En la ciudad a la que conducen todos los caminos del mundo ha concluido el primer mensaje de León XIV. Entre los miles de personas que han concurrido a escuchar al Papa peruano-estadounidense todo es algarabía.

John, un estudiante estadounidense que recorre Europa junto a su novia Hillary, afirma sentirse aliviado por la elección de Robert Prevost: “No soy creyente”, dice, “pero la elección de este nuevo Papa es un golpe a Vance y a Trump”. John y Hillary están alojados en Florencia pero cuando de enteraron de la elección de Prevost viajaron a Roma (una hora y media en tren) “por curiosidad, para estar en esta plaza y escuchar el primer mensaje de un Papa nacido en Estados Unidos”.

Como dice John, la elección de Prevost no era la opción más deseada por Donald Trump. Cómo es sabido, el día previo a su muerte, Francisco había tenido un encuentro con el vice yanqui JD Vance, en el que volvió a marcar las diferencias especialmente acerca de la cuestión migratoria. Steve Banon, el ideólogo ultraderechista que expresa a la base MAGA del trumpismo en oposición al magnate tecnocrático Elon Musk, predijo y maldijo la elección de Prevost, e incluso adelantó “un futuro cisma” provocado por la continuidad de la política de Francisco…

Giulia, una monja que ha viajado desde Bari, al sur de Italia, celebra el papel que Francisco ha dado a las mujeres en la Iglesia. Sin embargo, afirma que el cambio “es muy lento, y Francisco tuvo que lidiar con presiones enormes. Esperamos que León pueda seguir avanzando con este cambio, las mujeres deben tener derecho a ocupar cualquiera de los cargos en la Iglesia, incluido el sacerdocio”. Giulia cree que el pensamiento de Francisco evolucionó respecto a la participación de la mujer: “Al principio sus opiniones eran muy tradicionales, desde decir que ‘las mujeres son las fresas del pastel’ a decir que cuando las mujeres estamos a cargo ‘las cosas funcionan mejor’”.

A pesar de lo que afirma Giulia, Francisco siguió expresándose de modo conservador todavía el año pasado. Según La Reppublica, en la asamblea del Consejo Episcopal Italiano de mayo de 2024, Francisco habría utilizado el término despectivo frocciagine (maricón) y había planteado a los obispos dificultar el ingreso de homosexuales a los seminarios porque “hay demasiado ambiente maricón”. Una semana después, en una reunión con sacerdotes jóvenes habría dicho que “los cotilleos son cosa de mujeres y los hombres debemos decir las cosas claras porque nosotros llevamos pantalones», según difundió entonces el diario El País. Francisco luego se disculpó por estos dichos.

En las escaleras que conducen a la basílica de San Pietro in Vincoli, en la que se puede ver gratuitamente el Moisés de Miguel Angel, George pide limosna. Es un inmigrante nigeriano que vive en Roma desde principios de 2020: “Llegué justo antes de la pandemia”. Dice sentirse agradecido por el mensaje de Francisco en defensa de los inmigrantes “Y espero que el nuevo Papa continúe con ese mensaje”. George señala que, desde que asumió Giorgia Meloni en 2022, las cosas han empeorado para los inmigrantes y, muchas veces, las palabras de Francisco han funcionado como un límite al accionar de los carabinieri.

Después de contemplar el Moisés, en la entrada de San Pietro la francesa Catherine dice en un inesperado inglés que es “escéptica con los cambios en la Iglesia Católica. Ya desde Miguel Ángel y Julio II y sus conflictos se viene arrastrando esta cuestión de que la iglesia se puede reformar, pero no lo creo. La cuestión de los abusos, si bien parece haber avanzado algo, no se puede resolver, cuando debería ser algo que se elimine de raíz, de la noche a la mañana”, dice Catherine, que se reconoce atea.

La cuestión de los abusos en la Iglesia es probablemente el problema más álgido que debe enfrentar cualquier tentativa de renovación. El consenso es que la solución de esta cuestión avanzó durante el papado de Francisco, especialmente a partir del escándalo que provocó la defensa pública que el entonces Papa hizo del obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos del cura ultraderechista Fernando Karadima. Francisco admitió después haber cometido errores y envió al arzobispo Charles Scicluna a investigar las denuncias, recibió a víctimas en el Vaticano y escribió una carta al pueblo chileno en la que perdón por no haber actuado rápidamente. Sin embargo, la Red de Sobrevivientes de Chile, que agrupa a víctimas de abuso sexual sufrido dentro de la estructura eclesiástica, ha sido muy crítica y considerado insuficiente el accionar de la comisión y los cambios que se implementaron.

Sobre el propio Prevost recaen también acusaciones de encubrimiento. Tres mujeres víctimas de abuso sexual lo acusan de haber encubierto a sacerdotes en el Perú, siendo Obispo de Chiclayo, y a un sacerdote de Chicago acusado de abusar de al menos 13 menores en el año 2000 según la Red de Sobrevivientes de EEUU (SNAP), que presentó incluso una queja contra Prevost en el Vaticano a fin de marzo. Por último, las redes de sobrevivientes de América Latina se pronunciaron el 7 de abril contra un intento del Vaticano de establecer convenios con los estados que, según tales organizaciones, sustraerían los casos de abuso de la acción de la justicia ordinaria.

A pocas cuadras de Vincoli se encuentra la basílica papal de Santa María la Mayor, a la que Francisco ha elegido como tumba. Seo, católica coreana, que anota su nombre en la libreta de este cronista para que lo escriba bien, hace la cola para visitar la iglesia en que descansan los restos de Francisco. “La Iglesia ha cambiado mucho, pero debe seguir manteniendo la fe en Cristo, y los hombres son hombres y las mujeres son mujeres”, dice en perfecto inglés.

En fin, tal vez en la ciudad a la que conducen todos los caminos del mundo estemos asistiendo a un proceso de cambio eclesial irreversible. O, tal vez, aquí en Roma esté cambiando algo, al decir del también italiano Lampedussa, para que nada cambie.