El tejido del pronunciamiento llevó días de planificación. Confirma que el expresidente Mauricio Macri buscará ponerse al frente del PRO, con o sin cargo, para conducir el vínculo político con el gobierno de Javier Milei, más allá de los destinos de Juntos por el Cambio, la coalición que va camino a reconfigurarse, fracturarse o quedar en el olvido. Los movimientos fueron el preludio de la decisión que adoptaron 37 diputados macristas para anticipar su apoyo a las reformas que enviará el Ejecutivo. Pero comenzaron en la oficina que el magnate tiene en Olivos para ordenar el esquema partidario, sin la presencia de la flamante ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que sigue siendo titular del partido amarillo aunque un sector le pidió que abandone el cargo si aceptaba formar parte del gobierno de La Libertad Avanza.

Las primeras negociaciones empezaron el lunes en una reunión virtual para ordenar legalmente la conducción del PRO. Fue formal y del consejo directivo del partido para ordenar la elección interna que será en marzo. Si bien dicen que no es una prioridad, la tensión sigue en estado latente desde que Bullrich se distanció de Macri y no aceptó ser parte de un acuerdo político de cogobierno conducido por el expresidente. Arregló sola y aseguró que no estaba bajo sus órdenes. Macri tomó nota del corte de rostro, pero no ha perdido el vínculo con el flamante presidente. Ahora avanza en concretar el apoyo que le había prometido en el Congreso, especialmente en Diputados, a través del titular del bloque, Cristian Ritondo, que sonaba como presidente de la Cámara Baja en el marco del acuerdo que había pensado inicialmente Macri y que luego descartó.

El ministro Caputo anunció un brutal ajuste esta semana.

En el partido amarillo consideran que éste es el momento para ser dadores de cuórum y de votos en las dos cámaras del Congreso. Piensan que dentro de seis meses la situación puede ser muy distinta por las consecuencias políticas y sociales del ajuste que anunció el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo. Los que estan dispuestos a levantar la mano a favor de los proyectos que mande Milei sostienen que lo hacen en forma incondicional, pero es difícil creer que no tengan en sus manos un anticipo de los principales aspectos del paquete de proyectos. Entre las iniciativas estarían: la delegación de facultades del Congreso al ejecutivo; quitar los beneficios al impuesto a las ganancias que restan coparticipación; cambiar el impuesto a los bienes personales; reformar o derogar de la ley de movilidad jubilatoria.

En la Casa Rosada saben que deberán pedirle al Congreso la delegación de facultades para avanzar con una drástica reforma del Estado. Será mucho más que un plan de superpoderes para el jefe de Gabinete Nicolás Posse y para el presidente, porque incluirá la derogación de la ley de movilidad jubilatoria o suspenderla por un año luego de una reforma con otro porcentaje de actualización. En todos los rincones de JxC saben que eso licuiará por completo las jubilaciones y provocará consecuencias sociales dramáticas. Cuando aparezca ese escenario será más difícil votar y quizás por eso están tan apurados en el PRO para mostrar buena voluntad.

«Los diputados nacionales del Frente PRO nos reunimos para analizar los primeros anuncios económicos que realizó el Gobierno Nacional y el impacto que tendrá en la economía de los argentinos. Desde el Bloque del Frente PRO estamos de acuerdo en que hay que eliminar de raíz el déficit fiscal de una vez y para siempre», sostiene el comunicado de este miércoles para anunciar el resultado esperado por Macri y Ritondo desde las primeras roscas. «Dejamos en claro que, desde la Cámara de Diputados, los diputados nacionales del PRO, vamos a analizar y actuar con responsabilidad ante cada una de las iniciativas que nos corresponda tratar», vaticinaron.

En la lectura de los economistas del PRO la inflación podría superar el 140% en los próximos cuatro meses y desatar una situación de crisis aguda. Aún así la predisposición es negociar, respaldar y corregir. Así fue el ánimo de la reunión que encabezó Macri en Olivos y también en la que convocó Ritondo para demostrar que puede llegar a aportarle 40 votos a La Libertad Avanza, por fuera de la discusión que afronten los demás socios de JxC y que podría originar un nuevo interbloque de 50 votos compuesto por la UCR (35), la Coalición Cívica (6) y  Cambio Federal (9). En algunos casos todos podrían votar juntos o dar cuórum y en otros casos condicionar las negociaciones ante el riesgo de hacer fracasar votaciones clave.

En la oficina de Macri estuvo su primo, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Los diputados Diego Santilli y Cristian Ritondo, el exministro de Transporte Guillermo Dietrich, el intendente Guillermo Montenegro, el exministro de Trabajo Jorge Triaca y el exsecretario general de la Presidencia Fernando De Andreis.

Luego llegó el momento del análisis económico a cargo de Luciano Laspina, Fernandez Molero y Hernán Lacunza, que aportaron los números que se ventilaron de la reunión.

En menos de 72 horas y sin Bullrich en el medio, el expresidente comenzó a retomar las riendas del partido que fundó en una demostración de poder previa a otra definición clave: este viernes la UCR elegirá al próximo titular del Comité Nacional, aunque sus senadores ya prestaron cuórum y votos en la Cámara Alta para que la flamante vicepresidenta Victoria Villarruel pueda contar con su primera sesión y designar autoridades. El movimiento los entusiasmó porque les permitió mostrarle al gobierno la utilidad de negociar con ellos y, por otro lado, confrontar con el panperonismo y ejercitar una mayoría circunstancial que podría ser el anticipo de un apoyo inicial, como el que piensan en el PRO.

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