El Congreso de Estados Unidos avanza en la prohibición total de TikTok, un paso más en la guerra tecnológica y comercial con China. La iniciativa, aprobada por la Cámara baja por 352 votos a favor y 65 en contra, propone eliminarla de las tiendas de todo el país o, en su defecto, da un plazo de 165 días para que se escinda de su empresa matriz china ByteDance. La red social es una de las más populares del mundo con más de 1,218 millones de usuarios, de los cuales 116,5 millones son estadounidenses.

Si bien el proyecto de ley enfrenta un futuro incierto en el Senado, la medida representa temores crecientes sobre si China podrá acceder a los datos personales de los estadounidenses o influir en ellos de alguna otra manera. La compañía negó las acusaciones de influencia gubernamental, destacó que no comparte datos de usuarios estadounidenses con las autoridades chinas y señaló que recibe financiación de inversores internacionales.

El gobierno federal ya prohíbe TikTok en dispositivos propiedad del gobierno. Otros países de todo el mundo también han tomado medidas para prohibir o restringir la popular aplicación, incluso cuando las prohibiciones de TikTok han enfrentado críticas, incluso de defensores de la libertad de expresión, creadores de contenido y Beijing.

Qué dice la empresa

«Esta legislación tiene un resultado predeterminado: una prohibición total de TikTok en Estados Unidos», escribió la compañía en una publicación en X. «El gobierno está intentando despojar a 170 millones de estadounidenses de su derecho constitucional a la libre expresión. Esto dañará a millones de empresas, negará audiencia a los artistas y destruirá los medios de vida de innumerables creadores en todo el país».

El CEO de TikTok, Shou Chew, en tanto, buscó concretar reuniones de última hora con miembros del Congreso y la empresa envió cartas a varios legisladores el lunes acusándolos de caracterizar erróneamente la campaña de llamado a la acción de TikTok, diciendo que es «ofensivo» que los legisladores desestimen las opiniones de los electores que “abrumaron” las oficinas del Congreso con llamadas telefónicas.