Silenciosamente,  ajena a las modas literarias y con una voraz curiosidad por el mundo, Hebe Uhart ha dejado una obra tan singular como prolífica.

Adriana Hidalgo Editora ha publicado sus novelas, crónicas y cuentos completos  hasta su último libro editado en vida, Animales(2017). También publicó material rescatado por Eduardo Muslip y Pía Bouzas, luego de la muerte de Hebe; tres novelas cortas escritas entre los 80 y los 90 que fueron publicadas bajo el título El amor es una cosa extraña, Además,  Una pequeña parte del Universo, un serie de textos relacionados con la filosofía.

Hebe Uhart: Adriana Hidalgo edita "Mudanzas y otras novelas breves"

Esta vez ha reunido en un volumen tres textos: Algunos recuerdos (1983), Camilo asciende (1987) y Mudanzas (1996), textos que ya estaban incluidos en Novelas reunidas. Decía en ese momento la editorial: “En su narrativa no hay solemnidad ni simpleza, sino una inteligencia penetrante, aguda, sin sarcasmo, nunca condescendiente pero sí bañada de comprensión y gentileza. Una especie de igualitarismo primordial en donde cualquier cosa, cualquier ser, es digno de atención y de volverse interesante. Su humor siempre presente es el de quien vive a fondo un momento de hallazgo para seguir buscando».

Hebe Uhart: Adriana Hidalgo edita "Mudanzas y otras novelas breves"
Foto: Tiempo Argentino

«Hebe Uhart cuenta lo que ve y lo que oye y una importante zona de su obra tiene que ver con su su experiencia, con la biografía de una niña descendiente de italianos y de vascos, criada en un pueblo de la provincia de Buenos Aires –Moreno–, de una adolescente disconforme, de una joven maestra de escuela pueblerina y estudiante de Filosofía en la capital. Pero su modo de narrar la experiencia está muy lejos de la “literatura del yo” o de la “autoficción” tal como hoy se la practica. Esa exploración a fondo de la propia historia, de la familia y los vínculos más cercanos, es también la de la relación con los objetos y las actividades cotidianas”

Según lo expresa la propia editorial, en las tres novelas cortas que acaba de publicar “se encuentran unidas  entre sí por una serie de personajes recurrentes  pero sobre todo por un espacio (los pueblos  de Moreno y Paso del Rey, en el oeste del Gran Buenos Aires que asumen las características del mundo propio”.

Hebe Uhart, geografías de infancia

La selección permite observar que Uhart no solo describe espacios cotidianos, sino también la propia historia que está escrita en ellos. Nacida en 1936, hija de inmigrantes, sus abuelos fueron de los primeros pobladores de Paso del Rey, un pequeño lugar de inmigrantes que trabajaban la tierra, Quizá por esta razón, a Hebe siempre le gustó más moverse y transitar por los lugares reducidos que por las grandes ciudades.

Su forma de entender las geogafías de su infancia no es en absoluto cartográfica, sino totalmente  subjetiva. Por ejemplo Paso del Rey en Algunos recuerdos comienza así: “En lo de su tía Elisa decían:

“El azul es un color que hacer muy fino, Los cuadros en beige hacen más delgada que en rojo”

“En esa casa se comía melón con jamónn y su tía Elsa se pinchó una vez se pinchó un ojo con una planta.”

Hebe Uhart: Adriana Hidalgo edita "Mudanzas y otras novelas breves"
Foto: Pedro Pérez
Hebe Uhart: Adriana Hidalgo edita "Mudanzas y otras novelas breves"

Los elementos que nombra son los de su mapa de infancia, no los de  un territorio exterior que se llama Paso del Rey.

Algo similar ocurre con Moreno: “En la casa de su tía Elisa se comía jamón con melón y postre Charlotte. Cuando Luisa llegaba, su tía Elisa le decía:

 “A ver el ruedo de ese vestido”

En Camilo asciende, el paisaje de Moreno se vuelve más rural, más alejado de la vida urbana pero las tres novelas plantean una geografía que es más interior que exterior, ya se trate de Moreno o de Paso del Rey, todos ellas son un ejercicio de memoria.

Dice Hebe en una entrevista con Mariana Ernriquez: “Yo creo que toda la literatura es un ejercicio de memoria. A mí las historias familiares me gustan mucho, porque allí suelen estar otros temas que me interesan, desde el ascenso social hasta las migraciones. Pero en realidad creo que crecer en un pueblo es un aprendizaje literario, porque cuando uno es chico entra a muchas casas y conoce muchas realidades. Y si tiene familia extendida, más casas aún y con más confianza”.