Incluidos San Pedro y el papa Francisco, hubo 266 papas en la historia de la Iglesia Católica. La elección de Gregorio X provino del cónclave más largo: 33 meses desde el 29 de noviembre de 1268 hasta el 1 de septiembre de 1271. Por el contrario, con Julio II, ya en 1503, la fumata blanca brotó tras la primera votación.

El cónclave que determinará al sucesor del Papa Francisco, en realidad, comenzó aún antes de la muerte de Jorge Bergoglio, el pasado lunes 21. Hora a hora se arrojan datos de roscas, reuniones, presunciones, presiones, directivas, mensajes, definiciones. Pero la definición formalmente comenzará cuando los 133 electores, salgan desde su alojamiento en el Domus Sanctae Marthae (Residencia de Santa Marta, construida en 1966) y se encierren en la Capella Sistina (Capilla Sixtina, inaugurada en 1483) y constituyan el Collegio Cardinalizio (Colegio Cardenalicio, creado en 1059). Será el miércoles a las 16:30 del Vaticano, las 11:30 en el Río de la Plata.

Esa misma tarde, los 133 habilitados podrán votar hasta dos veces. A partir del día siguiente, serán hasta cuatro ocasiones (dos a la mañana y dos a la tarde): cada uno escribe de puño y letra a su cardenal preferido en un papel, casi una cartulina, al que doblan y arrojan en la urna. Si el más votado no logra las dos terceras partes, los papelitos son quemado en un horno junto a una bomba de humo negro. Si, en cambio, «habemus papam», la bomba echará por las chimeneas una sustancia blanca que provocará una ovación allí abajo, en la Piazza San Pietro.

El milenario ritual católico viene siendo breve. La elección de Juan Pablo II requirió de ocho votaciones; cuatro, la de Benedicto XVI; y 5, la de Francisco. Las especulaciones apuntan a que el de este 2025 será un cónclave breve. Algunos analistas aventuran a que el jueves sería el día indicado. ¿La razón de esa premura será por el vértigo de los tiempos modernos, la abundancia de la información que surge de la tecnología, la «peronización» del papado de Bergoglio, quien armó la estructura cardenalicia a imagen y semejanza?

Ayer mismo, sábado por la mañana, hubo reuniones. Protocolares y no tanto. Uno de los pocos  cardenales que efectuó declaraciones fue el francés Jean-Paul Vesco (63), arzobispo de Argel, uno de los electores: «Aún no estamos listos, debemos descubrir quién ha sido elegido por el Señor. Necesitamos un poco más de tiempo para rezar juntos». ¿Las horas de acá al miércoles les permitirán estar listo?

A Vesco, cuando se disponía a ir a almorzar a una trattoria romana, junto a un puñado de cardenales colegas, le preguntaron si el nuevo Sumo Pontífice será de la línea de Francisco. Respondió con una misteriosa sonrisa: «Así lo espero». No fue el caso del chileno Fernando Natalio Chomali Garib (68), quien en la vereda de enfrente (no sólo por haber cruzado la calle), expresó, sin sonrisas: «Tenemos 133 nombres y todo está abierto».

De un modo o del otro, vuelan las especulaciones sustentadas en el armado de Bergoglio en ejercicio del papado, cuando ordenó al 80% de los prelados que participarán del cónclave. Y en ese sentido, el maltés Mario Grech (68) es a quien los medios especializados posicionan como el primer candidato a ser el sucesor de San Pedro: reformista, se erige como un eventual continuador del ideario de Bergoglio. Actual secretario general del Sínodo de los Obispos, nació el 20 de febrero de 1957 en una familia humilde en la escueta isla de Qala, Gozo. Sacerdote en 1984, obispo en 2005 y cardenal en 2020, nombrado por Francisco. En 2008, recuperó para la Iglesia a varias comunidades LGBTQ+, expulsadas por las políticas de Benedicto XVI.

Grech tendría mayor adhesión que el filipino Luis Antonio Chito Gokim Tagle (67), el gran apadrinado por el Papa muerto: sus posiciones disruptivas (por caso, cantar Imagine y bailarlo en algunas misas), su carisma, su compromiso con la justicia social, y haber nacido en Manila, la capital de un país asiático, le podrían jugar no tan a favor sobre Glech, un tanto menos moderado.

Los cordobeses Víctor Manuel Fernández (62) y Ángel Sixto Rossi (69), el porteño Mario Aurelio Poli (77) y el bonaerense Vicente Bokalic Iglic (72) son los argentinos que participarán de cónclave. Sólo en las mentes más fantasiosas se incluye la posibilidad de un nuevo papado rioplatense. No serán ellos quienes se calcen uno de los tres trajes que se diseñaron para el sucesor, uno chico, uno mediano y uno grande. El de Francisco era el de mayor tamaño.

IRRESPETUOSO

Predicen un cónclave breve: el maltés Grech, cercano a Francisco, va como favorito
Foto: Agencia Noticias Argentinas

El presidente de EE UU, Donald Trump, volvió al barro: publicó una imagen suya vestido como Papa en su cuenta de la red Truth Social. La imagen fue creada con la ayuda de inteligencia artificial Y  difundida por la Casa Blanca.