La capital haitiana, Puerto Príncipe, continúa sumida en un espiral de violencia desatada por pandillas armadas, ante lo cual Estados Unidos, Alemania y miembros de la delegación de la Unión Europea (UE) iniciaron este domingo la evacuación de parte de su personal.

«El aumento de la violencia de las pandillas en las proximidades de la embajada de Estados Unidos y del aeropuerto ha llevado al Departamento de Estado a hacer arreglos para permitir la salida de personal adicional» de la sede diplomática, escribió la embajada estadounidense en la red social X.

Más temprano, portavoces militares estadounidenses dijeron que se había «realizado una operación para aumentar la seguridad» de la Embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe.

El embajador de Alemania en Haití, así como otros diplomáticos europeos, abandonaron Puerto Príncipe el domingo, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín.

«Debido a la muy tensa situación de seguridad en Haití, el embajador alemán y el representante permanente en Puerto Príncipe partieron hoy a República Dominicana junto a representantes de la delegación de la UE (Unión Europea)», dijo un portavoz del ministerio.

Hospitales bajo ataque, escasez de alimentos e infraestructuras bloqueadas han llevado a la ciudad a una situación humanitaria cada vez más precaria.

La capital del país más pobre de América vive enfrentamientos entre la policía y las pandillas armadas que controlan grandes porciones de territorio.

Por su parte, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ofreció el domingo para «arreglar» la crisis de inseguridad en Haití aunque no especificó de qué forma.

«Podemos arreglarlo. Pero necesitaremos una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del país anfitrión y todos los gastos de la misión que cubrir», escribió Bukele en la red social X.

Al referirse a un video sobre la violencia en Haití que reposteó en su cuenta, Bukele aseguró que en su país «los ‘expertos’ dijeron que no podían ser derrotados, porque eran una ‘parte intrínseca de nuestra sociedad’. Ellos estaban equivocados. Los aniquilamos», escribió el presidente salvadoreño.

Población confinada

La alianza de naciones del Caribe (Caricom), convocó a enviados de Estados Unidos, Francia, Canadá y las Naciones Unidas a una reunión para este lunes en Jamaica para abordar el tema de la violencia y la asistencia a Haití.

El vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, afirmó que buscarán «poner orden y restaurar algo de fe en el pueblo de Haití».

«Los criminales se han apoderado del país. No hay gobierno. Se está convirtiendo en una sociedad fallida», añadió.

Con el caos creciente, se han visto cadáveres tirados en las calles de Puerto Príncipe.

«Los habitantes de la capital viven confinados, no tienen a dónde ir», alertó el sábado Philippe Branchat, jefe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

«La capital está rodeada de grupos armados y peligrosos», afirmó. «Es una ciudad sitiada».

Según la OIM, 362.000 personas -más de la mitad de las cuales son niños- están actualmente desplazadas en Haití, una cifra que creció 15% desde principios de año.

Las pandillas llevan varios días atacando comisarías, tribunales y dos prisiones, de las que se fugaron cerca de la mayoría de los 3.800 presos.

Por otra parte, cinco personas secuestradas en febrero en Puerto Príncipe, entre ellas cuatro misioneros, fueron liberadas, anunció el domingo su congregación católica, pidiendo la liberación de otros dos religiosos detenidos.

Según los últimos reportes, el primer ministro, Ariel Henry está en Puerto Rico. El gobernante debía dejar el cargo en febrero, pero en cambio hizo un acuerdo para compartir el poder con la oposición hasta que se celebren nuevas elecciones.

Riesgos de salud y hambruna

El gobierno decretó el estado de emergencia en el departamento del Oeste que incluye a Puerto Príncipe, así como un toque de queda nocturno.

La atención sanitaria está seriamente afectada con «hospitales que han sido atacados por pandillas y que han debido evacuar al personal sanitario y a los pacientes, incluidos los recién nacidos», según la OIM.

La oenegé Mercy Corps alertó de los riesgos para el aprovisionamiento de alimentos en el país más pobre de América.

«Con el cierre del aeropuerto internacional, la poca ayuda que recibe Haití en la actualidad podría no volver a llegar», advirtió el organismo el jueves. Y «si no se accede a esos contenedores, Haití pronto tendrá hambre».