La postal de los alimentos retenidos en galpones por parte de Capital Humano convive con otra que potencia el drama: en la Argentina hay alrededor de diez millones de chicos y chicas que comen menos carnes y lácteos que el año pasado, por falta de recursos en sus familias. Más de un millón de esos niños, niñas y adolescentes se saltean al menos una de las comidas diarias.
❗Unos 10 millones de chicas y chicos en Argentina comen menos carne y lácteos en comparación al año pasado por falta de dinero, de acuerdo con nuestra Octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes.
— UNICEF ARGENTINA (@UNICEFargentina) June 13, 2024
?Leé el informe completo enhttps://t.co/JEUmOwMlvr
Los datos surgen de la octava encuesta a hogares con infancias realizada por Unicef desde 2020. Es una medición de alcance nacional, en el marco de una serie ininterrumpida presentada a autoridades nacionales, provinciales y locales.
Esos datos muestran el drástico impacto que las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei están teniendo sobre chicas y chicos en el país, agravando fuertemente una situación que ya antes incluía índices preocupantes.
Menos lácteos y carnes
En un 52% de los casos los hogares tuvieron que dejar de comprar algún alimento por falta de dinero, 11 puntos más que en 2023 y el valor más alto de toda la serie, advierte el informe de Unicef. Esto implica que en 3,3 millones de hogares en donde viven casi 7 millones de chicas y chicos se compra menos comida que el año pasado.
El 76% de las y los encuestados dijo que come menos carne (en 2023, el porcentaje era del 64%) y el 57%, menos lácteos.
En las familias también se redujo el consumo de verduras y frutas (58%), y sólo aumentó la ingesta de fideos y harinas (24%). Al mismo tiempo, tres de cada diez familias tuvieron que recurrir a algún préstamo o fiado para comprar comida.
“Frente a la insuficiencia de ingresos, las familias se endeudan, dejan de comprar alimentos nutritivos o medicamentos, lo cual empeora significativamente la calidad de vida de sus integrantes”, alertó Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina.
No sólo alimentos
Según el relevamiento, en nueve de cada diez familias los ingresos no alcanzan para comprar la misma cantidad de productos básicos que en 2023, mientras que en el 82%, los ingresos no logran solventar gastos específicos de chicas y chicos, como útiles escolares, transporte, vestimenta y calzado.
Además, en un 23% de los hogares se dejaron de comprar medicamentos; en un 32%, se redujeron los controles médicos y odontológicos; y en un 41%, se utilizan ahorros para gastos corrientes.
En los sectores medios, un 9% de las familias tuvo que desafiliarse de la prepaga o cambiar a los niños de escuela, y aumentó el uso de la tarjeta de crédito para la compra de alimentos. Todo esto, en un contexto de liberación de los precios de las prepagas, de aumento de los medicamentos muy por encima de la inflación y de dificultades en el acceso a remedios a través de programas estatales.
Caída de ingresos y de empleo
“Esto se produce en un contexto donde las partidas presupuestarias de la Administración Nacional dirigidas a la niñez y adolescencia muestran una caída del 25% en términos reales en los primeros 5 meses de 2024 con relación al mismo período de 2023”, contrastó Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Derechos de UNICEF Argentina.
Con respecto al empleo, la Encuesta también reflejó que en un 15% de los hogares con niñas y niños alguna persona adulta ha perdido el empleo durante 2024, representando a al menos 980 mil personas. En su gran mayoría (65%) se ubican en los sectores más vulnerables de la sociedad. En paralelo, en un 14% de los hogares alguno de sus integrantes adultos indicó haber perdido clientes en su negocio/ emprendimiento.
Así, en un 48% de los hogares con niñas y niños los ingresos mensuales no alcanzan para cubrir los gastos mensuales corrientes. Este valor muestra un aumento de 7 puntos con respecto a 2023 y 15 puntos con respecto a 2022. Y la situación laboral del jefe o jefa de hogar muestra marcadas diferencias: en el caso de hogares con persona a cargo ocupada, en un 44% de los casos los ingresos no alcanzan para cubrir gastos corrientes. Entre aquellos cuyo responsable está desocupado, se eleva a un 76%.