Este miércoles el italiano Fabrizio Mocata y el argentino Franco Luciani presentan el atrapantemente lúdico Tangos cruzados, un disco en el que ambos se lucen para el beneplácito y el gozo de quien escucha, llevándolo hacia nuevas fronteras del tango (o acaso para mostrarle, una vez más, que no tiene fronteras) el uno en el piano, el otro en la armónica.


Mocata nació en Mazzaro del Valle, Sicilia, un “pueblo muy chico, de pescadores”, que pese a esa descripción las enciclopedias lo dan como un importante puerto y las guías turísticas lo recomiendan como una de las principales atracciones de Sicilia. Pero Mocat sólo salió de pesca alguna vez de chico, porque le tiraba la música: su padre, abogado y “un gran apasionado de la ópera”, le contagió su pasión por la música, que el pequeño Fabrizio volcó en las clases a las que lo mandaron a estudiar piano.

“Tengo un recorrido de aprendizaje bastante raro. Al poco tiempo de aprender técnica clásica ya me gustaba improvisar o buscar cosas en el piano. Y a los 16, 17 tuve un título académico, pero a los 14, 15 años ya tocaba blues y jazz”, destaca Mocata. 

Sobre el final del conservatorio, descubrió algo que le cambió la vida: “Me crucé con un músico -que se llama Músico de apellido, eso es muy cómico- que tenía la partitura del Quinteto de Piazzolla. Esa fue la casualidad que me ha traído al tango.” Mocata ya estaba en Florencia, “donde pasaban muchos músicos uruguayos, argentinos” que lo fueron curtiendo en el tango “de una forma no académica, sino con experiencia acompañando cantantes e instrumentistas”.



Lo siguiente fue en derrotero bastante menos extraño: viajes a Uruguay y Argentina, donde siguió aprendiendo mientras tocaba. “Y cuando los argentinos pasaban por Europa tenía la oportunidad de tocar con ellos o invitarlos a tocar conmigo.” Desde hace años Mocata participa en varias formaciones, una es Tango Young Orchestra, donde transmite el tango como él lo fue aprendiendo. “No puedo imaginar mi vida sin el tango. Como estilo musical y como forma de relacionarme con la gente, es una música que tiene mucho contenido social y un mensaje universal, que siempre me ha permitido establecer relaciones muy intensas.”

Mocato enumera compositores de tango con familiaridad, y recuerda que fue “en Amsterdam donde se encontraron Pugliese y Piazzolla -aunque en Italia no lo saben-, y donde realmente se ve la fusión entre personajes de alto vuelo y nivel y con formas diferentes, que se han influenciado recíprocamente”.

Por ese sendero de relaciones intensas en una vuelta se cruzó con Francco Luciani. En 2019 en el festival de Granada el director del festival le propuso una presentación fuera de la grilla; una de las presentaciones que le propuso fue con Luciani. “Pegamos onda, y aunque no volvimos a hablar nos escribimos durante la pandemia. En mayo del año pasado él estaba de gira con otro proyecto y tenía unas fechas en Italia: ‘A ver si está el Tano’, dijo, y me llamó.” “Estoy en Vinci, en los pagos de Leonardo -interviene Luciani-. Elegimos unos temas que habíamos tocado en Granada, que como está más relacionado con la danza, con la milonga, fueron unos temas más marcados, que a mí me gustan mucho también, bien a tempo, como derecho viejo. Es algo que con Fabrizio disfrutamos mucho.”

La grabación dejó contentas a las partes, así que el encuentro en Buenos Aires se hizo cantado, por así decirlo. “Filmamos un par de videos, agregamos un par de temas propios e invitamos a algunos músicos, y plasmamos un momento que tanto nos gusta y fluye.”   


“Son esas relaciones musicales que no necesitan muchas palabras, es como encontrarte con alguien que sentís que estás tocando solo, pero mejor”, dice en síntesis inmejorable Mocata. “Con Franco no acordamos arreglos”, refuerza. Tangos cruzados se convierte entonces en  un diálogo por momentos excelso entre dos grandes músicos. “Logramos que más allá de los instrumentos y de lo que hace cada uno haya un juego que da una imagen muy amplia”, acota Luciani,

“Fabrizio es un equilibrio muy lindo entre un músico muy desprejuiciado en el mejor de los sentidos: no lo hace carente del conocimiento y el respeto que merece cada lenguaje -reflexiona Luciani el aporte de Mocata al tango-. Eso hace que sea muy fresco, muy genuino. Es un tipo que está al servicio de lo que suena, con todo su conocimiento, pero en el momento de la música es lúdico y un tipo que se juega. Es muy lindo.”

Tango para todas y todos

Y se entusiasma ya con el tango y dice: “El tango es mucho más tocado en todo el mundo de lo que muchos creen, es increíble. Incluso la variedad musical e histórica del tango, porque casi que Piazzolla es como un género aparte del tango. Y hay mucha gente del mundo que toca eso, cada uno a su manera. Pero como El Tano tiene su cimiento jazzero -en eso también tenemos cosas en común-, todo está  puesto al servicio del cuidado del lenguaje y el resultado final. Eso me parece que le da una característica muy personal, y creo que es uno de los músicos de tango no argentinos más argentino que hay, vamos a decirlo así.” 


“Espero que les guste”, ríe Mocata sobre lo que espera de la recepción del público en Buenos Aires. “Creo que va a ser una noche fusionada de tango, jazz y otra cosa. Es una prueba importante. Para mí es un honor y un placer tocar con Franco y espero que mi manera de tocar tango que no es seguramente de lo más tradicional sea bien recibida en Buenos Aires. No siendo argentino tocar tango es algo emotivamente importante para mí.” “Es un tipo apasionado”, dice Luciani a modo de certificación de los quilates de Mocata. “Está haciendo patria en el mundo”, ríe. “Por suerte heredamos esa característica muy italiana de una entrega muy pasional con lo que uno ha decidido hacer de su vida.”



Tangos Cruzados

Franco Luciani y Fabrizio Mocata. Presentación oficial miércoles 24 de enero a las 20 en Bebop Club, Uriarte 1658.