La cruzada por la licuación de los pasivos del Banco Central que lleva adelante el gobierno de Javier Milei sigue teniendo como víctimas indefensas a los ciudadanos que depositan sus ahorros a plazo fijo, la inversión más sencilla que ofrece el sistema bancario. Con los datos de inflación en mano, la autoridad monetaria dispuso reducir la tasa de interés de referencia (la que paga a los bancos por inmovilizar su dinero) a 40% nominal anual, poniendo un virtual techo a la remuneración que los bancos ofrecen a sus clientes.

Esta reducción, la quinta en poco más de cinco meses, ya está produciendo reacomodamientos en los home banking. Al mediodía, algunas entidades de primera línea del sector privado ofrecían tasas de 30% nominal anual, equivalente a 2,5% mensual.

La remuneración es de menos de un tercio del 8,8% de la inflación de abril que informó el martes el Indec y tampoco llega a la mitad de los pronósticos para mayo, que oscilan entre 5% y 6%. La diferencia en menos es la pérdida neta del ahorrista. Del mismo modo, la brecha entre ese 40% aplicado a los pases que coloca en las entidades financieras y el 175% que significaría la inflación de abril anualizada es ganancia neta del Banco Central, que va licuando sus obligaciones en términos reales.

Con ese panorama, y con los impedimentos del cepo cambiario para acceder al mercado de divisas, todo indica que los inversores deberán buscar algunos instrumentos más sofisticados para salvar sus ahorros en pesos.

Justificaciones

En un comunicado, el directorio del BCRA justificó la decisión de bajar las tasas en la necesidad de “limitar la creación de dinero endógena” (el que se genera a partir del pago de sus propias deudas) y con el objetivo de reactivar “el crédito bancario al sector privado en Argentina (que) se encuentra en niveles mínimos históricos”. En ese sentido, desde el gobierno están entusiasmados con la reaparición de los créditos hipotecarios, corriente a la que semana a semana se van sumando entidades.

“Esta decisión busca estimular la participación del sistema financiero en el financiamiento del Tesoro en las próximas licitaciones y a la vez, expandir el crédito en la economía con menores tasas de interés”, señalaron desde el Grupo Cohen a sus clientes.

Y allí es donde aparece el Tesoro, no sólo con su lista de vencimientos de este mes ($ 3,7 billones entre Boncer, Lecer, Bonte y otros títulos públicos, según los cálculos de la Oficina de Presupuesto del Congreso), sino con su oportunidad de marcar la cancha en cuanto a las tasas de interés que está dispuesto a pagar.

No casualmente, la Secretaría de Finanzas llamó para este jueves a una licitación de títulos en las que incluyó letras en pesos (Lecap) a corto plazo, entre 30 y 75 días, con tasas de referencia de 4% a 4,2% mensual. Además anunció que convocará a “licitaciones de Letras a tasa fija con frecuencia quincenal para asegurar la liquidez del mercado”, lo que da la pauta que, de ahora en más, la definición por las tasas de interés de plaza pasará por allí más que por las decisiones del Banco Central.