos», reclamó.

La abogada Guadalupe Godoy, querellante por Justicia Ya en el juicio a Etchecolatz, expresó a esta agencia que al cumplirse 17 años de la segunda desaparición de López «pienso en la vigencia del reclamo. En un momento político como este, donde resurgen voces o encuentran un lugar donde expresarse es importante poder seguir mostrando que cuando hablamos de dictadura no estamos hablando de cosas del pasado».

«Estamos hablando de proyectos políticos que hoy tienen carnadura, están expresados en fórmulas presidenciales y que para llevarlos adelante fue necesario implementar un plan sistemático de exterminio que hoy está siendo también reivindicado por esas mismas fórmulas», añadió.

Celina Rodríguez Molina, sobreviviente de la exEsma, militante feminista y del frente popular Dario Santillán consideró que «es un día de muchos recuerdos, estamos todos conmovidos. Seguiremos marchando por López y no descansaremos hasta que, como dice Norita Cortiñas, se abran todos los archivos y hasta que todos los genocidas y los responsables políticos, empresariales y eclesiásticos estén por lo menos juzgados».

«López fue un valiente, declaró teniendo a Etchecolatz presente (en la sala de audiencia), pudo mencionarlo, lo acusó y declaró con toda la valentía a pesar del poder que tenía Etchecolatz», sostuvo.

La movilización avanzó hasta Plaza San Martín haciendo oír el reclamo que expresara López al declarar a fines de junio de 2006: pidió cárcel para Etchecolatz.

«Cárcel común, perpetua y efectiva, ni un sólo genocida por las calles de Argentina», gritaban los jóvenes tomando esa bandera del testigo dos veces desaparecido.

López desapareció de su casa del barrio platense Los Hornos el 18 de septiembre de 2006, cuando se esperaba que fuera a la sede municipal para presenciar los alegatos del juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata seguía al ex comisario bonaerense Etchecolatz por delitos de lesa humanidad de la dictadura.

El hombre había sido secuestrado en 1977 y estuvo preso hasta mediados de 1979 en 5 centros clandestinos de detención.

En sus testimonios López identificó a Etchecolatz como el represor que dirigía y ejecutaba las sesiones de tortura con picana en esa sede policial platense.

López, militante peronista, señaló también varios centros ilegales donde estuvo, como la comisaría 5ta. de La Plata y el Pozo de Arana, donde su profesión de albañil le permitió describir los lugares, aún cuando algunos habían sido remodelados.