Por un mensaje de whatsapp, desde Buenos Aires, un periodista le pregunta al embajador Sabino Vaca Narvaja si puede sumarse a uno de los vuelos que van a buscar vacunas. A los dos minutos recibe una respuesta. Son las 17.20 de Argentina, o sea que el embajador responde a las 4.20 de la madrugada de Beijing.

Estos días Vaca Narvaja cumple un año al frente de la embajada. Primero desde una segunda posición y luego como embajador ante China, fue el nexo con China en la pandemia de Covid-19. Quizás quede en la historia por eso. Desarrolló un trabajo siempre urgente, de negociaciones tensas, haciendo camino al andar, mientras los aviones de Aerolíneas Argentina volaban sobre la Antártida, las terapias intensivas colapsaban en nuestro país y los países centrales de Occidente permanecían indiferentes.

Mientras tanto, recorrió más de 20 provincias del país oriental, asistiendo a todos los encuentros a los que fue invitado y los que propuso, en la descomunal misión de construir una relación con uno de los países más grandes del mundo.

Cuando Argentina estaba pausada por la pandemia y el FMI, el embajador en China preparaba el terreno para retomar una relación que tuvo una propulsión en 2004 y llegó a su punto más alto en 2014, cuando el Congreso argentino aprobó una serie de inversiones que hoy están, algunas en diferentes estados de avance, otras sin empezar.

El trabajo de Vaca Narvaja en territorio chino ha incluido disertaciones en la Feria de Comercio e Inversión Internacional de China (China International Investment and Trade Fair, CIFIT), reuniones con el canciller Wang Yi en el marco de los 100 años del Partido Comunista de China, con autoridades de la China Energy Engineering Corporation (CEEC), para destrabar las obras de las represas hidroeléctricas Kirchner y Cepernic sobre el río Santa Cruz, la participación en la apertura del Hub logístico (G-Hub) del Grupo Greenland en la ciudad de Wuhan, negociaciones con el presidente del Grupo de Medios de China (China Media Groups, CMG), participación en “HI, GO!”, evento organizado por los medios de comunicación de China CGTN y CMG Móvil para dar a conocer al mercado chino productos de diferentes países y charlas con el presidente de la automotriz Chery para explorar la posibilidad de inversión en la fabricación de autos eléctricos.

Vaca Narvaja se reunió con la State Power Investment Corporation (SPIC) para una cooperación estratégica con INVAP; trató con el viceministro de Industria y Tecnología de la Información el diseño de un Plan de Cooperación Espacial 2021-2025, fue recibido por la China National Aero-Technology Import & Export Corporation (CATIC) para analizar posibilidades de cooperación en el área de defensa y visitó la ciudad de Yulin para firmar un acuerdo para la creación de una Academia internacional de Futbol Argentino China.

Desde que China comenzó a proponer la convivencia dentro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Vaca Narvaja, que la considera “el plan de infraestructura más ambicioso de la historia de la humanidad en términos de recursos”, se mostró convencido de aceptarla. Fundamenta su postura tanto en su adscripción al tipo de relación iniciado por Néstor Kirchner y continuado por Cristina Fernández de Kirchner, como en su especialización en China, evidenciada en sus libros “Los desafíos de una relación asimétrica. China, Argentina y América Latina” y “China y su relación con EE.UU.: ¿declive de un imperio y nacimiento de otro?”, entre otros, y en su creación del Programa de Cooperación y Vinculación Sino Argentino en la Universidad Nacional de Lanús.

Entre una lista extensa de otras actividades, también fue el primer orador extranjero en hablar durante la ceremonia de apertura del “Foro de Desarrollo China Xinjiang”, en la provincia de Sichuan anunció su propuesta de abrir un consulado en su capital, Chengdu, y mantuvo reuniones con altos funcionarios del gobierno chino para solicitarles apoyo en las negociaciones que lleva a cabo el gobierno nacional con el FMI. De algún modo Vaca Narvaja es nuestra política hacia China.