En el frío mediodía del 30 de enero de 1969, los transeúntes que pasaban por el barrio Mayfair de Londres no podían dar crédito a lo que estaban viendo; apenas levantaron sus cabezas para descubrir de qué se trataba el barullo que escuchaban, se encontraron con Los Beatles tocando en vivo desde la terraza de los estudios Apple. Una “actuación al paso” del grupo más famoso de la historia, que interpretaba canciones como “Get Back”, “Don’t Let Me Down” y “One After 909”, entre un puñado que no llegó a la media docena, por nombrar las que interpretaron de principio a fin.

El improvisado concierto fue una especie de catarsis con el que la banda le ponía punto final a las caóticas sesiones del disco que estaban produciendo y que, en un principio, iban a llamar Get Back. Ese proceso creativo fue registrado por el director Michael Lindsay-Hogg en el documental Let it Be, que se estrenó finalmente en 1970. En 2021 Peter Jackson redimensionó aquella grabación con la serie The Beatles: Get Back, una formidable nueva lectura de aquel film, que se estrenó a través de la plataforma Disney+ y que incluyó nuevo y valioso material inédito, el cual reveló otros aspectos de los músicos y de ese particular momento, para dar cuenta de sus vínculos de amistad y de su asociación creativa.

Surgido de esa coyuntura, el concierto de la terraza se transformó en una leyenda en sí mismo: venía a cerrar aquel momento de gran tensión para grupo, apenas días después del lanzamiento de Yellow Submarine, el décimo álbum de estudio de la banda, y cuando ya casi habían transcurrido más de dos años desde el último show en vivo de los Beatles, en San Francisco. En la azotea, los Fab Four no estuvieron solos: George Harrison convocó al tecladista Billy Preston para acompañar al cuarteto y quien se hizo cargo del sonido fue nada más ni nada menos que el célebre Alan Parsons . Como se señaló antes, la lista de temas fue breve: los Fab Four tocaron apenas cinco. Además de los mencionados más arriba, en la terraza de Apple sonaron “I Got a Feeling” y “Dig a Pony”, si bien hay varias tomas de los temas y algunos fragmentos de otras que aportan color a la miscelánea.

Pocos meses después, la banda se separaría. De aquellas complicadas sesiones en las que, incluso, Harrison dejó al grupo para luego volver, surgirían clásicos que luego integrarían los discos Abbey Road y Let It Be. “Gracias en nombre mío y del grupo. Espero que hayamos pasado la audición”, dijo en tono de burla John Lennon, sobre el final de “Get back”, la última canción, en una frase que quedó como el epitafio del grupo que, en los meses siguientes, se desintegraría.