Un Huracán heroico quedó a 90 minutos de volver a la gloria. Aunque el club de Parque Patricios ganó copas nacionales en los últimos años, su única liga en el profesionalismo sigue siendo aquella del Metropolitano 1973, hace 52 años, la del equipo de César Luis Menotti. Tras la victoria 6-5 por penales ante Independiente en Avellaneda, luego de un dramático 0-0 en los 90 minutos, los muchachos de Frank Kudelka avanzaron a la final del Apertura 2025 como premio a una magnífica campaña y a un gran partido: Huracán fue más. Su rival, incluso, podría ser San Lorenzo, si es que hoy vence a Platense en la otra semifinal. El partido decisivo se jugará el próximo domingo en Santiago del Estero.
Apremiado por los 30 equipos y un calendario que este año incluye el Mundial de Clubes, el fútbol argentino derivó en una faceta diferente: el Apertura en el primer semestre -y el Clausura en el segundo- son torneos que premian mucho más la emoción y el foto finish en los playoffs que la regularidad durante la fase inicial. Los ganadoras de cada zona, Central y Argentinos -y hasta los segundos, River y Boca-, todos ya eliminados en cuartos de final, podrán elevar la voz y quejarse, pero nadie tiene derecho a entrometerse en la enorme fiesta que vive Huracán.
Para el Rey de Copas, en cambio, el dolor es grande: el equipo de Julio Vaccari se quedó a las puertas de un título local que se le niega desde hace 22 años y medio. El héroe de los penales fue Hernán Galíndez, que detuvo el remate de Santiago Hidalgo.
Un gran Huracán
El resultado fue justo. Aun en medio de una enorme tensión, Huracán -que ya venía de vencer a Riestra de local y a Central en Rosario- intentó sorprender a Independiente y marcar terreno en toreo ajeno. Y casi lo consigue de entrada: la primer gran llegada del partido fue una de César Ibañez, el lateral izquierdo del Globo, a los pocos minutos, pero se chocó con un imperial Rodrigo Rey, uno de los mejores arqueros del campeonato, también lucido casi de inmediato ante un cabezazo de Walter Mazzanti.
El local, mientras tanto, pareció sentir la presión de jugar ante su gente y, acaso, también de favorito -la última derrota en casa se remonta a hace más de un año, todavía en el ciclo de Carlos Tevez, ante Talleres-. Ya en los playoffs, Independiente venía de ganarle 1-0 a Independiente Rivadavia de Mendoza, en Avellaneda, y el triunfazo 1-0 a Boca en la Bombonera el lunes pasado.
Sólo de a poco, apoyado por una multitud y con la claridad de Luciano Cabral como principal virtud, Independiente recuperó la pelota y tuvo la más clara ya sobre el final del primer tiempo, cuando un remate cruzado de Diego Tarzia fue detenido a medias y con algo de fortuna por Galíndez. Si hay partidazos sin muchas jugadas de riesgo ni goles, el de ayer fue uno de ellos: Independiente y Huracán estuvieron a la altura de lo que se jugaban.
Aun en ese contexto, de un partido jugado con el corazón caliente y el cerebro frío -una derrota valía por muchas derrotas-, Huracán siempre estuvo más cerca y volvió a llamar la atención con un zurdazo de Matko Miljevic a los pocos segundos del complemento: otra vez Rey demostró su seguridad.
El partido entró a jugarse como en un toro mecánico sobre los 30 minutos del segundo tiempo, cuando Rey tuvo la atajada del campeonato, un cabezazo a quemarropa de Fabio Pereya. Casi enseguida, sin embargo, Cabral le erró al arco por centímetros desde una posición inmejorable, como un penal con carrera. Aunque Huracán mereció algo más durante los 90 minutos, el pasaporte a la final recién llegó en los penales: Sequeira, Guidara, Pellegrino, Miljevic, Pereyra y Mazzantti anotaron para el Globo, mientras que Rey se lo atajó a Gil. En Independiente tambíen erró Avalos.
El otro finalista se sabrá hoy a partir de las 16, hora de inicio de San Lorenzo y Platense en el Nuevo Gasómetro. En medio de una enorme crisis dirigencial y económica, el equipo de Miguel Ángel Russo viene de eliminar primero a Tigre y luego a Argentinos -por penales-, mientras que alrededor del técnico se desató una situación inédita: en Boca aseguran que reemplazará a Mariano Herrón. Si San Lorenzo pierde, Russo volvería a Boca ya esta semana, con vistas al Mundial de Clubes.
Del otro lado, sin embargo, estará Platense, la revelación del Apertura que llegará al Nuevo Gasómetro para bajar al tercer grande en fila: en octavos se deshizo de Racing en Avellaneda y en cuartos de River en Núñez. El equipo de Orsi y Gómez terminó séptimo en su grupo, sobre 15 participantes, pero está a dos partidos de ser campeón por primera vez en su historia. El último título local de San Lorenzo fue en 2013.
Es un torneo que es una maratón, pero que premia al que mejor corre mejor los últimos 100 metros, Huracán está en la final. Hace 52 años espera dar el último paso.