“¿Encontraste ese libro difícil que buscabas?”, le dice una chica a otra en la Feria de Editores (FED) 2025, en el C Complejo Art Media (Av. Corrientes 6271), este domingo a las 17. “Claro, si no está en la FED, ¿a dónde lo voy a ir a buscar?”, responde la otra. Faltan cuatro horas para que termine el evento central para las editoriales independientes de Argentina y del exterior. Y el balance inicial ya dejó un número vital: la 14ª FED tuvo 30.800 visitantes, desde el jueves y hasta el domingo, y superó los 24.600 de 2024: los editores sobreviven en la adversidad.
La FED transcurrió los cuatro días de 14 a 21, con entrada libre y gratuita, y reunió a más de 330 editoriales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Uruguay y España. ¿Cómo viven sus responsables el pulso final de la feria en la tarde del domingo? ¿Cómo se conectan con los lectores? “No conocemos el futuro del libro, pero sabemos que va a estar acá”, es uno de los carteles desplegados en vertical en una de las paredes del C Complejo Art Media: los pasillos están abarrotados y el público se multiplica frente a los stands multicolores.
“Me alegro de que hayas encontrado el título que querías. ¡Ahora vamos por más!”, le pide la chica a su amiga. Y avanzan hacia el fondo de la FED por la calle de libros llamada Beatriz Sarlo, a una cuadra editorial de la calle Juan Forn,a otra de Luis Chitarroni y a una más de Sara Gallardo. Las demás calles hacia la derecha de la FED, entre el público que hay que esquivar, son Marcelo Cohen y Hebe Uhart, en memoria de todos ellos. “Si leés, hay un libro para vos”, es otro de los slogans de la FED en la pantalla central y en los carteles. ¿Qué evalúan, cerca del cierre, los organizadores?
La FED de en testimonios
“Que hayan venido 30.800 personas del jueves al domingo es un aumento muy interesante para nosotros”, dice Víctor Malumián, de Ediciones Godot y uno de los mentores de la FED. “En ventas totales el boca de urna da positivo, pero vamos a tener un dato más fehaciente cuando hagamos la encuesta anónima a los editores -explica Malumián-. Estamos contentísimos con que el público lector nos haya vuelto a acompañar, para poder apoyar la bibliodiversidad que tenemos en este país”.
También “estamos muy orgullosos con algunas mejoras que hicimos en la logística de la FED, como el poder regalarles el envío a las librerías: allí vimos que aumentó significativamente la cantidad de kilos comprados”, calcula Malumián. “Incluso mejoramos la iluminación, lo cual hizo que estuvieran todos más cómodos para mostrar los libros. Mantuvimos un año más el Premio a la Labor Librera, que es muy importante, entre otros, y lanzamos el Premio Rumbo a la FIL Guadalajara”. El editor y organizador recibe saludos y aún no descansa: las cuatro horas restantes son centrales para los números finales.
La cola sobre Avenida Corrientes llega hasta a la esquina y dentro del C Complejo Art Media los visitantes se renuevan lentamente a medida que la gente va saliendo. Es difícil circular por los pasillos-calles con nombres de escritores y los rostros de los editores traslucen el trajín de cuatro días a pleno. ¿Será también positivo para ellos el balance definitivo? Guido Indij, de La Marca Editora, Asunto impreso y otras, concibe: “Cada vez me gusta más la FED. Todos los encuentros que hay en los pasillos, con los autores y editores, son gratos. Es el mejor momento del año para la actividad”.
Sobre otro de los pasillos centrales piensa un momento la joven Afria Aspeleiter, de Concreto Editorial: “Este año hubo un ánimo precioso y la gente vino más decidida para comprar”. Y además analiza el encuentro Miguel Balaguer, de Bajo La Luna: “Yo este año a la FED la bauticé ‘la isla de la fantasía’, porque tenemos buenas ventas en un momento arrasado. El lunes volvemos a la realidad y, para las editoriales independientes, las librerías están funcionando muy mal. La gente que lee libros pertenece a la clase media más golpeada por las políticas del gobierno. Pero la FED afianza su propuesta”.
