Francia se convirtió este lunes en el primer país del mundo en incluir el derecho al aborto en su Constitución.

El Parlamento votó a favor de modificar la Constitución de 1958 para consagrar la «libertad garantizada» de las mujeres a abortar.

Con una amplia mayoría de 780 votos contra 72, este avance en materia de derechos fue consagrado en la Constitución y celebrado a las afueras del Palacio de Versalles por muchas activistas por los derechos de las mujeres.

Estará en el artículo 34 y recogerá que «la ley determina las condiciones en las que una mujer tiene garantizada la libertad de recurrir al aborto».

«El derecho al aborto ha retrocedido en Estados Unidos. Por lo tanto, nada nos aseguraba que Francia estaba exenta de correr este riesgo (…) Hay mucha emoción, como activista feminista y también como mujer», afirmó Laura Slimani, del grupo de derechos humanos Fundación de las Mujeres.

Aunque en Francia el aborto es legal desde 1974, las feministas y activistas por los derechos reproductivos querían asegurarse de que el país no vivía una situación similar a la de otras naciones, como Estados Unidos, donde en 2022 la Corte Suprema revocó el fallo Roe vs. Wade que reconocía el derecho al aborto.

Según las encuestas, alrededor del 85% de la población apoya la reforma.

«Vamos a celebrar una victoria histórica y mañana volveremos a la batalla», dijo Mathilde Panot, diputada de la Francia Insumisa a los periodistas, visiblemente conmovida tras la votación.

Además, sus efectos en la sociedad francesa también tardarán en verse. Según el experto en derecho consitucional Benjamin Morel, serán necesarios «de cinco a diez años» para medir el alcance jurídico de la inclusión en la Constitución de la «libertad garantizada» de recurrir al aborto.

Ahora, la inclusión de la IVE en la Constitución se oficializará el 8 de marzo con la conocida como ‘ceremonia de sellamiento’. Un evento también histórico, ya que será la primera vez que esta será abierto al público.

Antes de la votación, el primer ministro, Gabriel Attal, afirmó ante el Parlamento que el derecho al aborto seguía «en peligro» y «a merced de quienes toman las decisiones» y por ello justificó el esfuerzo del gobierno para protegerlo.

Por su apoyo a esta medida, el presidente Emmanuel Macron fue acusado de utilizar la Constitución con fines electorales.

Rechazo del Vaticano

Este lunes, en vísperas de que Francia vote una reforma para proteger explícitamente en su Constitución el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, el Vaticano reiteró su rechazo a la medida.

«En la era de los derechos humanos universales, no puede existir un ‘derecho’ a suprimir una vida humana», afirmó en un comunicado la Academia Pontificia para la Vida, el organismo del Vaticano que se encarga de las cuestiones de bioética, apoyando la postura que sostienen los obispos franceses.