¿Cómo es el público de la FED? Balaguer lo caracteriza: “Es ávido por los títulos, es coleccionista y fetichista. Comparte las buenas enfermedades de los editores”. ¿Qué simboliza la feria de cara a la anhelada bibliodiversidad? Leonora Djament, editora de Eterna Cadencia, lo reflexiona detrás de su profuso stand: “La FED se confirma a sí misma año a año pese a la difícil situación económica que atraviesa el país, la cual muestra una baja de ventas en librerías. Acá se arma una burbuja por unos pocos días. En Eterna Cadencia estamos muy contentos con los resultados de la feria en 2025”.
Y Djament reafirma: “La cultura es un polo creativo de resistencia frente a los embates cada vez más fuertes que recibe del gobierno”. Ante ello, “el ecosistema del sector editorial independiente, y los lectores y lectoras, demuestran que se puede dar batalla”. La FED organizó este año trece charlas en sintonía con este tiempo crítico: escribir pese al dolor, la forma en que los videojuegos están cambiando el mundo, el feminismo en tiempos de ultraderecha, la música como potencia creativa en la narrativa latinoamericana y cómo se narra la identidad colectiva, entre otras.
“¿Vamos a la charla sobre mujeres al filo del deseo?”, propone otra chica, y su pareja elige quedarse en los pasillos en busca de algo que lo sorprenda. “Acá tenés un policial de enigma que también tiene una historia inesperada”, oye en otro de los puestos. Alrededor se ve más público con una o dos bolsas de libros a tres horas del final. Y desde Ediciones IPS, Aurelia Rivera, Nicolás Bendersky dice: “La concentración editorial atenta contra la diversidad. La FED está superando la cantidad de gente de los años anteriores: hay personas en busca de lecturas que no se encuentran en las multinacionales de los libros”.
Y algo muy interesante, divisa Bendersky, es “que hay muchos jóvenes recorriendo los pasillos”. En el stand a unos metros, Pablo Alessandrini, de la editorial Aurelia Rivera, estipula: “Para nosotros, la FED es uno de los referentes más importantes a nivel producción editorial. Sin dudas, los editores nos encontramos de primera mano con los lectores y con los propios autores”. A nivel ventas “nosotros no estamos por debajo que en 2024, pero sí en una línea de flotación. De todas maneras, vemos mucha gente interesada en las nuevas propuestas de todos los géneros. Es imperioso que la FED pueda expandirse en los años venideros”.
Sebastián Martínez Daniell, escritor y editor de la editorial Entropía, describe también: “Desde su nacimiento, la FED logra colocar directamente al público toda la oferta de la diversidad de libros que tenemos en la Argentina. Cada año hay más editoriales que se presentan con sus catálogos renovados y la FED funciona como un punto de encuentro de todos aquellos que participamos de la industria cultural”. Así, por los pasillos circulan traductores, libreros y gente de otras disciplinas. Y lo comprueba Martínez Daniell: “Está sobradamente probado que éste es uno de los eventos culturales del año”.
Víctor Malumián, de la organización, se quedó pensando en algo: “Todas las editoriales quieren más espacio en la FED; hay muchas que quieren entrar y no llegan a poder. Nos encantaría darles lugar a todos. Veremos cómo se da la dinámica en 2026”. Y el joven escritor Esteban Godoy, de recorrida por los stands, explicita: “La FED se enriquece año a año pese a lo tremendo de la situación que atravesamos. La feria es un espacio de celebración”. Lo característico de la feria es que “las y los escritores pueden hablar cara a cara con los editores, pedirles consejos o hasta proponerles manuscritos. Todos confluyen para que el libro prevalezca”.
“Este ejemplar es para vos”, oye una pareja de chicas en busca de títulos inspiradores. Se debaten entre “uno romántico”, otro “con altas dosis de misterio y corrupción” y “uno fantástico con suspenso y horror”. ¿Qué elegirán para completar la compra del domingo? La FED palpita ya sus últimas dos horas. ¿Cómo habrán sido las ventas rumbo a la despedida? Otro de los organizadores, Hernán López Winne, de Ediciones Godot, registra sus ánimos en su stand: “La FED ya se consolidó y muy poca gente viene sola. En este tiempo tan difícil hay un vigor permanente por seguir leyendo y produciendo. Esta es la respuesta que damos ante la crisis”.
